Por Susana MendozaEn un lugar de San Isidro, un grupo de hombres y mujeres se reúne disciplinadamente todas los jueves para cumplir una misión: ser guías de atletas que tienen discapacidad visual pero no perdieron la fe de hacer realidad su sueño de correr y competir.
Alfonso, Fiorella, Roxana, Víctor y Marco son corredores experimentados y forman parte de la Escuela de Atletas Invidentes y Guías, Yo soy sus ojos. Ellos entrenan en el Estadio San Isidro ubicado en la avenida de El Ejército con sus pares que tienen problemas de visión.
Yo soy sus ojos se creó el 2015 por iniciativa de José Manuel Jurado, Víctor Espinoza y Domingo Elías quienes se dieron cuenta de que la práctica del deporte puede contribuir a reducir la exclusión social de personas con discapacidad visual. Compartieron este deseo con atletas de diferentes grupos de corredores, gracias a los cuales lo hicieron realidad: una persona ciega puede correr y participar en competencias.
Desde hace cinco años
Yo soy sus ojos está demostrando que no solo pueden participar en las competencias “amateur” que se organizan, sino también en las profesionales, de grandes lides, donde las exigencias deportivas son indicadores de talento.
Días de carrera
Alfonso, Fiorella, Roxana, Víctor y Marco se reúnen los jueves de siete a nueve de la noche para entrenar con su “otra mitad”, el otro corredor o corredora que tiene
ceguera total, visión parcial o baja visión.
La relación con ese “otro” se construye en el campo y es más que deportiva, afirma Roxana Huapaya De La Cruz, es un match increíble que vive desde hace dos meses, confiesa. Ha aprendido a compartir con otra persona y vincularse de forma completa.
Fiorella Riva Flores en cambio encontró nuevas sensaciones. Supo de ellos a través de las redes sociales y se comunicó con la institución vía Instagram, que la invitó a participar. Su primera carrera como guía fue en diciembre del año pasado.
“Mi vida ha dado un giro. Ahora soy más sensible con las personas que tienen algún tipo de discapacidad. Me coloco en sus zapatos. Sobre todo, de las que tienen discapacidad visual pues generalmente somos muy indiferentes con ellas”, afirma.
Compromiso y ejemplo
En cambio, Alfonso Rivadeneyra Barrueto, Víctor Ccosi Parisaca y Marco Mendoza Tineo oyeron hablar por primera vez de Yo soy sus ojos en carreras que participaron. Llamó su atención que unos corredores invidentes compitieran acompañados de corredores curtidos.
Para Alfonso, esta revelación lo impulsó a buscarlos por Facebook. Hace cuatro años que forma parte de este equipo y gracias a sus colegas invidentes comprendió que las ambiciones y los sueños los tienen todos, con igual intensidad, y que una discapacidad física no los limita.
A Víctor lo asombró cómo personas que no pueden ver, corren, se entrenan y celebran sus triunfos. “Yo quiero ser como ellos” se dijo. Fue en el 2018. Al año siguiente, en octubre, el joven deportista se comprometió a ser parte de la iniciativa.
A Marco, en cambio, lo cautivó la presencia de los para atletas peruanos en los
Juegos Para Panamericanos 2019. “Me marcó profundamente esa experiencia pues observé atletas incansables con una gran fuerza interior que no se limitaban para nada”, comentó.
Son sus ojos
Para Rosa Elena Cañapatana Quispe, la gente de Yo soy sus ojos volvió a encenderle la mecha de la ilusión, pues corría esporádicamente con inseguridad, pero a partir del 2017 sintió que podía seguir practicando ese deporte porque los guías que empezaron a entrenarla se convirtieron en sus ángeles. La orientaban con dedicación. Ella cuenta que por falta de visión no tienen coordinación motora, ni equilibrio ni manejo del espacio, la preparación semanal en estos dos años la han potenciado, dice.
Por su parte Bryan Vidalón, sostiene que con el guía se genera un vínculo de confianza, de soltura y por la constancia se desarrolla el movimiento corporal y la coordinación motora.
Los guías
Los guías usan una especie de brazalete que le permite coger la muñeca del corredor invidente. Se convierten en sus ojos porque son los que indican las vueltas, los cambios, el tiempo por kilómetro, por vuelta.
Los guías elaboran un plan de carrera: cómo tienen que correr, a qué ritmo y distancias. Se acomodan a la cadencia del corredor que no puede ver, usan el método espejo: la coordinación se logra porque el primer paso del trote lo inician con diferente pierna.
Si empezaran con la misma pierna, no podrían trotar de manera adecuada, no lograrían el mismo ritmo y cadencia. Para más información sobre el tema, los interesados pueden comunicarse a través del Facebook:
https://www.facebook.com/YoSoySusOjos/ Instagram: @yosoysusojos o al correo electrónico
yosoysusojos@gmail.com
(FIN) SMS/ART
Video: Yo soy sus ojos: Voluntarios ayudan como guías a atletas invidentes
Publicado: 21/2/2020