Después de dos años de encierro por el covid-19, los niños y adolescentes retornarán a las aulas de manera presencial, lo que significará para padres de familia y maestros enfrentar diversos desafíos, desde el nivel de aprendizaje hasta su estado emocional y social, advirtieron especialistas del Hospital Víctor Larco Herrera (HVLH) del Ministerio de Salud (Minsa).
La médica psiquiatra del HVLH, Julissa Castro, explicó que en este tiempo los niños y adolescentes han perdido en muchos casos sus habilidades blandas, que les permiten socializar con el resto de sus compañeros.
“Los padres, maestros y el personal psicopedagógico deberán estar atentos a las señales de alarma que puedan presentar los menores, como llanto constante, aislamiento social, dificultad de trabajar en grupo, conductas desafiantes o hiperreactividad emocional”, precisó.
Las niñas, niños y adolescentes pueden expresar también, miedo extremo, problemas en la atención y concentración, trastornos del sueño, quejas somáticas constantes como dolores de cabeza y de estómago, entre otros, agregó.
Castro resaltó que, los padres de familia y docentes asumirán el reto de socialización en esta nueva normalidad, porque debido a la emergencia sanitaria que aún continúa, para los chicos y chicas será más difícil el acercamiento socioemocional.
“Las restricciones como el uso de la mascarilla y el distanciamiento físico se van a mantener y eso hará difícil la correcta lectura del lenguaje gestual y el contacto físico de la comunicación no verbal”, indicó.
Paciencia y creatividad
Asimismo, las escuelas tendrán que adaptarse a estudiantes con mayor experiencia digital, los maestros deberán desplegar mayor paciencia, creatividad y escucha activa hacia sus alumnos, y dictar clases más dinámicas, integradoras y colaborativas para captar su atención, señaló la especialista.
“El trabajo en equipo con un enfoque del aprendizaje más crítico y usando tecnología para favorecer a una adecuada adaptación escolar, ayudarán, así como los programas de aprendizaje socioemocional impartidos por los psicólogos educacionales”, acotó.
Castro sostiene que el colegio es el espacio que permite a los escolares desarrollar y perfeccionar la empatía, tolerancia, paciencia, la comunicación asertiva, capacidad de escucha, de negociar, disculparse y, en general, de diversas habilidades que les servirán hoy para construir su futuro.
Rol de la familia
En ese sentido, instó a las familias a que se comuniquen con muestras de afecto, apoyo constante y una rutina predecible en la vida del niño, para asegurarle mayor autocontrol, autoestima y disminución de los niveles de ansiedad e incertidumbre.
El rol familiar será la piedra angular para dar soporte al estudiante ante los síntomas de alarma que aparecerán probablemente al iniciar las clases hasta los tres meses como máximo, que es el periodo de adaptación, refirió.
“Sin embargo, si la intensidad, duración e impacto sobre las notas y la socialización es de moderado a alto, deberán buscar ayuda profesional, un psicólogo y/o psiquiatra lo más antes posible”.
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(FIN) NDP/ SMS
GRM
Publicado: 17/2/2022