Chaska Quispe Torres es una entusiasta estudiante que a sus 23 años que lidera Yachay Wasi, una iniciativa que apoya la educación de los niños, en especial de los que viven en zonas alejadas del país y con dificultades de conectividad, reforzando las clases que reciben. Conozcamos la historia de esta joven talento.
Yachay Wasi ha logrado convocar a 250 voluntarios a escala nacional para brindar
asesorías y reforzamiento educativo a niñas y niños de colegios públicos. “Cuando inició la pandemia, volví a Calca y vi muy de cerca el cambio de la educación presencial a la virtual”, relata Chaska, quien acababa de concluir en Lima sus estudios de Arquitectura, Urbanismo y Territorio con la
Beca 18 del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.
Es así que se puso en contacto con sus amigas y amigos de la promoción 2014 del Colegio Mayor Secundario (COAR) Lima, quienes al igual que ella, estaban ya concluyendo sus carreras profesionales en las más importantes universidades del país, muchos de ellos con Beca 18. “Retomamos la conversación sobre los problemas que veíamos: los niños no estaban recibiendo sus clases, sobre todo en zonas andinas y amazónicas”.
Jóvenes, como Chaska, de distintas regiones del Perú dijeron: “¡Hagamos algo!”. Así iniciaron su trabajo, en conjunto con docentes, para
reforzar las clases y luego los sesiones de “Aprendo en Casa”. “Nuestra prioridad eran los colegios nacionales con más dificultades de conectividad”, detalla la joven de 23 años.
Yachay Wasi destaca por su propuesta holística: además de las asesorías educativas a los niños, también brindan talleres a madres y padres de familia y realizan capacitaciones a los docentes para reforzar sus capacidades en entornos digitales. Todos estos actores –estudiantes, docentes y padres de familia– reciben acompañamiento emocional y psicológico. También tienen la oportunidad de asistir a clases de arte y cultura.
Fue este aspecto que destacó Cynthia Vila, viceministra de Poblaciones Vulnerables del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, al momento de premiar a Yachay Wasi con el segundo lugar, en la categoría igualdad de oportunidades del concurso Voluntarios del Bicentenario Haciendo Patria 2021. La funcionaria agregó: “Con su iniciativa se ha podido fortalecer la educación de los niños para reducir las tasas de deserción escolar que ha generado la pandemia”.
Chaska lo explica así: “Trabajamos con todo el entorno del niño. Vemos los problemas de fondo. No solo si tiene buenas notas, también podemos preguntarle, por ejemplo, por qué está triste. Y al estar en contacto con los docentes y los padres de familia comprendemos la realidad, como cuando no hay señal para comunicarnos. Vamos a contracorriente y estamos logrando muchas cosas”.
Empoderar a los niños para “el país que queremos”
Chaska creció en una familia de docentes. “Debo agradecer a mis padres que me dejaron volar”, dice, sobre un ambiente donde ella podía expresarse libremente y veía a su madre y a su tío, docentes de escuela rural, estimular el arte, las matemáticas y las letras en los niños. El quechua era la lengua que ahí empezó a reconocer, y por eso también el nombre de Yachay Wasi que significa “casa del saber”.
También recuerda lo importante que ha sido en su vida que el municipio de Calca, donde nació, convocara a los escolares para participar de un congreso sobre los derechos de los niños y adolescentes. Ella destacó y representó a su localidad en un encuentro a nivel nacional cuando solo tenía nueve años. Allí descubrió que sus inquietudes eran también las de más niñas y niños de todas las regiones del país.
“Siento que a veces subestimamos a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes. Como si todavía no estuviéramos preparados. Pero lo cierto es que si empoderamos a los niños para que propongan soluciones, estoy segura que tendríamos más proyectos como Yachay Wasi”, asegura Chaska.
La estudiante también destaca la importancia de hacer voluntariado. “En la universidad nos volvemos pequeños cuando creemos que todavía no podemos proponer soluciones, y estamos esperando a ser profesionales, pero por qué no hacerlo desde la universidad”, comenta la joven que ya lleva cinco años haciendo voluntariado en diversas instituciones.
Ella ha fundado no solo Yachay Wasi, sino también Yanapay, una asociación que vela por los derechos de los animales en la provincia de Calca. “Una vez que inicias en el voluntariado es muy poco probable que dejes de hacerlo”, señala la joven cusqueña que, como es característica de los Voluntarios del Bicentenario, está construyendo con alegría “el país que queremos”.
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(FIN) NDP/MAO