Gracias al impulso de la inversión privada, Apurímac pasó de ser uno de los departamentos más pobres a uno de los que tiene mayor expectativa de desarrollo en los próximos años, aseveró hoy su gobernador, Wilber Venegas, tras resaltar el aporte de la minería en el crecimiento económico.
"Apurímac, felizmente, no tiene un discurso antiminero; nosotros creemos que el agua y el cobre son compatibles, y todas las empresas mineras pueden venir a invertir siempre y cuando lo hagan con mucha responsabilidad", afirmó a la Agencia Andina.
Expresó que "estamos preocupados en el desarrollo sustentable de nuestra región y por eso apostamos por la minería responsable y la agricultura, que es la gran palanca para el desarrollo a largo plazo de nuestro país".
"Si queremos tener prosperidad y desarrollo, tenemos que atraer más inversiones. Todos los países que han desarrollado lo lograron con mayor inversión", enfatizó, al destacar el aporte de la minería responsable.
Mayor tributación
La autoridad regional indicó que "si las empresas no tributan, el Gobierno tampoco nos puede transferir recursos" para atender las demandas y necesidades aún insatisfechas.
"Desde la exploración minera en Apurímac, los indicadores han empezado a moverse positivamente, lo cual no puede ser negado por nadie y nuestra región seguirá liderando el crecimiento económico del país", remarcó.
Insistió en que "Apurímac tiene la gran oportunidad de atraer mayores inversiones mineras, en infraestructura y en agricultura. Y esta gran oportunidad no debemos desaprovecharla, tenemos que apostar por una minería responsable, que respete el medioambiente".
Comentó que en el caso de Cotabambas, que era la provincia con mayores niveles de atraso, la economía se ha dinamizado. Sectores como comercio y construcción han tenido gran demanda.
"El impacto económico causado en la zona es innegable. Ahora podemos ver un mayor dinamismo económico en Challhuahacho, Haquira, Tambobamba, respecto a cuando no existía actividad minera", remarcó.
Potencial minero
Asimismo, cuenta con gran cantidad de áreas mineralizadas y de sal, arcilla y yeso. Buena parte de estos yacimientos son polimetálicos, es decir, que de una misma mina se extraen diversos tipos de metales.
También se registra una pequeña y desigual producción de oro fino, proveniente en su mayoría de lavaderos aluviales.
"Esto es posible gracias a que los ríos que descienden de la cordillera acarrean en sus aguas pepitas de oro, las cuales han sido desgajadas de las montañas por acción de la erosión fluvial", dice el documento.
Venegas dijo que la apuesta por la actividad minera permitió recibir regalías para sanear la economía regional, que estaba quebrada, con 220 proyectos paralizados y más de 30 arbitrajes".
"Los recursos de las regalías contractuales de Las Bambas nos han permitido dejar una región ordenada, una de las que lidera el crecimiento en el país y con menor nivel de conflictividad", remarcó a la Agencia Andina.
Uno de los proyectos emblemáticos impulsados por el Gobierno Regional de Apurímac para mejorar las condiciones económicas y sociales de la población de manera sostenible es el programa de reforestación
Sacha Tarpuy.
Estudio del CCD
Según un estudio elaborado por el Centro para la Competitividad y el Desarrollo (CCD), en 1995, con una pobreza del 70%, Apurímac era uno de los departamentos más deprimidos del país, junto con Huancavelica y Ayacucho.
Además, las difíciles condiciones climatológicas agravaban aún más la vida y la salud de sus habitantes, que estuvieron atrapados en la trampa de la pobreza.
Sin reformas, escasa inversión y ningún aumento importante de la productividad regional, entre 1995 y 2010, el ingreso por persona prácticamente no cambió en la región y se mantuvo en alrededor de 4,000 soles en términos reales.
Durante este período los indicadores sociales eran reacios a mejorar de manera importante. En el 2010, Apurímac cerró con una tasa de pobreza del 63% y de desnutrición crónica infantil de cerca del 40%.
