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Una colección de cerebros en Barrios Altos revela secretos de este órgano vital

En un hospital con más de 300 años, existe un museo que alberga cerebros, partes del sistema nervioso y fetos.

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09:00 | Lima, feb. 10.

Por Harold Moreno Luna

¿Qué se nos viene a la mente cuando escuchamos Barrios Altos? Tal vez criollismo, casonas antiguas, el Congreso de la República o los cementerios El Ángel y Presbítero Maestro. Tal vez, también, comercio ambulatorio o inseguridad.

Pero hay algo más que podríamos añadir a la lista. Toque su cabeza: está ahí dentro. Es el órgano más complejo de su cuerpo, pesa un kilo y medio aproximadamente y controla todo lo que piensa, siente o recuerda.

El Museo del Cerebro

Nada más al entrar, el espacio inspira respeto y disposición para escuchar al guía. Descansando dentro de frascos con formol, en estantes apoyados contra las paredes, nos reciben un brazo luciendo sus nervios, un cerebro coronando a una larga médula espinal y una cabeza, la mitad izquierda completa y la mitad derecha cortada para ver bien lo que hay ahí. No es necesario decir que aquí no hay maquetas: todos los órganos estuvieron vivos alguna vez.


Su nombre oficial es Museo de Neuropatología y alberga tres mil piezas. La mayoría son cerebros, pero también hay otras partes del sistema nervioso. No se trata solo de una mera colección de piezas de materia gris, sino de un increíble vistazo a las diferentes condiciones y enfermedades que pueden dañar nuestro cerebro e, incluso, matarnos.


"Tenemos tres salas, una con cerebros sin enfermedades, otra con fetos con malformaciones del sistema nervioso y la otra con 300 cerebros con diferentes enfermedades del cerebro", explica a la agencia Andina la doctora Diana Rivas Franchini, jefa del Departamento de Neuropatología y directora del museo. Hay también, señala, un almacén lleno de frascos con piezas que no están en exposición.


Visitando el sistema nervioso

El museo es parte del hospital Santo Toribio de Mogrovejo, un nosocomio colonial creado en 1700 bajo el nombre de Refugio de Incurables de la Calle Maravillas. El hospital es hoy la sede del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas y se ubica en la cuadra 12 del jirón Áncash, en el centro de Lima. Tras atravesar la puerta y avanzar por un patio interior, clásico de la arquitectura de la época, se llega al museo.


Lo primero que se ve es la sala de cerebros sin enfermedades. La memoria, los instintos más básicos como el hambre y el sueño, están en el cerebro y se ven con claridad. Son estructuras globulares en el centro de este órgano: hipocampo, tálamo, hipotálamo y otras. También, en la corteza, la capa externa del cerebro, ocurre —aunque su funcionamiento exacto es aún materia de investigación— el lenguaje, el pensamiento, la toma de decisiones. Por encima de todo, cubriendo al sistema nervioso, vemos unas membranas claras llamadas meninges. 



También hay una especie de arbusto de unos cuantos centímetros. "Es la parte final de la médula. Se le llama la cola de caballo y son todos los nervios que van hacia la región de la pelvis y hasta los dedos de los pies", explica la doctora Rivas.

Extraño y fascinante

La cerebroteca es el almacén de cerebros, al que se accede por una puerta desde el mismo museo y tiene cerca de 3 mil cerebros. "Todos están cortados e identificados según las enfermedades de los pacientes. Si alguna entidad quiere hacer un estudio de algo en especial, nosotros podemos sacar los cerebros y prestarlos para las investigaciones", señala la directora del museo.

Diana Rivas Franchini, jefa del Departamento de Neuropatología y directora del Museo de Neuropatología del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas.

En la sala de patologías, la sala principal del cerebro, unos 300 cerebros enfermos —o partes de ellos— se muestran en los estantes. Durante el recorrido pueden verse a detalle cerebros afectados por infecciones, tumores de todo tipo, problemas vasculares como infartos o aneurismas e incluso con enfermedades neurodegenerativas, como la demencia senil o Alzheimer.


El público principal del museo son médicos o estudiantes de medicina u otras carreras relacionadas con la salud. "Ellos van a ver lo que tiene su paciente en el cerebro... no en vivo, pero en directo", dice la doctora Rivas. "Y para las personas en general es importante conocer su cuerpo, porque van a entender mejor ciertos detalles de cómo cuidar su cuerpo, cómo cuidar su salud y cómo proteger su sistema nervioso".

El museo abre de lunes a sábado, desde las 7:30 horas hasta las 12:30 horas, en que ingresan los últimos grupos para hacer el breve recorrido con un guía. También se puede coordinar con anticipación para las visitas de grupos de más de 20 personas. Para encontrar más información se puede visitar esta página web.


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(FIN) HML/MAM


Publicado: 10/2/2020