Si decides no actualizar a Windows 11 antes del 14 de octubre de 2025, tu PC con Windows 10 seguirá funcionando, pero será más vulnerable a los riesgos de seguridad y los virus.
Por primera vez, Microsoft ofrecerá un
programa de actualizaciones de seguridad extendida (ESU) para los clientes consumidores que quieran seguir usando su PC existente después de que finalice el soporte técnico. Esta expansión del programa desde una oferta centrada en la organización es un beneficio importante para los clientes que aún no están listos para pasarse a Windows 11 y quieren ampliar el uso de sus dispositivos.
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El programa de ESU para consumidores permite que los equipos inscritos reciban actualizaciones de seguridad importantes y críticas durante al menos un año después de la fecha de finalización del soporte. El costo será de 61 dólares por computadora.
Las PC que pertenezcan a una organización comercial o educativa pueden recibir actualizaciones de seguridad durante un máximo de tres años después de finalizar el soporte para Windows 10.
Microsoft señala que una recomendación importante para preparar la finalización del soporte Windows 10 es crear una copia de seguridad del equipo, el cual es un proceso rápido y sencillo que te ayuda a guardar tus archivos, fotos, configuración, aplicaciones y credenciales de inicio de sesión para que puedas restaurar los datos automáticamente.
¿Qué riesgos de seguridad digital hay en mantener Windows 10?
“Seguir utilizando Windows 10 después del 14 de octubre trae aparejadas consecuencias reales que pueden traer impacto tanto para usuarios como para las empresas. Los sistemas sin soporte se transforman en un entorno de alto riesgo y en un objetivo más que apetecible para los ciberatacantes. Se brinda la posibilidad de quedar expuesto a problemas de seguridad, así como la información personal y la operatoria de muchas empresas”, comenta Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.
La exposición al cibercrimen es el mayor riesgo, ya que los cibercriminales saben que millones de usuarios seguirán en Windows 10 debido a que no tiene el hábito de actualizar el software, transformándolos en un blanco tan recurrente como vulnerable.
Sin parches de seguridad ni actualizaciones, las vulnerabilidades no serán corregidas y así quedarán las puertas abiertas al malware y diversos tipos de exploits. Por otro lado, es importante tener en cuenta que la compatibilidad con ciertas aplicaciones será cada vez menor, por lo cual podrían no instalarse o bloquearse por políticas de soporte. A su vez, se perderá el soporte en navegadores, que puede exponer a los usuarios a fallos críticos vía web y ciertos drivers y hardware podrían no funcionar correctamente.
También se podrían evidenciar bloqueos en entornos corporativos: servicios como Microsoft 365, Teams o Zoom podrían impedir su uso por compliance, y podrían existir restricciones en servicios en la nube, ya que OneDrive, Google Drive y Dropbox (por citar algunos) pueden limitar sus funciones.
Por último, están las obligaciones legales, ya que el riesgo legal y de cumplimiento existe para algunos sectores, donde usar un sistema operativo sin soporte puede implicar sanciones o pérdida de certificaciones.
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(FIN) NDP/ MFR /SPV