Andina

Bartola: Tengo alma rockera

Bartola. Caricatura: Tito Piqué.

Bartola. Caricatura: Tito Piqué.

17:51 | Lima, oct. 26 (ANDINA).

Por Susana Mendoza

Bartola es una grande de la música peruana. Su meta es lograr que nuestra música peruana la oiga todo el mundo. Orgullosa de ser negra y apasionada en todo lo que hace, se presentará en el Teatro Segura, el próximo 20 y 21 de noviembre.

¿Le enseñaron a amar la música peruana o aprendió sola?
-Mis padres no nos enseñaron a amarla, pero sí nos acostumbraron desde muy pequeños a escucharla. Y cada uno aprendió a vivirla a su manera. Mi hermano mayor por ejemplo, es reacio a la música peruana.

Usted es cañetana.

-Soy de Barranco, nací allí. ¿Por qué siempre cuando somos negros nos preguntan si somos de Cañete o Chincha? Hace muchísimos años que no voy para allá.

Es barranquina…
-Desde hace 54 años. Nacimos aquí. Mi hermana mayor tiene 64, somos nueve hermanos y yo soy la quinta.

¿Qué piensa de la maternidad de su madre?
-Siempre la he visto como un héroe. Es un ejemplo de vida, una inspiración. Todos los hermanos nos amamos profundamente, y eso lo logramos por nuestra madre. Ella era la voz fuerte de la casa.

¿En qué quisiera parecerse a ella?
-Sus decisiones eran rotundas, y lograba alcanzar sus metas. Y yo siento que necesito eso para llegar adonde quiero.

¿A dónde quiere llegar?
-En este afán que tengo por rescatar la música peruana, quiero que la conozcan no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo. Quiero que a través de ella sepan de nuestra idiosincrasia y nuestra identidad.

¿Cuándo canta piensa en algo especial?
-Simplemente me identifico con el tema, no relaciono las canciones con mi vida porque puedo agregarle a mi interpretación una pena que no le corresponde.

¿Qué siente cantar un tema que no es de su creación?
-Me parece maravilloso porque entre el compositor y el intérprete se crea un vínculo. A veces el autor quiere decir muchas cosas, pero con su voz el intérprete te dice a dónde te quiere llevar el compositor. La señora Chabuca Granda decía que ella tenía la voz de un perro San Bernardo, y que sus canciones nunca las iba a interpretar como Eva Ayllón o Cecilia Barraza.

¿La voz expresa la personalidad de una persona?
-Yo tengo una voz con la que canto, con la que hablo, me enojo, sufro, lloro y me desespero. Es mi voz de siempre. Y la verdad, muchas veces no noto la sinceridad en las voces. La gente también te engaña con su voz. Por la voz me doy cuenta cuando alguien es hipócrita.

¿Desde qué parte de su cuerpo canta?
-Con todo mi cuerpo, no hay parte de él que no vibre cuándo interpreto una canción.

¿Cantó así desde siempre?
-No. Hace 39 años que canto y cuando empecé tenía 15. Cuando Augusto Polo Campos me oyó por primera vez, canté “Celos” de Felipe Pinglo. Me dijo “No Esther, hijita usted debe ensayar. Haber cante otro tema”.  Interpreté “Secreto” de Amparo Baluarte. “Uhmm, tengo duda” me dijo. Haber canta una marinera, insistió. No le gustó. A los dos días me llamó para trabajar en Telecentro. Él me bautizó con el nombre de Bartola.

¿Le cambió la vida?
-Yo era Esthercita Dávila Cossío, la “Estrellita del Sur”, porque gané la Caravana Cultural Túpac Amaru a mis quince años. Y desde ese momento me convertí en Bartola. Yo entonces sentía que ese nombre era muy grande para mí.

¿Le costó ser Bartola?
-¡No se imagina cuántos años! Me costó asumir que ya no iba a ser “Esthercita” ni “Estrellita del Sur”. Un día la señora Chabuca, me dijo a mis 17 años: señora Bartola. Y yo me quejaba con mi mamá porque yo era señorita. Mi mamá me acompañaba a mis presentaciones.

¿En qué momento sintió que creció, que era Bartola?
-Cuando empecé a trabajar con Carlos Postigo Miranda y Rafael Jayo Muñoz, en 1987. Tenía como treinta años. Y desde allí mi crecimiento no ha parado. El canto se lo debo a mi madre, ella tuvo una voz privilegiada.

