Andina

Así se celebra el tradicional carnaval de T’ikapallana en la provincia de Cotabambas

Festividad donde las flores y el cortejo amoroso lleno de júbilo en un ámbito campestre son los protagonistas

El carnaval cotabambino, el T’ikipallana 2020, que se celebra a más de 4,300 metros sobre el nivel del mar, es una fiesta de integración social donde cientos de familias y amigos se reencuentran para compartir bailes y comida; tradición y diversión. ANDINA/Renato Pajuelo

El carnaval cotabambino, el T’ikipallana 2020, que se celebra a más de 4,300 metros sobre el nivel del mar, es una fiesta de integración social donde cientos de familias y amigos se reencuentran para compartir bailes y comida; tradición y diversión. ANDINA/Renato Pajuelo

12:33 | Apurímac, feb. 27.

El carnaval cotabambino, el T’ikapallana 2020, que se celebra a más de 4,300 metros sobre el nivel del mar, es una fiesta de integración social donde cientos de familias y amigos se reencuentran para compartir bailes y comida; tradición y diversión.

Cantamos nuestras costumbres, nuestros sentires. Venimos, como lo hacían nuestros ancestros, a recoger las flores porque T’ikapallana significa “recojo de flores”, en quechua. Aquí crecen el shurpuy y el waqanki, flores asociadas a nuestros carnavales.


Venimos a cantar. A bailar. A disfrutar de la carrera de caballos. A divertirnos con nuestros familiares, amigos, amigas. A veces, derramamos lágrimas porque hay personas que ya no llegan…


Envuelta en serpentinas, con una corona de espumas de esprays en la cabellera y su bolsa de harina, Natividad Gabriela Amaru, de Tambobamba, llega invariablemente cada año a disfrutar de la T’ikipallana.


Es tiempo de carnaval y Natividad asegura que, año a año, la festividad mejora como el vino dulce. Y los que no pueden venir por equis motivo, lo escuchan por radio, minuto a minuto, lo ven en la TV local o lo siguen por Facebook live porque aquí, en Apurímac, nadie quiere perderse el carnaval, las whipalas, qhaswas y p’asñasuways.


Jinetes y Helenas 

Los jinetes espolean sus mejores jamelgos –criollos, alto andinos, media sangre, pura sangre– para participar de la carrera de caballos, el Qentani Pampa.


Llegan en grupos desde distintas comunidades. A veces, zigzaguean, muy contentos, sazonados, cantando, brindando, desafiando los riscos y el silbido del viento; algunos comentan sobre la hermosura de la Sumaq Phallcha Akllay, la Señorita Linda Flor-T’ikapallana 2020.


Si la mitología griega sostiene que Teseo raptó a la bella Helena, acá, en las alturas de Apurímac, existe la costumbre de los jóvenes de conquistar a las doncellas de polleras multicolores lanzándoles piropos para invitarlas a subir a sus caballos (antes era un rapto, se dice) y recorrer juntos las faldas del cerro Porotopampa. Si hay química, luego participarán juntos en las competencias de carrera de caballos. 


Fecha central

Es media mañana del lunes 24 de febrero, lunes de carnaval, fecha central del T’ikapallana y en la explanada del Mamapurutupampa, a las faldas del Porotopampa, hay miles de personas; la música y la alegría se multiplican. Venir al carnaval es sellar un nuevo pacto de amistad y unión.


Los primeros que llegaron pernoctaron sin importarles la altura ni el frío; han venido directo, después de ver el pasacalle y concurso interbarrial en el complejo deportivo de Cotabambas.


El fotorreportero Renato Pajuelo ve que, junto a jóvenes y adultos, hay decenas de niños y adolescentes. Estos son los más entusiastas, sobre todo para tirarse entre ellos el espray con espuma, celebrando carnavales. Los hombres cercan a una chica y luego de tumbarla al suelo le vierten esta espuma hasta que ya no pueda ver.


“En el sentir del cotabambino esta fiesta es única”, dice Rildo Guillén Collado. Porque aquí se juntan por afinidad familias, barrios, distritos. Es el espacio idóneo para practicar varias actividades como el trueque, esa forma de economía que se rebela al capitalismo salvaje.

Dice Rildo que lo que quieren es contar con mayor apoyo de las instituciones para difundir lo que tienen en Cotabambas, y generar el desarrollo económico de la zona.


Los cotabambinos están esperanzados en un puente que desarrollan Provías y la empresa Las Bambas que permitirá reducir el tiempo entre Cusco y esta provincia apurimeña. Será un motivo para dinamizar la economía y multiplicar los turistas.

La fiesta del lunes de carnaval no termina. De las faldas del Porotopampa se dirigen a caballo y a pie, a sus comunidades y distritos a continuar con las yunzas, los concursos de danza. La alegría durará hasta el 2021.  


En el 2014, esta fiesta fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación. El T’ikapallana 2020 se desarrolla desde el lunes 24 hasta el 1 de marzo.

La celebración de este año es posible gracias a la gestión de la municipalidad provincial de Cotabambas y la minera Las Bambas.


Este sábado se realiza el primer encuentro nacional de danzas y séptimo encuentro regional del T’ikapallana 2020.

Del aeropuerto del Cusco hacia Challhuahuacho (Apurímac) son 8 horas en auto; tres horas más a Tambobamba y luego se camina 30 minutos hacia Mamapurutupampa.

(FIN) DOP

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Video: T’ikapallana: el ancestral carnaval Patrimonio Cultural de la Nación
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Publicado: 27/2/2020