Gracias a su dedicación a los estudios, Anette Palomino Vegas está logrando cosas importantes que enorgulecen no solo a sus padres sino también a los habitantes de Copallín de Aramango, un alejado centro poblado ubicado en la provincia de Bagua, región Amazonas. Conozcamos su gran historia.
Anette Palomino Vega creció viendo a sus padres cultivar cacao, plátano y maíz, en el pequeño centro poblado Copallín de Aramango, ubicado en el distrito de Aramango, provincia de Bagua, en Amazonas. Es el tercero de cuatro hermanos y sus padres, Etiel y Anita, dedicados toda su vida a la agricultura, siempre les inculcaron la importancia de estudiar para poder progresar.
“Mis padres son agricultores y siempre me inculcaron la importancia de estudiar. Desde el colegio, ellos me alentaban a estudiar una carrera. Motivado, comencé a buscar información por internet e investigar. Me llamaba la atención las construcciones que realizaban en mi centro poblado. Vi una oportunidad de ayudar a mejorar mi comunidad, así que opté por estudiar Ingeniería Civil”, explica el talento de 20 años de edad. La experiencia de Keneth, su hermano mayor, como obrero de construcción también lo motivó.
Tras concluir el colegio, se preparó con mucho ahínco para ingresar a la universidad. En el 2019, Anette logró ingresar a la Universidad Nacional Intercultural Fabiola Salazar Leguía de Bagua para estudiar Ingeniería Civil. Cuando cursaba el segundo ciclo, en el 2020 postuló al concurso Beca Permanencia del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación, dirigido a estudiantes de universidades públicas con alto rendimiento académico y escasos recursos económicos. La beca cubre a los ganadores sus gastos de alimentación, movilidad y materiales de estudio.
“Gané la beca y me fue de gran ayuda. Estaba llevando clases virtuales por la pandemia, y tuve que irme a vivir a Bagua porque no había acceso a internet en mi comunidad. Tenía varios gastos. Con la subvención inicial que me dieron por la beca, pude comprarme mi laptop, libros y pagar el internet. Mis condiciones de estudio mejoraron”, asegura, aún emocionado y agradecido por el apoyo que le brinda el Estado peruano. Recuerda que un año antes había postulado al concurso Beca 18, pero no quedó entre los seleccionados. “Beca Permanencia fue una nueva oportunidad para mí. Mis padres me felicitaron, me dijeron que todo esfuerzo tenía su recompensa”, comenta.
En la actualidad, Anette empezará el sexto ciclo de la carrera y mantiene buenas calificaciones, como las tenía en el colegio José Gálvez, en la secundaria, o en la institución educativa n.° 16202, en la primaria, cuando solía participar en concursos y olimpiadas de matemática en representación de su centro poblado. En su pequeño dormitorio aún guarda con cariño y orgullo las cerca de 15 diplomas que recibió en su etapa escolar.
En sus ratos libres, el joven becario ayuda a cultivar la chacra de sus padres. En ese ambiente cálido, de paz, animales y abundante naturaleza, nació su otra gran pasión: la música. “Sé tocar la trompeta y saxofón, incluso pertenecí a la banda de mi colegio. Mi papá toca guitarra, batería y piano, creo que el talento lo heredé de él”, dice.
“Cuando termine de estudiar mi carrera, quiero quedarme en Bagua, aquí necesitan bastante apoyo y yo lo puedo hacer desde mi profesión, como futuro Ingeniero Civil. Quiero retribuir a mi país todo lo que están haciendo por mí”, indica. Otro de sus sueños es conseguir una beca para estudiar una maestría en una universidad top del extranjero. Anette sabe que con disciplina y dedicación todo se puede lograr.