En la cultura andina y los pueblos indígenas, un yachachiq es un sabio, un maestro campesino que –con sus habilidades y destrezas en el agro– es personaje clave en procesos como la siembra y la cosecha.
Ese mismo papel es el que cumplen los yachachiq en el éxito del proyecto productivo Haku Wiñay/Noa Jayatai del programa Foncodes del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
Durante el 2024, en las comunidades de la sierra y la selva, 2,086 yachachiq (486 mujeres y 1600 varones) brindaron capacitación y asistencia técnica a las familias en el uso de tecnologías productivas.
Usando la metodología “de campesino a campesino” y en un lapso de 3 años, los yachachiq apoyan a las familias del campo con capacitación y asistencia técnica en el cultivo de hortalizas (en fitotoldo y a campo abierto), cultivo de tubérculos y cereales y crianza de animales menores (cuyes, gallinas, cerdos).
Asimismo, en riego tecnificado (por aspersión y goteo), producción de abonos orgánicos (compost, biol y bocashi) y en la mejora de la vivienda saludable (uso de cocinas mejoradas, consumo de agua segura, reciclaje de desechos), fortaleciendo y ampliando –de este modo– sus capacidades productivas.
Conocimientos y habilidades
Los maestros del campo tienen como tarea principal enseñar o transmitir conocimientos y saberes en español, quechua, aimara, awajún, candoshi, asháninka, kukama-kukamiria, shipibo-conibo y otras lenguas nativas.
Estos saberes giran en torno al uso de tecnologías productivas para que las personas que habitan en las comunidades rurales aprendan de manera práctica y sencilla a mejorar su seguridad alimentaria, su economía y su nivel de vida.
Los yachachiq trabajan junto a los hogares identificando oportunidades de emprendimientos asociativos. Incentivan la formación de grupos de interés y, junto a los facilitadores financieros, ayudan a la elaboración de perfiles de negocios.
Las familias organizadas participan en los concursos de emprendimiento y los ganadores obtienen activos productivos y financiamiento para la contratación de asistencia técnica especializada, según rubro: asistencia productiva, asistencia económica y comercial y de reforzamiento de capacidades.
La labor de los yachachiq responde a los enfoques de desarrollo territorial rural y de interculturalidad de Foncodes. Se adaptan a las características culturales y ambientales de las familias, introduciendo cambios positivos que mejoran la productividad y el volumen de producción agropecuaria.
Emprendimientos rurales
La rutina de estos líderes rurales empieza muy temprano. Se desplazan a distintas comunidades de su ámbito de acción caminando, a caballo o en moto.
La población los identifica porque visten chalecos y gorros con los colores distintivos de Foncodes del Midis. Cada yachachiq –hombre o mujer– trabaja en promedio con 40 familias durante el primer y segundo años de ejecución, y con 100 familias durante el tercer y último años de intervención.
Desde el 2012 hasta el 2024, el Midis ha asistido técnicamente a 433,085 familias usuarias de Haku Wiñay/Noa Jayatai en la sierra y selva del Perú, gracias al trabajo de 21,111 yachachiq.
Además, “se han creado e implementado 19,492 emprendimientos rurales inclusivos, lo cual contribuye al incremento y diversificación de los ingresos monetarios familiares”, detalló el Midis, en una nota de prensa.
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(FIN) NDP/CCH
Publicado: 13/1/2025