Tres maestras artesanas dedicadas al arte textil en la provincia cajamarquina de San Miguel mostraron su trabajo y compartieron su sabiduría ancestral en la exposición: “Hilos vivos: saberes textiles ancestrales de los andes peruanos”, realizado recientemente en el Museo Fowler de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
                        
                        
Dorila Mendoza, María Chuquijajas y Lucila Romero participaron el 25 de octubre en la muestra cultural organizada por la universidad norteamericana, la cual contó con el auspicio y apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Consulado General del Perú en Los Ángeles, la Oficina Desconcentrada de la Cancillería en Cajamarca, y el Centro de Arte Textil Pallay.
 

La 
arqueóloga peruana Solsiré Cusicanqui Marsano, becaria del Center for Early Global Studies de la UCLA, destacó la importancia del evento que 
busca visibilizar los conocimientos ancestrales de Cajamarca, saberes que han sobrevivido y permanecen vivos en las manos y la memoria de las maestras tejedoras.
“Este legado constituye el aporte del Perú al conocimiento universal, una forma de transmisión de tecnologías y sabiduría que pone en el centro a la persona y a la comunidad, que respeta y convive con la naturaleza, y que valora el aprendizaje oral, la práctica colectiva y la creatividad que nace del territorio”, precisó.

A su llegada a Los Ángeles, la delegación cajamarquina fue recibida por miembros de las comunidades originarias Tongva/Gabrielino, con quienes participaron en un intercambio cultural; además, las artesanas fueron invitadas a dictar talleres y clases para estudiantes de la UCLA, destacando el valor académico y cultural de sus saberes tradicionales en espacios universitarios.
Mendoza, Chuquijajas, y Romero integran una red de más de 200 mujeres que preservan y renuevan una tradición textil con más de cuatro mil años de historia, conocimientos y técnicas de tejido en telar de cintura que demostraron en la Universidad de California; además participaron en un conversatorio con el público y realizaron la exhibición-venta de textiles elaborados a mano con algodón natural.
 

La arqueóloga Solsiré Cusicanqui estuvo a cargo de la curaduría, con la asesoría de la antropóloga Haydée Quiroz, fundadora del Centro Pallay Arte Textil Cajamarca, quienes incidieron en que esta iniciativa tiene como propósito poner en valor el arte, la memoria y los conocimientos ancestrales de las comunidades andinas del norte del Perú, así como compartir las técnicas y la filosofía del tejido en telar de cintura, reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación desde 2019.
Algunos diseños presentados por las tejedoras – que permanecieron en Estados Unidos del 21 al 26 de octubre - incorporaron iconografía prehispánica de hasta 1,500 años de antigüedad, fruto de un proyecto colaborativo entre el Centro Pallay y el Departamento de Arte y Diseño de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), bajo la dirección de Carmen García.
Historia milenaria

El cónsul general del Perú en Los Ángeles, Jaime Casafranca, afirmó que el éxito de las tejedoras cajamarquinas en la Universidad de California confirma el interés del público local por conocer la historia y el origen milenario de un producto que adquieren como son los finos tejidos elaborados por las artesanas y que permite vislumbrar la posibilidad de concretar un número mayor de presentaciones similares en 2026, año en que se conmemoran 200 años de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Por su parte, Haydée Quiroz, fundadora del Centro de Arte Textil Pallay, destacó que un aspecto cultural fundamental es la presencia de sustratos lingüísticos en las herramientas del telar de cintura, provenientes de lenguas como el Den, Culle o Culli, Quechua y Muchik; además del castellano.

Esta diversidad terminológica revela un dinámico intercambio tecnológico y económico entre la cultura Caxamarca y sus pueblos vecinos, así como con quienes llegaron posteriormente a estos territorios. “Se trata de una evidencia concreta de las conexiones históricas y del espíritu emprendedor de los cajamarquinos desde tiempos antiguos, así como de su capacidad para desplazarse a través de los Andes y distintos pisos ecológicos, como ocurre hasta hoy”, puntualizó.