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Conozca qué dice el Acta de la Declaración de la Independencia del Perú

Es uno de los documentos más importantes de la historia del Perú y el que inicia la época de la República

Texto del acta de la independencia del Perú. Foto: Municipalidad de Lima

Texto del acta de la independencia del Perú. Foto: Municipalidad de Lima

16:40 | Lima, jul. 26.

Uno de los momentos estelares de la historia del Perú es el que rodea a la suscripción del Acta de Declaración de la Independencia del Perú, firmada el 15 de julio de 1821, que fue el paso previo para la declaratoria ocurrida días después, el 28 de julio de 1821.

Este importante documento, que para muchos inicia nuestra República, se conserva en los archivos de la Municipalidad Metropolitana de Lima, entre los 30 000 libros que guarda. Es el tomo 45, que contiene 175 folios, figurando precisamente entre las páginas 68 y 88 la declaración del Acta de la Independencia del Perú con las firmas de los vecinos y habitantes más importantes  de la ciudad que expresaron su voluntad de tener un país libre e independiente de la corona española.


El historiador de la Municipalidad de Lima, Juan José Pacheco, manifiesta que los vecinos más acaudalados de la ciudad que firmaron el acta estuvieron de acuerdo con el ingreso de San Martín a Lima, entre ellos el alcalde Isidro Cortázar y Abarca, conde de San Isidro, quien fue precisamente el que convocó al cabildo abierto, cumpliendo un pedido del general José de San Martín.

Surge el principio de la voluntad popular

"San Martín quería conocer la opinión de los notables de Lima, acerca de la independencia, por lo que el alcalde convocó a la ciudanía para preguntarle si consideraban importante que ingresara el Ejército Libertador a Lima, pues el virrey La Serna se había ido una semana antes porque estaba rodeado por las tropas de San Martín que estaban en el Norte chico, y la ciudad estaba desprotegida", señala.


El cabildo abierto era una reunión extraordinaria que se hacía para definir temas importantes y fue en este contexto que se redactó el documento de 13 líneas. Esta labor recayó en el abogado Manuel Pérez de Tudela, natural de Arica, que por entonces pertenecía al Perú, y quien era un gran colaborador de San Martín.  

El 15 de julio de 1821 se inició la sesión en el cabildo de Lima. Luego de varios discursos, se presentó el acta de Independencia, firmada por los integrantes del cabildo, el alcalde, dos regidores y dos procuradores, además del arzobispo de Lima, el conde de la Vega del Ren, Javier de Luna Pizarro, José de la Riva-Agüero, entre otros 300 vecinos notables de Lima.


Posteriormente la suscribieron otros habitantes de la ciudad, hasta recolectar un poco más de 3500 firmas, que se reunieron hasta siete días después y donde "muchos criollos y nobles se vieron obligados a suscribirla por temor al ejército patriota", como bien lo señala el historiador de la comuna limeña, quien precisa que la ciudad tenía por entonces menos de 60 000 habitantes.

El ayuntamiento de aquella época decretó que la Secretaría se mantenga abierta para que todos los interesados en sumarse a esta declaratoria pudieran estampar su rúbrica.

"Este no fue un proceso sencillo, muchos de los firmantes lo hicieron por temor a las normas y otros por recompensas, y aunque tuvieron distintas motivaciones para hacerlo, en esos momentos configuraba una decisión muy difícil para la población, pues debían decidir sobre su país, pero también sobre sus vidas, pues sus bienes, sus familias y hasta su integridad personal estaban en juego".

Asegura que estuvieron obligados, presionados por el Ejército Libertador y otros por el hambre, porque –recuerda– el puerto del Callao estaba bloqueado por la escuadra libertadora, que había venido de Chile y tenían miedo porque se estaban quedando sin alimentos. "Todas esas cosas determinaron que la población, al final, no tuviera otra alternativa que firmar el acta.


Una vez que San Martín recibió el documento el 22 de julio, anunció que se realizaría la proclamación el sábado 28 de julio.

En ese lapso, y ya con el documento firmado, San Martín coordinó con el alcalde de Lima y el cabildo se  encargó de la construcción de los tabladillos, de elaborar el estandarte y de crear una escarapela para identificar a los patriotas.