A partir del inicio de la etapa de construcción y desarrollo de la mina Las Bambas el panorama cambió, pues trajo obra con alta capacidad para dinamizar la economía regional y nacional.
En el 2016, cuando Las Bambas inició sus operaciones, la economía regional creció 141% y de los 3.9% que se expandió la economía nacional, 3.1 puntos porcentuales fueron explicados por el crecimiento económico de Apurímac, resalta la investigación.
Lo más llamativo fue que la brecha regional del ingreso por persona, relacionado con el promedio nacional, se redujo ostensiblemente.
El estudio señala que como resultado del crecimiento regional, el ingreso promedio por persona en el país se elevó, en 2016 y 2017, en 112 soles y 150 soles, respectivamente.
Las inversiones en Apurímac tuvieron un impulso significativo sobre las exportaciones y alcanzaron a contribuir con el 9% y 6% de las exportaciones del sector minero y las exportaciones totales del país, respectivamente.
"La mina Las Bambas ha contribuido con 7% del empleo total del sector minero entre los años 2014 y 2017", destaca la investigación.
Indicadores sociales
Asimismo, los indicadores sociales comenzaron a cambiar de manera positiva. En el 2016 la pobreza regional cayó a 38%; es decir, en pocos años se redujo 25 puntos porcentuales (alrededor de 4 puntos promedio por año).
Y en el 2017, la desnutrición cayó a 21% (18 puntos porcentuales menos que lo registrado en el 2011).
En el 2013, en Apurímac solo el 20% de los estudiantes de segundo grado de primaria de la región sabían leer adecuadamente y apenas el 10% resolvía problemas matemáticos.
La última evaluación disponible al 2016 demuestra también un avance importante en educación. El 38% de los estudiantes ha logrado el nivel satisfactorio en comprensión lectora y el 35%, en matemáticas.
Transferencias
Desde el 2016 hasta la fecha han sido trasferidos a la región Apurímac aproximadamente 530 millones de soles por regalías mineras, recursos que han permitido financiar múltiples proyectos regionales y locales que se encontraban como ideas o detenidos por falta de fondos.
Este nuevo contexto ha traído nuevos desafíos y para un mejor uso de los mayores recursos públicos transferidos, el Gobierno Regional de Apurímac se ha preparado.
Así, se adhirió a la Iniciativa de Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI), aprobó un Código de Conducta para los trabajadores del sector público y se ha implementado una iniciativa de servicio civil bilingüe (quechua-castellano) para atender mejor a la población.
Dichos factores han permitido que los servidores públicos dispongan de una mejor curva de aprendizaje sobre la utilización de los recursos públicos para inversión.
"Cuando se compara el porcentaje de ejecución del gasto en inversión pública luego del inicio de las mayores transferencias por la explotación de recursos naturales, Apurímac mantiene elevados porcentajes de ejecución, cerca del 70%, mientras que otras regiones en situaciones similares pueden bajar hasta el 40%", señala.
De acuerdo con el estudio, Apurímac se ha convertido en la región con mayores expectativas de desarrollo del país en los próximos años.
"La gran agenda de Apurímac a futuro es apostar por la inversión para mejorar la productividad y ubicarse entre las regiones consolidadas con un rumbo definido hacia la prosperidad", refiere.
Rumbo al Bicentenario
Manifestó su confianza de que la
nueva gestión regional obtendrá mejores de resultados con el camino trazado y la cartera de proyectos que dejan para continuar en la ruta de la prosperidad.
Venegas expresó su deseo que al Bicentenario de la Independencia, Apurímac reduzca mucho más la desnutrición y la anemia, mejore la calidad de los servicios básicos de educación y de salud.
"De esa manera, seguiremos liderando el crecimiento y desarrollo económico del país. Apurímac es una región promisoria, que está llamada a tener un futuro muy próspero, en el que el agua y el cobre son compatibles", subrayó.
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(FIN) JOT
Publicado: 27/12/2018