Una exhaustiva investigación arqueológica y multidisciplinaria en el complejo arqueológico Cerro Saltur, ubicado en el distrito de Zaña de la provincia y departamento de Lambayeque, revela al mundo valiosa información sobre las culturas prehispánicas que ocuparon ese asentamiento tras el colapso del dominio Mochica.
El arqueólogo Luis Enrique Chero Zurita, quien lideró el equipo multidisciplinario en Cerro Saltur, sostuvo en entrevista con la Agencia de Noticias Andina, que su primer contacto con este sitio arqueológico se remonta a la década de 1980 cuando estudiaba en la Universidad Nacional de Trujillo y realizaba una labor de prospección en sitios como Sipán, Pacherrez y Pampa Grande como parte de la elaboración de su tesis de bachillerato.
Señor de Sipán
Esta primera aproximación entró en un paréntesis temporal debido al hallazgo, en 1987, de la tumba del
Señor de Sipán, el descubrimiento arqueológico mundial más importante del siglo XX después de la tumba del faraón egipcio Tutankamón. En este descubrimiento son protagonistas los arqueólogos Luis Chero Zurita y Walter Alva.
Chero Zurita refirió que, tras el gobierno del
Señor de Sipán, el último soberano mochica, acontece el evento climático de El Niño costero, manifestándose con torrenciales lluvias que destruyen el aparato productivo y provocan el colapso político y social de esa cultura cuyo núcleo estaba en la región Lambayeque. Al periodo posterior a ese suceso que generó la decadencia mochica se le conoce como moche tardío, precisó.
Pregunta por responder y retorno a Saltur
Comentó que, alrededor de los años 2000 y 2002, surgió la pregunta: ¿Qué pasó después del colapso político y social de los mochicas en esta parte del valle Chancay-Lambayeque? Fue entonces que Luis Chero Zurita retomó las prospecciones arqueológicas en Pampa Grande, Pacherrez, La Calerita y Saltur.
“Saltur dio las pautas necesarias para conocer qué es lo que pasaba, dado que empezamos a comprobar que poseía información importante”, aseveró.
Inicio de investigación
Destacó que tras ese primer atisbo sobre la importancia del sitio arqueológico Saltur fue clave la decidida participación del Estado peruano, a través de la Unidad Ejecutora 005-Naylamp, organismo del Ministerio de Cultura para desarrollar, a partir del año 2013 y con fondos destinados para ello, el proyecto de investigación arqueológica y multidisciplinaria que permitió registrar evidencias de todos los periodos culturales prehispánicos en ese complejo arqueológico lambayecano de 1,451 hectáreas de extensión.
Primeros hallazgos
A lo largo de 2013 se ejecutaron los trabajos de campo y de gabinete, develándose arquitectura de la época inca y también vestigios de arquitectura chimú. Con esos primeros e importantes avances culminó la primera etapa del proyecto en ese año.
Continúa la investigación
Pasaron cuatro años para retomar en 2017 las investigaciones, gracias a una nueva partida presupuestal de S/ 1 millón 47,705.58 soles, lo que permitió establecer la secuencia cultural del sitio arqueológico Cerro Saltur.
“En la zona de excavación arqueológica hay cuatro sectores con un patio central. Nosotros excavamos en el sector 2 donde se encuentra la Huaca Este, conocida como Huaca Grande y allí encontramos arquitectura inca que se superpone a la arquitectura chimú y esta, a su vez, se superpone a la arquitectura de la cultura Lambayeque”, dijo.
También se excavó en el sector 3, una zona ubicada a unos 500 metros de distancia de la Huaca Este, donde se descubrió un conjunto rectangular amurallado, similar a la ciudadela de
Chan Chan, construido durante la ocupación chimú, agregó.
Ocupación inca
“Cuando definíamos la arquitectura inca expresada en pisos, banquetas, postes y techos, encontramos un emparrillado de adobes de dos metros por dos metros donde se había colocado relleno y con lo cual se había sellado la arquitectura chimú. Durante la excavación en ese relleno encontramos un cráneo con una columna vertebral que, tras realizar el análisis con radiocarbono, reveló que la presencia inca en Saltur se remonta a un periodo comprendido entre los años 1435 y 1495”, manifestó.
Presencia chimú
Tras retirar el emparrillado colocado por los incas, los investigadores descubrieron un muro pintado de color rojo, una rampa, una banqueta y varias plataformas escalonadas. Todo el emplazamiento tiene forma de letra “U”. Hacia adelante develaron un patio y una pared inclinada. “Se trataba al parecer de un gran escenario utilizado por los administradores del lugar”, anotó.
