Los registradores civiles que inscriben nacimientos en zonas donde se habla asháninka ahora podrán registrar nombres originarios respetando la correcta escritura en esa lengua, utilizando el “Tesoro de nombres asháninkas”, reciente publicación del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec).
Un tesoro incluye listas de nombres con sus respectivos significados, y también aspectos históricos y culturales de un pueblo.
El Reniec ha recopilado, estudiado y sistematizado los nombres originarios asháninkas, y la publicación con los resultados de este trabajo ha sido entregada a municipalidades de provincias, distritos y centros poblados, y también a comunidades nativas, ubicadas mayoritariamente en Junín, Pasco, Ucayali, Huánuco y Cusco.
Los nombres son un elemento importante en la identidad individual y cultural de las personas, y los propios pueblos se reconocen en ellos. Por esa razón, mediante la elaboración, publicación y distribución de tesoros, el organismo público busca promover y preservar el uso de nombres indígenas.
También facilita su correcto registro, lo que disminuye los errores en las actas de nacimiento, uno de los problemas que enfrentan los peruanos indígenas y que dificultan el ejercicio de su derecho a la identidad.
El “Tesoro de nombres asháninkas” es el octavo tesoro y los anteriores recogieron nombres en quechua de Apurímac (año 2012), awajún (2012), jaqaru (2015), matsés (2016), wampis (2017), aimara (2018) y shipibo-konibo (2019).
En el Perú, cerca de cuatro millones y medio de personas hablan una de las 48 lenguas originarias existentes, y alrededor de 73,000 peruanos, el asháninka.
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