La fidelidad en la pareja es un acuerdo, y aunque es difícil cumplirla porque la naturaleza humana nos lleva a la poligamia, es posible lograrla cuando ambos se han desarrollado y tienen cosas nuevas para compartir, no para retener al otro sino para sentirse bien.
Así lo explicó la psicoterapeuta Carmen González, de la Clínica de las Emociones, quien abordó el tema de la infidelidad y sus causas en el programa Saludable Mente de Andina canal online.
Según González, cada ser humano es “la suma de emociones que fabricamos desde la infancia” y, por ello, las relaciones familiares durante la niñez y adolescencia influyen en la futura relación de pareja y en la forma en que actuamos al descubrir una infidelidad.
Quizá en la infancia había un padre o madre ausente, o que prefería más a la hermana o al hermano; esto pudo provocar que esa persona desarrolle una dependencia emocional con su pareja y le impida terminar la relación después del engaño, comentó.
La especialista dijo que todas las personas reaccionan distinto ante la noticia de una infidelidad. Por ejemplo, uno puede matar a la pareja, otro se suicida, otro se busca un amante, otro busca un abogado y está la mujer que también engaña, y "todos dicen que aman".
“Acá de lo que se trata es de sanarnos todos porque todos traemos traumas. Nadie tuvo un par de padres perfectos para poder curarnos de esos traumas”, añadió.
Para González, es importante comprender la naturaleza de la infidelidad porque no quiere decir necesariamente que la persona infiel no ame a su pareja sino, más bien, puede ser una señal de que algo está faltando en la relación.
“Cuando alguien tiene interés en otra mujer o en otro hombre, la relación debe cortarse de inmediato o ponerse en suspenso para ver qué se hace . Porque si queda algo de afecto o de amor, esa separación va a hacer que pueda comparar con quién me voy y con quién me quedo en un futuro”, explicó.
Entonces, prosiguió, si hay una mujer o un hombre que en este momento está sufriendo por un desengaño, siente que agoniza o se muere, no es que ama mucho, sino que no se estima mucho. "Uno debe tener la suficiente dignidad para reconocer y aceptar cuando el otro ya no nos desea".
Finalmente, la psicoterapeuta aseguró que la fidelidad es un logro que pocas personas alcanzan y advirtió que "perdonar una infidelidad" le parece lo más farsante, ya que el engaño causa un profundo dolor emocional en la persona traicionada y la confianza, que es uno de los pilares en una relación saludable.
"Perdonar me parece lo más farsante. Más bien debo ver qué tengo en el alma para agredir al otro. Entonces acá no hay perdón. Acá cuando una persona saca la vuelta y quiere seguir en su relación, tiene que descubrir por qué saca la vuelta, cuál es su debilidad. Puede ser que haya sido el último hijo, que ha tenido hermanos varones y nunca se sintió dueño de la madre. Entonces se ha quedado con una herida narcisista. No se siente querido por la primera hembra de su vida y (ya de adulto) se reafirma con cuanta mujer pasa".
Al consultársele cómo luchar para vencer ese impulso natural que lleva a la poligamia, la experta indicó que será necesario tener una relación valiosa, una relación donde cada uno haya desarrollado su espíritu. "Que cada día tengas cosas nuevas para compartir, no porque quieras mantener la pareja, sino para sentirte bien”.
Es bueno, agregó, que la pareja mantenga su intimidad no solo sexual, sino que tenga actividades que los convocan a los dos, que vayan a un buen cine, que vean una buena película, no solo llenarse la cabeza de chatarra porque el alma también se convertirá en chatarra.
Más en Andina:
(FIN) SQH/RRC