"Antes de ingresar a Lima, San Martín había aguardado en un cuartel que formó en la zona de la hacienda de la Legua, que es actualmente Carmen de la Legua, en el Callao. Allí esperó hasta que finalmente hizo su ingreso el 28 de julio, para proclamar la Independencia, cuando ya tenía el documento que señalaba que los limeños estaban a favor de la independencia".

Una particularidad del documento que Pacheco destaca es que entre los firmantes no figuraban mujeres, pues en ese entonces se consideraba que estas no tenían aún derechos, salvo que tuvieran la autorización de sus esposos.  


Libres del yugo español

"Durante el proceso independentista que comenzó mucho antes, un aporte importante fue el que provino de las regiones del norte: el 27 de diciembre de 1820, Lambayeque se proclamaba libre del yugo español y el 29 de diciembre, apenas dos días después, Trujillo se pronunciaba igualmente. Luego vendrían Piura, Cajamarca, Chachapoyas, Jaén, Maynas", refiere Pacheco, quien recuerda que la historia consigna claramente que Lima fue el último bastión de las huestes realistas, antes de ser proclamada la independencia del Perú.

La época del Protectorado

Para consolidar nuestra independencia, San Martín empezó un Protectorado casi de inmediato. Se instaló el 3 de agosto de 1821 y se mantuvo hasta el 20 de setiembre de 1822. "El Libertador esperaba completar la independencia del territorio nacional y en ese proceso dictó las primeras medidas designando a un secretario de Guerra y Marina, uno de Relaciones Exteriores y otro de Hacienda", afirma Pacheco.

"Entre las obras importantes que hizo figura la creación de una orden nobiliaria que reemplazara a los títulos nobiliarios de España, creando la Orden el Sol del Perú. También fundó la Biblioteca Nacional".


Pacheco afirma que liberó también a los indígenas de los tributos y con la ley de “vientres libres” ordenó que los esclavos nacidos después del 28 de julio nacieran libres, aunque en la práctica –refiere– no se cumplió del todo porque muchos esclavos prefirieron seguir con sus amos, ya que con ellos tenían alimentación, vivienda, de lo contrario tendrían que salir a trabajar y ganar dinero. "Muchos vivieron muy apegados a sus amos, aunque otros compraron su libertad".  

Finalmente, antes de partir del Perú, dejó instalado un Congreso Constituyente. "Nadie se acuerda de este dato, pero el Congreso de la República cumplirá en setiembre 200 años, desde que fuera inaugurado en 1822", señala el historiador Juan José Pacheco.


Texto original del Acta de la Independencia de Perú:

En la Ciudad de los Reyes del Perú, en quince de julio de mil ochocientos veinte y uno. Reunidos en este Excelentísimo Ayuntamiento los señores que lo componen, con el Excelentísimo e Ilustrísimo Señor Arzobispo de esta Santa Iglesia Metropolitana, prelados de los conventos religiosos, títulos de Castilla y varios vecinos de esta capital, con el objeto de dar cumplimiento a lo prevenido en oficio del Excelentísimo Señor General en Jefe del Ejército Libertador don José de San Martín, del día de ayer, cuyo tenor se ha leído; e impuestos de su contenido reducido a que las personas de conocida probidad, luces y patriotismo que habitan esta capital expresasen si la opinión general se hallaba decidida por la independencia, cuyo voto le sirviese de norte al expresado Señor General para proceder a la jura de ella. Todos los señores concurrentes por sí y satisfechos de la opinión de los habitantes de la capital dijeron: Que la voluntad general está decidida por la independencia del Perú de la dominación española y de cualquiera otra extranjera; y que para que se proceda a su sanción por medio del correspondiente juramento, se conteste con copia certificada de esta acta al mismo Señor Excelentísimo y firmaron los señores: 

1– El Conde de San Isidro – Bartolomé Arzobispo de Lima – Francisco de Zárate – Simón Rávago – Francisco Valles – Pedro de la Puente – Francisco Xavier de Echagüe – Manuel de Arias – el Conde de la Vega del Ren – fr. Gerónimo Cavero – José Ignacio Palacios – Antonio Padilla, síndico procurador general – José Mariano Aguirre – el Conde de Las lagunas – Francisco Concha – Toribio Rodríguez – Xavier de Luna Pizarro – José de la Riva Agüero – Andrés Salazar – Francisco Salazar – José de Arriz – el Marqués de Villafuerte – doctor Segundo Antonio Carrión – Juan de Echevarría – Juan Manuel Manzano – el Marqués de Casa Dávila... (siguen las firmas)

