El gusto por la lectura es en primera instancia un hábito aprendido, imitado, casi siempre de los padres. Sin embargo, ante la ausencia de una tradición lectora en la familia, existen modos de fomentarla siguiendo las recomendaciones que compartimos a continuación.
José Luis Torres Vitola, escritor y editor del sello hispano-peruano Casa de Cartón Perú, comentó que el gusto por la lectura tiene su origen en el agrado que sentimos por las historias.
En entrevista con la Agencia Andina comentó que lo oral es lo primero, ese gusto por las historias que cuentan los abuelos, los tíos, los papás. Después surge la curiosidad por saber más sobre la misma historia o similares.
Cuando se habla de
fomentar la lectura se piensa inmediatamente en hablar sobre literatura y eso no es del todo cierto, dijo. Puede empezarse con lo que leímos en un diario o revista para luego comentar cómo nos impactó esa noticia o información. Nuevamente aparece la conversación, la curiosidad y más lecturas.
“Lo que más quieren los niños es compartir tiempo con sus papás, conversar con ellos, tener un tiempo de disfrute, de conocimiento y de vivencias. Cuando uno ha encontrado algo interesante lo primero que desea es contarlo a sus seres queridos, a la gente más cercana, a la que ama. Es así como incentivamos la curiosidad en los niños para continuar buscando más información en los libros”.
El editor de libros recomendó no ver a los soportes digitales como un enemigo, sino como un complemento en el que también se lee mucho, pero que debe recibir mayor supervisión de adultos para evitar que los menores accedan a información inapropiada para su edad.
A continuación sus sugerencias para sembrar en los más pequeños un amor duradero por los libros, a la par de disfrutar un grato momento en su compañía:
- Universos distintos. - Primero se debe tener presente que los hijos no son una extensión de los padres, son seres distintos y por tanto no siempre tendrán los mismos gustos que sus padres. “Son universos al que hay que alimentar con nuevos universos”.
- Compartir.- Los padres pueden compartir con sus hijos sus experiencia de lectura con sus hijos. Los libros que les han gustado, como los que han detestado. Pueden contarles de qué trata los libros que más han queridos o que más utilizan, ya sea por trabajo o por placer.
- Otro final. Explorar con ellos los libros que tienen en casa y conversar sobre los temas de los que se ocupan. Si son libros de cuentos o historia, leerlas y probar a imaginar otro final. “Son momentos en los que uno vuelve a ser niño, explora con su hijo o hija y pasa a crear”.
- Música y fruta. - Para que los
momentos de lectura sean más agradable, se puede poner alguna melodía que no
interrumpa la lectura, pero que sea agradable. A esto se suma acompañar el momento con alguna bebida o comida
agradable. Podría ser una ensalada de frutas. Eso les recordará el momento como algo que se disfruta y que le
gustaría repetir.
- Risas. Buscar lecturas o conversaciones a propósito de la lectura que le hagan reír o pasar un momento divertido.
- Títeres. Algunos padres usan muñecos para recrear lo que se está leyendo y hacer más vivida las aventuras que se leen.
- Buscar algo que le interese. Buscar libros relacionado a temas que les interesen a los chicos, ya sea deporte, vestidos, moda, arquitectura, momias, etc. que sean propicios para empezar una charla y dar rienda suelta a la imaginación y nuevas lecturas.
- No se resienta.- Si en algún momento compra un libro maravilloso, que cree será la gran sorpresa y es rechazado por el niño, no se resienta ni lo obligue a leerlo. Podría decirle que a usted le gustó y le encantaría explorarlo en su compañía. Siempre de manera tolerante, nunca obligado.
- Conversar siempre. Los papás deben estar implicados en la
lectura de los niños, conversar y darle vida a lo que
se ha leído. Plantear preguntas sobre ello ¿cuéntame de qué va?, comparar con otras historias que se conocen o se
han escuchado de otros países.
- Recetas saludables. Así como se buscan recetas de cocina para lograr una mejor alimentación de sus hijos, los padres también pueden buscar información sobre qué pueden leer sus hijos sin olvidar sus características, edades y gustos.
Para Torres Vitola la lectura, más allá del disfrute, debe verse también como inversión a largo plazo.
“Nos da una serie de ventajas competitivas.
Quien ha leído mucho, otras áreas, libros distintos, tiene una mejor visión para enfrentar los problemas en su propia carrera, para ver la vida de otra manera, tiene ventajas competitivas y a la larga puede tener mejores oportunidades laborales”.
Incluso puede marcar la diferencia a la hora de postular a una beca, donde casi siempre se pide elaborar un ensayo, que será más fácil de elaborar para quien tienen un mayor bagaje cultural.
“Quien tiene el hábito de leer por lo general tiene mayores capacidades de expresión, de poder argumentar mejor. Leer va más allá de pasarla bien o decir que se conoce sobre muchos temas, leer nos hace mejores personas, profesionales e incluso mejores mamá y papá”, señaló.
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(FIN) KGR/ART
JRA
Publicado: 19/4/2020