Andina

Abdón, el policía que sobrevivió a la subversión, la delincuencia y el covid-19

Policía cusqueño con vocación sui géneris celebrará este domingo el Día del Padre

El superior PNP Abdón Mamani pertenece al segundo batallón del Escuadrón Verde. Foto: El Peruano

El superior PNP Abdón Mamani pertenece al segundo batallón del Escuadrón Verde. Foto: El Peruano

14:38 | Lima, jun. 18.

Por José Vadillo

El superior PNP Abdón Mamani pertenece al segundo batallón del Escuadrón Verde. En los años de guerra contra la subversión, trabajó en operaciones especiales. Ahora, ha sobrevivido al enemigo invisible: el covid-19.

“El contagio es latente y el virus es un enemigo invisible”, reflexiona el superior de la policía, Abdón Mamani Surco, mientras sale a patrullar en una unidad del Escuadrón Verde. Ora en los alrededores del mall Santa Anita. Ora por los del Metro Hacienda en San Juan de Lurigancho. Ora por el emporio Gamarra. Ora los centros donde realizan tamizajes para el descarte del covid-19… Allá donde se necesite vigilancia, está el Escuadrón Verde. 

Abdón es un sobreviviente. Ahora suma a su hoja de vida haber superado al nuevo coronavirus. El coronel Enrique Felipe Monroy, jefe del Escuadrón Verde, fue de los primeros en gestionar la prueba rápida para el cuerpo de policías su cargo y Abdón dio positivo. 

“Me aislé sin ningún síntoma ni nada”. Y cumplió los 28 días en aislamiento domiciliario, como era un caso asintomático, se preguntaba todos los días si era cierto o no su caso, igual, tomó todas las medidas de bioseguridad necesarias y se mantuvo aislado en su habitación, para no contagiar a sus dos hijos y a su esposa. Sus niños son menores de cinco años, había que ser muy severos en la cuarentena en el hogar. Al final del periodo de cuarentena, el efectivo policial pasó la prueba molecular en una clínica, donde dio negativo y regresó feliz a su trabajo, que tanto extrañaba, que es parte de su vida. 


Posiblemente, cuando sus hijos sean grandes, piensa, ellos comprenderán su vocación por el uniforme policial. Porque él ingresó a la Policía Nacional del Perú por una vocación sui géneris. Era escolar en la ciudad de Sicuani, provincia de Canchis, departamento del Cusco, y ya sentía el llamado de la vocación, de vestir el uniforme de la entonces Guardia Civil. 

Justamente, en 1988, Abdón integró la primera promoción de la unificada policía. La Policía de Investigaciones, la Guardia Civil y la Guardia Republicana, dejaron sus individualidades institucionales para formar el corpues del colectivo de la actual Policía Nacional del Perú (PNP).

PNP
En los años de lucha contra el terrorismo

Entre guerras 


Treinta y dos de sus 52 años de vida, Abdón los ha dedicado al cuerpo policial. En los años ochenta trabajó en la entonces Dirección de Operaciones Especiales de las Fuerzas Policías, la Does, hoy Dinoes, que tenía su sede en el fundo Barbadillo. 

Eran los años de la lucha contra la subversión y Abdón participó en diferentes operaciones antiterroristas allá donde las papas quemaban, en Uchiza, Aucayacu, Tingo María, la zona roja. 

“Vi a mis promociones cayendo en enfrentamientos con los terroristas. He tenido que cargar a mis promociones heridos para llevarlos a un lugar seguro”, recuerda. “Uno se siente triste por lo que sucedía, pero también te daba más fuerza para luchar, para seguir adelante. Es la vocación como policía de dar seguridad y paz a la ciudadanía”. 

Si ha sobrevivido a las emboscadas, Abdón cree que se lo debe, también, a que antes de ingresar a la PNP, hizo el servicio militar en el Ejército, donde aprendió a cómo reaccionar. Por ejemplo, ante una emboscada con bombas caseras hay que saber echar el cuerpo a tierra. Y así. “Del Ejército salí con esa fuerza y, gracias a Dios, estoy vivo”. 

Con corbata y sin corbata 


En estas tres décadas en el cuerpo policial, Abdón ha cumplido servicio por diferentes regiones del país: Arequipa, todas las provincias de Áncash, Chiclayo, Lambayeque, Moyobamba, Uchiza, Nueva Cajamarca. Viajando a pie, en camiones, en vuelos en helicópteros y en los recios aviones de las Fuerzas Armadas, los Hércules, los Antonov.

Saber el quechua, que aprendió en su hogar cusqueño, le ha servido en los diferentes lugares donde ha prestado servicio. En la Selva, por ejemplo, donde llegaron muchos colonos de las zonas andinas. 

“El policía debe ser multifacético para poder llegar al ciudadano”, opina el efectivo cusqueño. “Muchos que llegan a una comisaría son personas que no saben hablar el castellano y el policía debe de comprenderlos porque al ciudadano se le sirve por igual, con corbata o sin corbata”. 


Por su trabajo en el cuerpo de operaciones especiales de la PNP, que lo llevó por distintas partes del país, “no se pudo concretar hacer familia”.  Hace cinco años, vive con la huaracina Elvira Gloria Mejía; cuando se conocieron Abdón le explicó que a él le gustaba su carrera policial y la madre de sus dos hijos, comprende su vocación. 

En el Escuadrón Verde 


Hace tres años, Abdón labora en el Escuadrón Verde, cuya sede queda en el jirón Cotabambas a espaldas del palacio de Justicia. 

“Para llegar a esta unidad uno tiene que realizar varios cursos y ser buenos policías. Así mismo, acá tenemos cursos con buenos monitores; semanalmente te dan charlas capacitaciones, para estar al día en todo lo que debe de hacer un policía conforme al nuevo procesal penal”, comenta. 

Una nueva guerra


Mira todo lo avanzado en su vida policía y lo resume en una frase: “tengo la suerte de sobrevivir”. Con toda su experiencia en operaciones especiales, el superior Abdón habla del covid-19, un enemigo distinto. 

-Ahora, estamos en una guerra invisible, no sabes en qué momento te puedes contagiar, quién es la persona infectada, pero nosotros tenemos que estar en la calle, patrullando, para ver que las personas cumplan con el aislamiento social obligatorio, con el distanciamiento social. 

-¿Y los peruanos, cumplen?


-El peruano, a veces, no cumple, pero para eso está la policía. Por eso se les impone las papeletas. Ojalá que así piensen, recapaciten. 

PNP
Con su familia, hija y nietos

A Abdón, muchas veces le ha tocado trabajar en el Día del Padre, esta vez, está contento porque tendrá la suerte de pasar el domingo junto a su familia. “Quizá no lleves nada en tus manos, pero la presencia de un policía, de un padre en la familia, es bueno”, aconseja el integrante del Escuadrón Verde, cuyo hobby es jugar al fútbol, jamás “el vicio del trago”. Sin embargo, sabe que eso puede cambiar, todo depende de las autoridades, de las necesidades del servicio. 

Para eso están listos siempre los policías, asegura.

Palabra de un sobreviviente.

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Publicado: 18/6/2020