* Andina, información oficial sobre el coronavirusSon jóvenes, profesionales, aguerridos e impetuosos. Su mayor satisfacción: haber salvado la vida de muchas personas en Loreto, la región más golpeada por el coronavirus en el oriente peruano.
Debían retornar a Lima a finales de mayo, después de 15 días de turno en Iquitos, pero decidieron quedarse un tiempo más, esperando la llegada de una nueva brigada de profesionales para el relevo.
El 13 de mayo abordaron el vuelo que los llevaría a Loreto y dejaban en Lima el temor de sus familiares: viajar a Iquitos cuando la pandemia escalaba sin freno significaba exponerse demasiado al covid-19.
Sin embargo, en ellos pesó más el deseo de ayudar, la convicción de que había llegado el momento de llevar a la práctica todo aquello que habían aprendido en las aulas.
Katia: de la impotencia a la acción
“Me sentía impotente por no poder ayudar, así que me uní a la convocatoria de EsSalud”, cuenta Katia Alfaro. Es la última de cinco hermanos, tiene 28 años y es médico general. La residencia que haría se postergó por la emergencia sanitaria y la invadía la impotencia cuando veía, en las noticias, que Loreto tambaleaba frente a la pandemia.
Estuvo atenta a las convocatorias del Seguro Social de Salud y, finalmente, logró integrarse al grupo de médicos que viajaría a la zona. Sus padres no estaban de acuerdo con esta decisión y le pidieron que reconsiderara su partida. Pero, ella no veía horas de viajar a Loreto. Y así lo hizo.
“Veía los noticieros y no sabía qué hacer. Quería ayudar; además siempre me gustaron los retos y decidí ir a donde había mayor complejidad”, explica Katia.
“En Iquitos he sido testigo de situaciones muy duras, pero me voy con la satisfacción de ver a mis pacientes recuperados y contentos rumbo a sus casas”, reflexiona, emocionada.
Jessica: vocación de servicio
Jessica Goyburo es la única enfermera del grupo que decidió quedarse unos días más, esperando a la nueva brigada. Es natural de Loreto y debía ayudar a sus hermanos en la Amazonía.
Antes de la pandemia, trabajaba en el Sistema de Transporte Asistido de Emergencias (STAE) de EsSalud, en Lima, pero vio que podía aportar mucho más en el lugar que la vio nacer.
En estas semanas, ha recorrido Nauta y Caballococha brindando atención con profesionalismo. Logró visitar a su madre, una anciana de 70 años que vive en Loreto. Pero por más que deseaba abrazarla, debía mantenerse a distancia para protegerla del virus.
“Quería abrazarla, pero no pude –relata Jessica–; me dio mucho gusto verla, no importa desde tres metros; soy la última de ocho hermanos y quiero regresar cuanto antes a mi tierra para seguir ayudando a todos los que pueda”. Para ella, el servicio está por encima de todo lo demás.
Katia y Jessica, médica y enfermera, tienen varias cosas en común, pero lo primordial en ambas es la vocación de ayudar y entregar lo mejor de sí. Ellas son solo una muestra de lo que significan las brigadas que envía EsSalud a distintas regiones para combatir al covid-19. ¡Gracias y bienvenidas!
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(FIN) NDP/CCH
JRA
Publicado: 9/6/2020