Una vestimenta equipada con sensores biométricos para medir el desempeño de un deportista, una prenda capaz de recargar un celular o una camisa que en una zona oscura puede iluminar el espacio de quien lo usa son algunos ejemplos de la incorporación de la electrónica e Internet de las Cosas a la industria textil.
Esto es parte de lo que aprenderán los participantes del curso-taller que dictará
desde el 25 de mayo el Centro Tecnológico de Textiles y Confecciones de
Senati, en alianza con Makerlab. Las clases serán en la sede del distrito de Independencia y serán cuatro fines de semana.
En el programa
Martes Educativo de la
Agencia Andina, Ilse Rivas, gerente del citado centro de Senati, indicó que la competencia textil asiática no puede ser una amenaza para el Perú y que ya es tiempo que los peruanos creen productos innovadores según la necesidad de los usuarios.
El curso está dirigido a investigadores, diseñadores, trabajadores de empresas textiles, emprendedores, publicistas, personas que desarrollan aplicativos y en general a quienes deseen aprender sobre el uso de la tecnología de punta en el área textil.
"Estamos en una época en que todo es smart (inteligente). Uno programa su celular para que lo lleve a algún lugar, conectas la televisión al Internet y así buscar películas. En el caso de las prendas de vestir ocurre la misma tendencia. Un usuario busca prendas que sean cómodas de usar pero también útiles", anotó.
Es por ello, dijo, que los participantes del curso harán prototipos de prendas con sensores que puedan ubicar mediante el GPS a un niño extraviado, una vestimenta que te indique el índice de radiación solar, o prendas con biosensores que alerten a los médicos que hay baja frecuencia cardíaca en un paciente.
En el campo de la seguridad industrial y la prevención de riesgos, las prendas pueden estar dotadas de sensores de humo, los cuales envían señales a un aplicativo móvil o que encienden luces LED de determinado color. "La utilidad que le podamos dar es diversa".
Rivas explicó que los asistentes al taller identificarán inicialmente los principios de la electrónica, luego aprenderán la interacción de la electrónica con el Internet de las Cosas, después se harán las aplicaciones sobre las prendas y finalmente desarrollarán sus propios productos.
"No es necesario que se tenga algún conocimiento previo, pero sí se necesita que los asistentes al taller tengan muchas ganas de aprender nuevas tecnologías y que pongan a prueba su creatividad", añadió.
Indicó que el mercado de trabajo para la venta de la ropa inteligente es amplio, pues puede destinarse a áreas de seguridad, deportiva, usos médicos, etcétera. "La idea es darle un valor agregado y ello hará que aumente su precio".
La experta dijo que este nuevo mercado se divide principalmente en dos tipos: por la aplicación de tecnología de punta para su fabricación masiva (impresión 3D) o para la incorporación de atributos fashion tech (nanopartículas); y por las utilidades con las que está equipada una prenda aparentemente normal pero que es capaz de recargar un celular (weareable technology) o que emplea luz como un nuevo material (elektrocouture).
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(FIN) RRC