Cultura Lambayeque
Al continuar con las excavaciones se detectó otro emparrillado, esta vez colocado por los ocupantes chimú, que sellaba construcciones hechas por la cultura Lambayeque. En el momento que llegan los chimú, alrededor del año 1300 después de Cristo, se superpusieron sobre arquitectura del periodo Lambayeque o Sicán tardío, que ocupó la zona alrededor del año 1170 después de Cristo.
Conquista pacífica chimú en Saltur
Una de las hipótesis planteadas por Luis Chero respecto a la ocupación chimú del sitio arqueológico Cerro Saltur es que esta se produjo de forma pacífica, sin recurrir a la violencia que era característica de las conquistas guerreras protagonizadas por esa cultura precolombina.
“Cuando estábamos excavando los rellenos que cubrían la arquitectura Lambayeque o Sicán tardío encontramos una escultura hecha de madera, con las manos juntas en actitud de oración, y una cerámica pequeña. Estos hallazgos nos muestran que la ocupación chimú de Saltur y que comprendió también Sipán, Pacherrez y Pampa Grande no fue violenta, como si sucedió cuando llegaron los incas para conquistar a los chimú”, reveló.
La evidencia de la violencia inca se evidenció en el conjunto amurallado de Saltur, donde se descubrió el cráneo de una mujer joven que muestra signos de que su cabello fue arrancado con fuerza y que la infección provocada por las heridas provocó su muerte.
“Hay una violencia en la ocupación inca de Saltur que es todo lo contrario a la ocupación chimú, donde no se observa signos de ningún tipo de sacrificio o daño humano”, remarcó Chero Zurita, quien precisó que la ocupación pacífica de Saltur por parte de los chimú es excepcional dado que sí está documentado que hubo un combate decisivo en la zona conocida como Farfán o Ciudad de Dios, en el camino que conduce a la región Cajamarca, donde se resolvió la conquista chimú hacia la civilización Lambayeque.
Ese lugar constituía un punto de control y observación clave para vigilar cualquier incursión proveniente del sur, del norte y del este hacia el reino chimú. Cuando los chimú conquistan Farfán sí hacen sacrificios humanos y entierran a las víctimas allí, además de construir arquitectura sobre los emplazamientos Lambayeque.
“Por las evidencias encontradas en Saltur se puede señalar que la ocupación chimú se produjo mediante una alianza a través de ‘matrimonios por conveniencia’ para que la población local no se vea afectada. Además, la población de Saltur tenía una identidad mochica como lo muestra el tipo de enterramiento característico con las extremidades extendidas y el cráneo colocado en dirección sur”, afirmó.
Chero Zurita aclaró que resta desarrollar más investigación hacia el norte del valle Chancay-Lambayeque, en localidades como Pátapo, Luya y otras hasta
Túcume, para determinar si hubo otras conquistas pacíficas chimú similar a lo acontecido en Saltur, Pacherrez, Pampa Grande y Sipán.
Vestigios encontrados
Luis Chero Zurita dio a conocer que en el conjunto amurallado de Saltur se encontró escasos vestigios de la ocupación inca. Sin embargo, debajo de la arquitectura inca se descubrió cámaras funerarias de forma cuadrada, de 2.20 metros por lado, donde se encontraron fragmentos hechos de cobre que fueron sometidos a un análisis especializado que arrojó la existencia de una aleación con hierro.
“Por la experiencia de Sipán podemos decir que estos fragmentos habrían formado parte de un adorno como orejeras, anillos, pectorales o tal vez estandartes. En la cámara 2 encontramos un fragmento de cobre con aleación de plomo similar al latón, lo que nos remite a pensar que se trataría de una parte de un arma de combate. Sumado a estos elementos se descubrieron restos óseos de adultos y de jóvenes. Siguiendo la línea de entierro de Sipán, es muy probable que se trata de un enterramiento similar, de una autoridad acompañado de su séquito, que perduró en Saltur hasta la ocupación chimú”, aseveró.
En ambas cámaras funerarias se encontró también ejemplares de spondylus o mullu, un molusco utilizado en ceremonias rituales en el Perú antiguo, cerámica con asa estribo que corrobora la ocupación chimú.
Además de estos dos entierros característicos de personajes de la élite gobernante, se descubrió entierros en fosas comunes donde las osamentas están colocadas de cúbito dorsal.
“Lo interesante de estos entierros es que carecen de cráneo y en su lugar se colocó un ejemplar de cerámica. Eso nos llamó mucho la atención, dado que no había rastros de huaqueo ni otro tipo de intrusión y las fosas estaban selladas. Tras revisar la literatura existente sobre entierros chimú vimos que en el sitio Ventarrón, durante el periodo moche tardío, se procedía de manera similar solo que en lugar de una cerámica se colocaba una piedra. Y en Pakatnamú hay entierros donde al cráneo se le extrajo el rostro y se colocó una vasija de cerámica. Esta información nos hace pensar que este tipo de enterramientos procede desde la época mochica”, puntualizó.
