La pasión de Hernán Gabriel Oyola Gonzales por la ingeniería, la tecnología y la educación ha permitido que estudiantes de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) califiquen su desempeño con un puntaje perfecto y que obtenga el título del “mejor docente del ciclo académico 2022-2”.
Dicha casa superior de estudios realizó recientemente una ceremonia de reconocimiento a aquellos profesores que fueron evaluados por sus estudiantes y que lograron alta calificación. Entre ellos se encuentra Hernán, docente de la Escuela de Minas de la Facultad de Ingeniería Geológica, Minera y Metalúrgica, quien obtuvo 20 puntos.
Pasión por la docencia
Su vocación por la ingeniería minera la obtuvo de su padre, con quien comparte esta importante profesión, mientras que la pasión por la docencia la heredó de su madre, ingeniera geóloga y catedrática de la UNI.
“Desde niño quise enseñar en la UNI, para mí lo máximo era ser catedrático en esta universidad. Lo que más me agradaba escuchar era que la cátedra es libre y cualquier persona puede venir a tu clase. Ese grado de libertad y contribución a la sociedad es lo que me inspiró a convertirme en profesor”, comentó a la Agencia Andina.
Después de haber egresado de la Universidad Nacional de Ingeniería en el 2003, trabajó durante un tiempo en minas subterráneas y realizó proyectos en grandes y pequeñas empresas. Sin embargo, en el 2017 recién pudo cumplir su verdadero sueño: enseñar en las mismas aulas donde años atrás estudió.
Empezó como asistente en Prácticas del curso de Ventilación de Minas y poco tiempo después, en agosto del 2018, obtuvo una beca para llevar una maestría como estudiante investigador en la Universidad de Akita en Japón. Finalmente, en el 2021, regresó al Perú y volvió a formar parte de la UNI.
Aunque ya cumplió 42 años, confiesa que casi siempre lo confunden con un estudiante por su forma sencilla de vestir, tampoco le gustan las corbatas o llevar portafolio. “Todo lo que necesito lo encuentro en mi celular”.
Clases híbridas y tecnológicas
Actualmente, Hernán dicta los cursos de Topografía e Introducción a la Minería. A diferencia de otros profesores que preparan extensas diapositivas o prefieren leer su material durante toda la clase, él apuesta por otro tipo de enseñanza que le ayuda a captar mejor la atención de sus alumnos.
“Yo aplico la forma en la que recibía mis clases en Japón, que es distinta a la forma de enseñar en el Perú. Yo ya no preparo PowerPoint y solo expongo el tema, lo que hago es buscar enlaces autorizados de textos por Internet y los comparto a los estudiantes. De tal manera que ellos pueden tener todo el material en su computadora o en su teléfono y juntos vamos desarrollando el tema del día. La ventaja de esto es que pueden tener varios textos al mismo tiempo de manera digital”, anotó.
Con ayuda de la tecnología, resalta que lo mejor son las clases híbridas, así el alumno puede practicar en las clases virtuales con diferentes softwares o programas mientras el profesor explica los procedimientos por videollamada.
No obstante, para sus evaluaciones mantiene el estilo de la escuela clásica y presencial. De esta manera, señala, hay un balance entre la teoría y la práctica.
Según José Vivas, estudiante de sétimo ciclo de la carrera de Ingeniería de Minas, el profesor Hernán logró destacar en todas las rúbricas de la evaluación de docentes del año pasado, donde se midió el conocimiento de la asignatura, el buen trato a los alumnos y la forma en que se dicta sus clases.
Vivas lo describió como un buen profesor, calmado y preparado, que brinda bastantes recursos a sus estudiantes, abierto a la comunicación y dispuesto a apoyar en proyectos fuera del curso.
Enseñanza complementaria
Hernán se considera un profesor relativamente joven por su experiencia comparado a sus colegas, quienes algunos incluso fueron sus maestros hace más de 20 años. En ese sentido, manifiesta que no tiene mucho que aconsejarles, pero espera que la nueva generación de catedráticos sirva más de complemento que de sustitución.
“A mis compañeros docentes, les recomendaría inspirar más a sus alumnos para que se dediquen a lo académico. Generalmente, el egresado quiere trabajar en una gran empresa minera y son muy pocos los que tienen deseos de entrar a la academia, ya que hay aspectos como los económicos que desmotivan. Pero creo que una gran inspiración puede vencer a la desmotivación”, finalizó.