10:34 | Huancané, dic. 6.
Los diez jóvenes que murieron en el karaoke bar Calma Tripas, en Huancané, región Puno, estuvieron atrapados con candado en el segundo piso, mientras el fuego consumía el local la tarde del último jueves 4 de diciembre, por ello no pudieron escapar del incendio.
Familiares y sobrevivientes revelaron que las puertas y ventanas estaban selladas con tecnopor, convirtiendo el lugar en una trampa mortal sin salida. Testigos aseguran que el propietario alquiló el ambiente por horas y luego cerró con llave las salidas, impidiendo cualquier escape cuando el incendio se desató.
Una joven sobreviviente alertó desde el inicio sobre sus compañeros atrapados, pero nadie le creyó. "Mi hermanito está ahí, hay nueve jóvenes adentro", gritaba entre lágrimas, según el relato de una pariente.
Mientras los vecinos intentaban apagar las llamas con baldes y extintores, la dueña del local negó que hubiera personas dentro y priorizó salvar sus pertenencias. "Ella sacaba sus ollas mientras los cuerpos se calcinaban arriba", denunciaron los afectados, quienes exigen justicia por lo que califican como abandono y negligencia.
Un tío de Sadith Uscamaita Clavijo, de 18 años, recibió una llamada desesperada minutos antes de la tragedia. "Tío, nos han cerrado adentro, no podemos salir, sálvame", fueron las últimas palabras que escuchó antes de que la comunicación se cortara.

Las víctimas mortales, ocho estudiantes del Instituto Pedagógico Público de Huancané y dos acompañantes, celebrababan un cumpleaños cuando el fuego los sorprendió. Las divisiones de madera y la falta de agua en el sector aceleraron la propagación del incendio, dejando solo cenizas y dolor.
Vecinos y un trabajador de Serenazgo intentaron rescatar a los atrapados, pero el humo y las llamas lo impidieron. Solo dos personas lograron salir con vida gracias a que rompieron un balcón, mientras el resto quedó atrapado en un infierno del que no hubo escape.
Las familias ahora responsabilizan no solo a los dueños del karaoke, sino también a las autoridades que permitieron el funcionamiento clandestino del local, a pesar de haber sido clausurado en diciembre de 2024 y notificado en abril de este año.
Según los afectados, la Fiscalía envió tres oficios al alcalde Valerio Tapia exigiendo el cierre del local, pero las advertencias fueron ignoradas. "Las autoridades sabían del peligro y no hicieron nada", manifestaron.
Los testimonios coinciden en que el incendio comenzó en la cocina y se expandió en minutos, bloqueando la única salida. "Era como un horno, no tenían ninguna chance", relató un vecino que intentó ayudar. Mientras tanto, la dueña del establecimiento se negó a reconocer la presencia de los jóvenes, incluso cuando una trabajadora y los vecinos le advirtieron.
Las familias exigen una investigación exhaustiva y castigo para los responsables. "No fue un accidente, fue un crimen", afirmaron, al recordar que los jóvenes, de entre 17 y 24 años, solo querían celebrar un momento especial. Ahora, en lugar de risas, solo queda el dolor de una tragedia que pudo evitarse.
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(FIN) AAM/TMC
Publicado: 6/12/2025