– Nicolás de Aranivar – Tomás de Méndez y La Chica– Francisco Valdivieso – fray Anselmo Texero – Manuel Cogoy – Pedro de los Ríos – Manuel Urquijo – Pedro Manuel Bazo – Francisco José Colmenares –Jorge Benavente – Manuel Agustín de la Torre – Juan Esteban Henríquez de Saldaña – Tomás de Vallejo – José Zagal – fray Tomás Silva – Antonio Camino Vergara – Cecilio Tagle – Miguel Tenorio – Manuel de la Fuente Chávez – fray Juan de Dios Salas – Manuel del Valle y García – Vicente Benito de la Riva – Tomás Ortiz de Cevallos – fr. Pedro de Pasos – Manuel Saénz de Texada – Manuel de Landázuri – Justo Figuerola – Miguel Tafur – el Marqués de Monte Alegre – Juan Panizo y Foronda – Tomás Panizo y Talamantes – Manuel Ignacio García – Martín José Pérez de Cortiguera – Diego Noriega –Pedro Urquizo – Juan Gualberto Menacho – doctor Ignacio Ortiz de Cevallos – Manuel Cayetano Semino y Larrea – José Cirilo Cornejo – José Mariano Román – Pablo Condorena – Juan Reymundez – Antonio Boza – Manuel Tellería – Manuel de la Fuente y Murga – Gaspar Gandarilla – doctor José María Falcón – Juan Saavedra – Manuel Negreiros y Loyola – doctor Juan Francisco Puelles – Eugenio de la Casa – Tomás José Morales – doctor Pedro de Tramaría – Agustín Larrea – doctor Fernando de Virquiaga – Hipólito Unánue – Marcelino de Barrios – José de la Puente – José Perfecto de Tellería – José Zúñiga – José Francia – Manuel Concha – Manuel Díaz – doctor Juan Bautista Ramírez – doctor Manuel Antonio Colmenares – Luis Antonio Naranjo.