¿Eligió ser cantante para estar más cerca de su mamá?
-Yo no elegí cantar, ni siquiera sabía que lo hacía, todo fue producto del azar. Un día me encontré con una caravana cultural en la calle, era la época del gobierno militar. Tenía quince años, me pidieron cantar. Me aplaudieron, me pidieron otra canción, y me gustó.

¿Su mamá la apoyó?
-Mi mamá era muy recta. Y a veces llegaba a ser cruel con sus palabras. Temía que me perdiera. Ese día me rompió el cucharón en las piernas. La cholita era recia. Era chiquitita. Si no te alcanzaba te metía el pie. Ahora entiendo su preocupación, no quería que sus nueve hijos se le escaparan. Pero bueno, gane 10 mil soles en esa caravana ¡no sabe la felicidad!

¿Era pobre?
-Extremadamente pobre, pero no pasamos miserias. Mi padre era albañil y mi madre lavaba ropa y cocinaba en casas particulares. A veces el padre nos ayudaba.

¿Después de cinco décadas, cómo evalúa su vida?
-La pobreza no nos hizo más ni menos. No marcó mi vida, más bien la enriqueció porque cada paso que he dado lo he hecho con sacrificio, amor y persistencia.

¿Es una mujer con temperamento fuerte?
-Si, porque quiero lograr mis metas. Pero también soy una persona muy tierna y engreidora.

¿Es mamá?
-Dios no me dio el privilegio de tener un niño. Él sabe por qué lo hizo. No he renegado ni sufrido por eso, pero tampoco quiere decir que no tenga pena por no haberlo tenido.

Cree en Dios…
-Con toda mi alma, mi corazón y sentir. Cuando murió mi mamá, hace siete años, él me dio mucha fuerza para aceptar su partida porque ella ha sido la persona que más he amado en mi vida. Dios no me desamparó.

¿Qué vals le estremece?
-Uno le canta siempre al amor. Al desengañado, hermoso, esquivo o mentiroso. Soy una apasionada de la música peruana, y a todos los valses me entrego…

Pero siempre hay uno que nos pone la piel de gallina…
-Hay temporadas que me gusta cantar “Cuando dejes de amarme” ó “Color noche”; y en algunos momentos me han trastocado todos mis sentimientos.

¿Qué otra pasión compite con la pasión que tiene por cantar?
-La cocina. Estos kilos que ve no son en vano, jajaja. Hago comida criolla, y dulces limeños. El Arroz con pollo y el Ají de pollo son mi especialidad pero puedo cautivar con unos tallarines rojos con asado. Me salen espectaculares.

¿Ha cocinado guiso de gato?
-No, nunca ¡!! Para mi es un animalito doméstico.

¿Cómo era en el colegio?
-Inquieta, juguetona, poco estudiosa; nunca estaba en un lugar tranquila. La verdad no me gustaban los estudios, feo ¿no? No me gustaba ir al colegio de 7 a 1 de la tarde; y de 2 y 30 a 5 de la tarde. Sufría. Prefería las tardes porque me gustaban los cursos de repostería, corte y confección, cosmetología y hacía trabajos manuales. Nunca repetí.

¿Es romántica?
-Mucho.

¿Ama actualmente?
-Siempre estoy amando.

¿A alguien en especial?
-Siempre se relaciona el amor a la pareja ¿no? A un hombre, ¡pero hay tantas personas y circunstancias que uno ama! Amo dormir, por ejemplo.

Pero eso uno lo aprende adulta, ¿de joven tenía jale?
-Increíble, si lo tenía, sobre todo cuando terminaba de cantar. En ese momento todos me sacaban a bailar.

¿Le gusta el rock?
-¡¡Soy roquera..!! Mi corazón es roquero. Me encanta Miguel Ríos, y también me gusta Enrique Guzmán. También soy bolerista. Mi madre me enseñó a cantar boleros y huaracha.

¿Se haría alguna cirugía?
-No, para qué. No critico a quienes se lo hacen o quieren hacer. Pero creo que lo importante es envejecer con dignidad.

¿Qué le gusta a Bartola de Esther Dávila?
-Su esencia, que no cambió, que cuenta su vida tal y como es.

(FIN) Variedades


Publicado: 26/10/2009