Andina

Carlos Victoria: El teatro lo llevo en la sangre

Carlos Victoria. Foto: ANDINA/archivo

Carlos Victoria. Foto: ANDINA/archivo

18:48 | Lima, mar. 15 (ANDINA).

Por Susana Mendoza

Carlos Enrique Victoria, brilla con luz propia en las tablas. Es abuelo, padre, hijo, y sobre todo actor. Y elaboró su árbol genealógico paterno y materno con pasión.

¿Qué motiva a una persona a traicionar?
-La envidia. O tal vez, la frustración de no poder llegar a dónde está llegando el otro.

¿El traidor es débil…?
-Yo creo que sí, su mejor arma es esa: traicionar. Y nuestro país está lleno de traidores. Yo siempre despotrico ante la tumba del más grande traidor de nuestra patria. Mariano Ignacio Prado.

¿Se ha liberado de traicionar?
-No. A veces uno realiza una pequeña traición por la frustración, pero también uno se traiciona así mismo.

¿En qué se traicionó usted?
-Con el cigarro. Estoy volviendo a fumar después de 24 años de no hacerlo. Una desestabilización emocional lo provocó, pero ya pasó.

¿A quién le pidió perdón la última vez?
-A mi, porque a veces no logro lo que quiero hacer, no me esfuerzo más.

¿No es muy exigente consigo mismo?
-No, uno tiene que vivir la vida como va llegando, y saber manejarla.

¿Qué otras cosas son importantes para usted, además del teatro?
-Mi vida familiar es sumamente importante. Soy apegado a mi familia, y a veces la descuido un poco.

¿Qué le interesa de la familia?
-Sus raíces, allí se encuentran las raíces del ser humano, es lo que te conecta con la historia de la humanidad, y uno es producto de eso, por eso sigue caminando.

¿Es papá?
-Soy papá y abuelo. Mi hijo tiene 25 años, y mi nieto se llama Sebastián. Ya les he dicho a sus padres, críenlo, que cuando empiece a hablar y caminar, me lo empiezo a llevar.

¿Se siente jefe de manada?
-De alguna manera. Aunque mi papá es el patriarca. Pero los hijos de mis hermanos me dicen papá, no me dicen tío.

Usted se inició en la TV peruana de niño, ¿en qué programa?
-“Lucho sabe mucho” que dirigía y conducía Lucho Córdova, un gran actor peruano que vivió mucho años en Chile. Incluso hay una sala de teatro con su nombre. Él se casó con Olivia Leguía, la hija del presidente Augusto B. Leguía, y fue muy buena actriz.

¿Ellos hicieron teatro en Lima?
-Regresaron a Lima, e hicieron una temporada de teatro con la obra “El fantasma confianzudo” en donde yo trabajé de niño como el fantasmita. Todo el mundo creía que había un fantasma, pero era un niño que andaba por todas partes. Eran los años 60’.

Su papá (Enrique Victoria) es actor, ¿su mamá también lo fue?
-No, ella fue cantante lírica y bolerista.

¿Usted tiene buena voz?
-¡Sí, yo canto! He interpretado papeles de tenores cómicos en zarzuelas. Lo dejé para dedicarme más al teatro aunque en “El jardín secreto” (2007) que produjo Denisse Dibós, canté. Lima fue una ciudad zarzuelera.

¿Su mamá trabajó en una compañía de zarzuela?
-Mis padres se conocieron en una compañía de zarzuela en Chile. Ella fue chilena. Y viajaron por toda América Latina hasta que mi papá tuvo que regresar a Lima y vinimos aquí.

¿Conoce a su familia chilena?
-Después de que mi madre falleció, me fui a Chile a conocerla. Entre la familia de mi madre, y la materna de mi padre he juntado como 375 parientes y he elaborado el árbol genealógico con todos los que he conocido. Lo tengo hecho hasta hace 4 años atrás.

¿Qué ha querido encontrar con esta búsqueda?
-Mis raíces, y pretendo ir a España para encontrar las de abuelo de parte de padre. O sea a “los” Victoria. Mi abuelo fue actor, y mi abuela, Lidia Fernández, también. Ella fue una de las vedettes que inspiraron poemas a José Santos Chocano y Rubén Darío.

¿Qué descubrió?
-Por qué mi pasión por el teatro, y por el lado de Álvarez, a mis tíos que formaron grupos de música folclórica chilena. No son actores sino cantantes, y la mayoría, ejerce la docencia. Cosa curiosa, los primos de mi papá también.

¿Y usted es docente?
-Tengo espíritu docente, me divierte enseñar. Fui profesor de teatro durante 15 años en la universidad Femenina (Unifé). Organicé, junto con Sara Silva, 17 festivales universitarios de teatro. Desde hace 10 años enseño en el IPP. La verdad que el teatro lo llevo en la sangre. Cómo será, que el hermano mayor de mi abuela materna tiene como lápida un escenario con telón abierto. Mientras que mi abuelo paterno, fue desheredado en España por dedicarse al teatro. ¡Una maravilla!

Una historia familiar intensa…
-Así es. Ese abuelo llegó a Venezuela para hacer la vida de Simón Bolívar por el centenario de su muerte. Allí conoció a mi abuela y tuvieron dos hijos. Mi padre nació en el consulado peruano en Managua, Nicaragua, en medio de la revolución de Sandino...

¿Vive su vida con esa intensidad?
-Si, de alguna manera, y siento que lo hago cada vez que me emociono cuando veo actuar bien a alguien ¡Me fascina ver actuar bien! Me hace creer más en el teatro. Por ejemplo, me emociona ver actuar a Bruno Odar, qué bárbaro.

¿En qué momento dudó de la calidad del teatro peruano?
-Hace algunos años atrás, cuando me fui a República Dominicana la situación estaba muy fea acá. La calidad de los actores era muy baja. Felizmente hay un resurgimiento, lo percibí a mi regreso, ahora hay personas que apuestan por el teatro y son de clase acomodada.

¿Se ha formado en teatro?
-No, lo mío es natural. Yo estuve en tablas desde muy niño, a los 18 días de nacido. He tenido de maestro a mi padre y a todos los grandes actores de nuestro país.

¿Sigue siendo un maestro su padre?
-Lo sigue siendo.

¿En todo el sentido de la palabra?
-En el sentido de actor (risas). Tenemos divergencias políticas a veces.

¿Es hijo único?
-No, somos cinco, y soy el mayor, y a veces la relación del hijo mayor con el papá es un poco compleja. Pero nos llevamos bien, cuidando nuestro territorio… ¡¡Y él es Leo y yo soy de Aries...!!

¿Quién traiciona primero, los hijos a los padres o a la inversa?
-Me he sentido algunas veces traicionado por mi padre. Pero creo que es una cuestión de enseñanza y de criterio. El hijo le exige al padre, y si el padre no cumple, eso es una traición muy grande.

¿Cuál es su mayor fortaleza como padre?
-Mi amor.

¿Cómo hombre?
-Mi deseo de que nuestra sociedad mejore.

¿Cómo hijo?
-Procurar que mi padre esté bien.

¿Cómo recuerda a su madre?
-Alegre. Su nombre artístico fue Jenny Álvarez, y tenía un carácter extraordinario, Era sumamente alegre, divertida a pesar de tener momento críticos. Pero ella siempre estaba sonriendo.

¿Cree en Dios?
-Creo en un Dios, y en una vida más allá que la terrenal. En donde se encuentre mi madre debe estar feliz viendo a su nieto y bisnieto.

¿Cree en usted?
-Si, aunque a veces me traicionó.

(FIN) Variedades


Publicado: 15/3/2011