2– Tomás Cornejo – Manuel Ayllón – Mateo de Pró – Lorenzo Zárate – Pedro Manuel Escobar– Juan Salazar – José Martín de Toledo – Mariano Pord – José Manuel Dávalos – doctor Francisco Herrera – Antonio de Salas – Manuel de Arias – Juan Cosio – Felipe Llanos – Lorenzo del Río – Ángel Tomás de Alfaro – Manuel Mansilla – Mariano González – Fermín Moreno – José Francisco Garay – Esteban Salmón – Manuel Suárez – José Alonso Montejo – doctor José Manuel de Villaverde – José Bonifacio Vargas y Zumarán – Simón Vásquez – Miguel Riofrío – Miguel Gaspar de La Puente – el Conde de Torreblanca – Jacinto de la Cruz – José Vidal – Francisco Renovales – Francisco Moreyra y Matute – Tomás de la Casa y Piedra – Mariano Tramarria – Mariano José de Arce – Manuel Ferreyros – Manuel Villarán – el Conde de Vistaflorida – Manuel Concha – Miguel Antonio de Vértiz – Francisco Antonio del Carpio – Mariano de Sarria – Pedro Fano – José Crisanto Ferreyros – Manuel Durand – Pedro Loyola – Francisco Xavier Mariátegui – José Antonio de Ugarte – Antonio de Bedoya – Santiago Campos – José Pezet – Manuel Travi y Tazo – José Ugarte – José Coronilla – Pedro Abadía – Pedro Olaechea – José Terán – Pedro José de Méndez – Juan de Ezeta – Manuel García Plata y Urbaneja – Justo Zumaeta – Pedro Echegaray – Valentín Ramírez – José Antonio Henríquez – Manuel Tudela – José Cavero – Eusebio González – Isidro Castañeda – Domingo Velarde – Marcelo de la Clara – José Mendoza y Santa Cruz – Agustín Bastidas – Lucas Antonio Palacios – Julián de Cubillas – Pedro de Jáuregui – José Domingo Castañeda – Francisco Collantes Rubio – Alexandro Poquis – fr. José Manuel Maldonado – José de la Torre – Tadeo Chávez – Juan Antonio Pitot – José Mercedes Castañeda – Francisco Vergara – Juan Francisco de Izque – fr. Manuel Mendiburu – José Melchor de Cáceres – Manuel Antonio Díaz – Manuel Marquina – José Cayetano de Parracia – José Eugenio Izaguirre – José Eustaquio Roldán – Agustín de Vivanco – José Antonio de Cobián – Clemente Verdeguer – fr. Melchor Montejo – José Luis Oyagüe – Toribio de Alarco – Manuel Gallo – Ignacio Ayllón Salazar – Juan de Elizalde – fr. José Vargas – Manuel Alvarado – José Domingo Solórzano – Antonio Elverdin – Manuel Baca – Manuel de Unizar – Nicolás de los Ríos – Mariano Pérez de Saravia – Juan de Acencios – Mariano Bravo – José Bernabé Romero – Bernardo Pont – Manuel de Zumaeta – Mariano Gómez Lizardi – Pedro del Castillo – fr. Mariano Negrón – fr. Mariano Seminario – fr. José Domingo Oyerregui – Pablo Romero – Ignacio Talamantes y Baeza – José de Espinoza – José Manuel Malo de Molina – Manuel Rivera – Nicolás Navarro – Mariano Chaparro – José Manuel Ayesta – Isidro Blanco – Narciso Espinoza – José Unzaguey – Mariano Vega – Julián Ponce – Pablo Espinoza – Hipólito Balares – fr. Lázaro Valaguer – Francisco de Mendoza Ríos y Caballero – Francisco Xavier de Izque – Isidoro Alzaga – Bernardino Hordillo – Manuel Suárez – Manuel Gonzáles y Pabón – José Infantes – Manuel Porras – Manuel Ruyloba – Pedro Antonio López – Vicente Sánchez – Cayetano de Casas – Domingo Encalada y Cevallos – Pedro Dávila – Carlos de Bedoya – José Vivansan Rivas – Juan Pabón y Carero – Feliz de Herrera – fr. Pedro Bravo – José María de Guamano – Andrés Zamanamut – Manuel Herrera – Manuel Vallejo – José Jorge Landaburu – Manuel de Álvarez y Hoyos – Andrés Negrón – Juan Ignacio de los Ríos – Nicolás Ames – José Neque – fr. José Seminario – José María Ramírez – Guillermo del Río – Andrés Riquero – Felipe garcía – Francisco Carrillo y Mudarra – el Conde de San Juan de Lurigancho – Diego Aliaga – Faustino de Olaya – Gabriel de Oro. 

3– Apolinario del Portal – Tomás Benaquet – José Valentín Huidobro – José Manuel de La Rosa López – Juan Bautista Navarrete – Ignacio Cavero y Tagle – Calixto Gutiérrez de La Fuente – Manuel de Bonilla y Prados – Gabino de Pizarro y Lara – Julián del Castillo – Manuel López – Juan Infanta – Francisco Eufrasio de Garay – Bruno Herrera – José Arévalo – Juan Manuel Fernández – José Rodríguez – Antonio Pérez – Lorenzo Amor – Miguel Bruno Bayeto – José Bernardo de Izquierdo – Tomás Benaut – José González – José Carlos – José María Chávez – fr. José Salazar – Fabián Alguero – Antonio Pelaet – Manuel Cubillas – José Arostegui – Lorenzo Cano – Juan Esteban de Garate – Vicente Arnao – José María Rodríguez – José Lugo Noguera – Gaspar de Cruceta – Francisco Noya – José Hue – José Torres – José Guillermo Giraldino – Miguel Molineros – José Ignacio Sánchez y Santa Cruz – Eusebio Ramos – Juan Bautista Valdez – Juan Manuel de la Pinilla – José Hurtado – Pedro Salvi – José Olaqua – Bacilio Govea – Ramón de Vallejo – Alexo de la Torre – José de Perochena – Nicolás Mosquera – Pedro Rivas – Blas Covarrubia – Gaspar de Candamo – Manuel Vicente Cortez – Juan Francisco Carrión – José Manuel de Rivas – Narciso Antonio Marcade – José Cubillas – fr. Mariano Calatayud – José Agustín Ordóñez – Manuel Rivero – Manuel Pellegrin – Manuel Romero – Manuel Barroso – Agustín Cordero – Martín del Risco – Tiburcio José de la Hermosa, síndico procurador general – el Marqués de Corpa, síndico procurador general – Manuel Muelle, secretario.




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Publicado: 26/7/2022