En Saltur se descubrió también restos de algodón nativo, semillas de palta, lúcuma, pallar, guayaba, zapallo loche, guanábana; pescados como bonito, chita, jurel, lenguado, cangrejo de río; aves como guanay, gaviota; huesos de cuy, venado y llama, entre otros alimentos que revelan la importancia de este sitio ubicado en el valle Chancay-Lambayeque, que se abastece permanentemente de agua y puede producir hasta tres cosechas al año, para la provisión de alimentos a la ciudad de Chan Chan y otras zonas ubicadas al sur.
Murallas
Sobre la construcción de las murallas identificadas en Saltur, Chero Zurita sostuvo que estas estructuras, así como los torreones y plataformas de vigilancia son evidencia de una preparación anticipada de las elites dirigenciales sobre el lugar que se defiende.
Asimismo, la selección de materiales utilizados para su construcción y las características de forma y función de las mismas, determinarán las tecnologías y tradiciones típicas que identifican a la cultura Chimú y, sobre todo, exponen las estrategias militares de una sociedad altamente especializada en conflictos y expansiones territoriales.
Importancia de la investigación
"El trabajo arqueológico en Saltur es producto de la necesidad de entender qué ocurrió después del colapso moche, con las formaciones culturales siguientes en este sitio arqueológico, uno de los más importantes en la parte media de la margen izquierda del valle Chancay-Lambayeque y de la antigüedad andina", enfatizó Luis Chero Zurita.
Sostuvo que la importancia de Saltur de acuerdo a nuestras investigaciones durante el periodo intermedio tardío, es ser un lugar de residencia o vivienda para la élite que administraba los recursos naturales como tierra y agua del valle Chancay-Lambayeque.
“Por su ubicación se configuró en el espacio idóneo para forjar soberanía sobre la mejor ruta para el tránsito de productos agrícolas y de especies exóticas altamente valoradas, necesarias para el ostento de una élite que gobierna una sociedad económicamente competitiva que desarrolló políticas de gobierno convirtiéndose en un centro administrativo fundamental”, enfatizó.
Equipo multidisciplinario
Chero Zurita destacó que en esta investigación participaron más de 70 personas, entre arqueólogos, ingenieros, conservadores, sociólogos, topógrafos, fotógrafos, dibujantes y otros especialistas y se contó también con el valioso apoyo de la población local.
Como parte del proyecto de investigación y puesta en valor se desarrolló el componente social para que la población local conozca la importancia cultural del patrimonio arqueológico de Saltur y la oportunidad económica que representa su conservación para mejorar socioeconómicamente.
Libro
El resultado de este exhaustivo trabajo de investigación multidisciplinaria está reunido y detallado en más de 450 páginas del libro titulado “Saltur: resultado de la investigación arqueológica”, cuyo autor es el arqueólogo Luis Chero Zurita y que fue publicado recientemente. La versión digital de este importante documento puede ser descargada en el siguiente
enlace.
Perfil del investigador
Luis Enrique Chero Zurita es arqueólogo formado en la Universidad Nacional de Trujillo. Participo como estudiante en los proyectos de investigación arqueológica: La Poza en Huanchaco valle de Moche, en el Valle de Jequetepeque en la región la Libertad. En Oyotun y Purulen valle de Zaña, en Pomac valle la Leche y su actividad profesional en el Museo Arqueológico Nacional Brunning de Lambayeque.
Se desempeñó también como arqueólogo residente del proyecto arqueológico Huaca Rajada-Sipán, como parte del equipo que participo en la investigación de las Tumbas Reales de Sipán 1987-2008. Me he desempeñado como comisario de las exposiciones museográficas de las tumbas mochicas de Sipán en el año 2000 en Bonn (Alemania) y 2006 en Alicante (España)
Ha dirigido los trabajos de Investigación en los complejos arqueológicos Sipán, Saltur y Pampa Grande. Dentro de sus publicaciones tenemos Sipán Ataúdes y Tumbas (2010) en coautoría con el Dr. Walter Alva.
Asimismo, el Tuk Muchik (2012), texto básico para el aprendizaje del idioma mochica, en coautoría con Juan Chero y Medalit Peralta. Ha escrito artículos en revistas indexadas en coautoría con colegas nacionales y extranjeros.
También es autor de libros como “Huaca Rajada-Sipán: Esplendor y Complejidad” (2013); “Nuevos aportes en la Investigación Arqueológica de Sipán” (2015) y de artículos en libros “Lambayeque Nuevos Horizontes de la Arqueología Peruana” (2017) y en “Perú Arqueológico de los Andes” (2018).
Actualmente, se desempeña como catedrático de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, en la región Lambayeque.
(FIN) LZD/MAO