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Referéndum debe marcar el fin de las confrontaciones políticas

Analista Ángel Delgado sostiene que ambiente de tensión política no ayuda al desarrollo

Foto: ANDINA/Vidal Tarqui.

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15:30 | Lima, dic. 16.

Por Percy Buendía

Los resultados del referéndum deben marcar el fin de una etapa de enfrentamientos políticos en el país, tras la decisión de la ciudadanía expresada en las ánforas, sostuvo el presidente de la Asociación Peruana de Derecho Municipal, Ángel Delgado Silva.

“El país ha sido consultado, y más allá de las opiniones particulares, todo el país espera que una etapa marcada por la confrontación entre los poderes del Estado y enfrentamientos entre partidos de la oposición y del gobierno pueda llegar a su punto final”.

En diálogo con el Diario Oficial El Peruano, manifestó que hay tareas pendientes en el país y todos los sectores con autoridad de gobierno se deben dedicar a atender las necesidades de la población, que son de sumo interés.

“No podemos llegar al Bicentenario de la Independencia del Perú con saldos importantes, por ejemplo, en la no reconstrucción del norte. Hay nuevamente una amenaza de El Niño costero”, precisó.

Para el analista político, es importante superar significativamente los problemas vinculados con la inseguridad ciudadana. “Tenemos que atender las demandas sociales de importantes sectores vitales para el desarrollo de la economía y la sociedad: los profesores, los médicos, las enfermeras. El campo tiene que revalorizarse”.

Economía


Delgado destacó también la necesidad de dar un nuevo impulso a la economía del país, “que en los últimos tiempos ha sufrido un duro freno, justamente por la crispación política”. 

“La tensión política no ayuda en lo absoluto al fomento de las inversiones, y si no hay capitales, no hay empleo, el producto bruto interno (PBI) cae y entonces retrocedemos en lugar de crecer”.

Esta situación originaría que la pobreza y los sectores vulnerables del país se perjudiquen profundamente, alertó el presidente de la Asociación Peruana de Derecho Municipal.

“Este referéndum, que coincide con el fin del 2018, un año político muy agudo, debería significar la finalización de una etapa de confrontaciones y el inicio de un reencuentro ciudadano en torno a los temas planteados por el gobierno y lo expresado por el pueblo”, sostuvo.

Consensos


Delgado planteó empezar la búsqueda de un consenso que permita enfrentar de un modo totalmente distinto los retos que debe afrontar el Perú cuando está próximo a cumplir los 200 años de vida independiente. “Creo que es un tema fundamental”.

“Sería un error que algunos sectores postulen una suerte de aceleración de la política de confrontación porque eso sí traería graves resultados”. Lo que está en juego es el destino del país, aseveró. “El Perú debe ser el objeto y destino final de todas las acciones políticas, y estas se juzgarán en función de si ayudan al desarrollo o si son una traba para este proceso”.

Delgado destacó como una muestra de colaboración que el presidente del Parlamento, Daniel Salaverry, haya ampliado la legislatura hasta el 30 de enero para tocar el tema de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), entre otros puntos.

“Además, ya no tiene ningún sentido hacer análisis o comentarios sobre una derrota del Congreso. Quiero recordar que lo que se votó el domingo no son más que las normas que elaboró el Poder Legislativo”, agregó.

El Presidente de la República y el Poder Ejecutivo pueden tener iniciativa, pero esta no significa que pueda poner a consulta directamente los proyectos, refirió.

“Para que los proyectos hayan ido directamente al referéndum han tenido que ser elaborados, discutidos y aprobados en el Parlamento. Solo después de una primera votación afirmativa y por una votación calificada es que puede pronunciarse el pueblo”.

Espera innecesaria


Ángel Delgado rechazó las opiniones que plantean el cierre del Congreso o que han manifestado que el Parlamento se “autodisuelva”, pues –sostuvo– representaría que por lo menos durante seis meses no se avance en nada en las reformas planteadas por el Ejecutivo. 

Los proyectos de reforma constitucional deben tener un aterrizaje mediante las leyes de desarrollo constitucional, por tanto “me parece un gesto positivo del Legislativo seguir colaborando” al ampliar la legislatura hasta el 30 de enero, recalcó. 

“Ahí hay una voluntad gubernativa que va en contra de los que quieren cerrar el Congreso. Si dejara de funcionar el Parlamento, no se podría emprender ninguna reforma en los próximos seis meses, pues se tendrían que organizar nuevas elecciones legislativas”. 

Por lo tanto, refirió, no se podría implementar ninguna ley y habría que esperar los resultados de las elecciones para contar con un nuevo Congreso que podría estar de acuerdo con las reformas o no. “Todo nuevo Parlamento tiene sus puntos de vista”.

(FIN) DOP

JRA

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Publicado: 16/12/2018