Entre las diversas festividades que revelan la enorme e incomparable riqueza cultural de la región Cusco destaca el Wasichakuy o faena de reparación del techo del templo de San Francisco de Asís, ubicado en el distrito de Marcapata, provincia de Quispicanchi. Los conocimientos, prácticas y rituales asociados a esta gran celebración comunal de origen ancestral fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación en 2015.
El Wasichakuy es una práctica tradicional conocida también como “repaje” y consiste en la reparación del techo del templo católico o iglesia de San Francisco de Asís, patrono del distrito de Marcapata. Se realiza cada cuatro años durante una semana, del segundo al tercer domingo de setiembre, y participan en ella todas las comunidades campesinas del distrito de Marcapata: Collana, Sahuancay, Puyca y Ccollasuyo, consideradas como “comunidades madres”, así como cinco comunidades derivadas de aquellas: Incacancha Yanacocha, Unión Araza (ex Puyca Baja), Huaracconi, Socapata y Yanacancha.

Esta actividad se sustenta en el Ayni, palabra quechua cuyo significado es reciprocidad y que constituye una práctica desarrollada desde épocas preincas convirtiéndose en el valor central para generaciones de pueblos andinos y como piedra angular de su desarrollo. En el imperio inca, el Ayni fue clave para llevar a cabo obras de ingeniería monumentales, así como eficientes sistemas de gestión del agua y de agricultura diversificada para alimentar a millones de personas a lo largo y ancho del vasto Tahuantinsuyo.
Templo de San Francisco
El templo de San Francisco de Asís fue construido por misioneros franciscanos en la segunda mitad del siglo XVII con la ayuda económica del obispo Mollinedo y Ángulo, aunque la tradición oral atribuye su construcción al personaje conocido como Inca Phuyutarki, nombre que significa “El que cabalga la nube” y cuya destreza y fuerza física solo eran superadas por su devoción cristiana.

La casa de oración fue edificada con muros hechos con piedra y barro, con una técnica conocida como “tapial” y es cubierto con una estructura de madera y paja. La edificación es de grandes proporciones, abarcando un área de 371 metros cuadrados. Posee una nave rectangular de considerable dimensión con techo a dos aguas, con portada de pies y lateral en el muro de la epístola y está cercado por muros que delimitan un espacio perimetral que lo aísla de lo exterior, en uno de cuyos ángulos se emplaza la torre campanario.
Este templo católico posee un gran valor artístico donde destaca la pintura mural en paredes y faldones de la cubierta, además de sus retablos barrocos, esculturas y mobiliario. Fue designado como una de las principales parroquias de Cusco, importante en las campañas de cristianización de la selva, en lo que es actualmente el departamento de Madre de Dios, como testimonian sus pinturas murales del siglo XVIII.
Lo más particular de este templo es su techo de paja sobre un entramado de madera y carrizo, amarrados con lazos de cuero de vaca y llama y con q’eswas o sogas de niwa, fibra vegetal usada para amarrar, y que es periódicamente renovado con el “repaje” o Wasichakuy.
Importancia del Wasichakuy
La importancia de esta práctica ancestral radica en que se trata de un Corpus Cultural que se manifiesta en la compleja organización de la faena, expresión de conceptos ancestrales de ordenamiento espacial y social, así como en el uso de una antigua tecnología de techado con paja, de antecedentes prehispánicos, en los cuales la ofrenda a la Pachamama o madre Tierra y a los apus, muestra de la cosmovisión andina ancestral asociada a la religión católica.
También se sustenta en la representación del antiguo arrieraje durante el traslado de materiales para el techado, así como en los géneros musicales y la tradición oral, propios de esta costumbre.
El material base para el Wasichakuy es el waylla ichu o stipa ichu, un tipo de paja tradicionalmente usada como forraje y para el techado de las casas, dado que abunda en esta localidad y es cuidado por los waylla arariwa o guardianes del waylla ichu. Se aprovecha el tiempo de relativo descanso del mes de agosto, que es también el tiempo de maduración de la paja.

Debido a la ubicación del distrito de Marcapata, cerca de la ceja de selva, las lluvias son frecuentes en esta zona y, por tanto, los techos de paja deben ser periódicamente reparados. A dos o tres años del último Wasichakuy, los presidentes comunales y juntas directivas de todas las comunidades del distrito, más los mayordomos de todas las comunidades madres deciden en asamblea el momento para realizar el nuevo “repaje”.
En el Wasichakuy la organización para la faena se realiza tomando en cuenta la antigüedad y rol de las comunidades campesinas, que se refleja en la distribución de la superficie del techo. El empleo de la tecnología del techado con materiales andinos, cuyo uso se remonta a la época prehispánica se enmarca en un contexto espiritual andino de ofrenda a las deidades andinas y católicas.
Patrimonio Cultural
El Ministerio de Cultura declaró, el 12 de agosto de 2015,
Patrimonio Cultural de la Nación a los
conocimientos, prácticas y rituales asociados al Wasichakuy de la iglesia San Francisco de Asís de Marcapata, provincia de Quispicanchi, departamento de Cusco, dado que a través de esta actividad
se reproduce y mantiene un conjunto de conocimientos y de prácticas ritualizadas, así como una noción compleja del espacio y de la armonía social que tienen origen prehispánico y que se combinan con manifestaciones andinas contemporáneas.
Asimismo, la
Unesco declaró al Wasichakuy
Patrimonio Cultural Inmaterial para el Desarrollo Sostenible.
(FIN) LZD/MAO
JRA
También en Andina: