El equipo está conformado por Sarah Moll, psicóloga y coordinadora del proyecto; Jennifer Wong, diseñadora industrial y coordinadora; Midori Sánchez, ingeniera mecatrónica; Marlene Bustamente, diseñadora industrial; Mariana Pendavis, cirujana y la abogada Andrea Pittaluga.
En diálogo con la Agencia
Andina, Jennifer Wong, coordinadora del proyecto y de la sala de manufactura digital VEO 3D PUCP, explica que uno de los objetivos de este proyecto es promover la investigación desde una perspectiva social a través de la
fabricación digital como impresión 3D, digitalizado 3D y corte láser.
Precisamente cuando este equipo empezó con la investigación y conocieron de cerca el caso de Silverio Isidro, un joven que perdió varios dedos de su mano con explosivos, no se imaginaron que un objeto impreso podía cambiar la vida de una persona.
“Tuvimos el reto de crear una prótesis parcial de mano personalizada para Silverio, nuestro primer caso. Fue muy complejo de abordar porque en las amputaciones parciales, hay que cuidar muchos nervios, huesos y zonas donde hay dolor. El proceso de investigación, el producto a medida y funcional fue muy largo por eso demoro un año aproximadamente”, explica Marlene Bustamente, diseñadora industrial quien elaboró su tesis con este proyecto.
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“No había literatura sobre este tipo de prótesis, porque es mucho más fácil hacer prótesis para las personas que pierden toda la mano. Aquí era más difícil y lo que buscamos era parametrizar el diseño para amputaciones parciales de mano”, indica la diseñadora industrial.
Seis investigadoras de la PUCP crearon la primera prótesis parcial de mano en el país
¿Cómo fue el proceso?
Midori Sánchez, ingeniera mecatrónica de la PUCP, explica que primero con un scanner 3D obtuvieron la imagen de la mano digitalizada muy fiel a la real. Esto sirvió para diseñar sobre la propia mano de Silverio.
“Se tomó en cuenta el ángulo de flexión que su muñeca puede ejercer, estos son 70 grados de movimiento que debe trasladarse mediante cables desde la muñeca hasta la punta de los dedos. Se realizaron varias pruebas con impresión en 3D esto permitió cambiar parámetros y probar nuevas funcionalidades de manera rápida y a bajo costo”, señala la investigadora.
Por su parte, la psicóloga Sarah Moll, también integrante del proyecto, agrega que fue complejo adaptar la prótesis a la mano de Silverio pues ya había pasado casi dos años desde que sufrió el accidente.
“Silverio se llevaba a casa la prótesis para que la utilice en sus actividades diarias, como cargar una olla o tender una cama. Era parte de la metodología y muchas veces nos decía que no le servía, que no le funcionaba y seguíamos probando. La idea era que no restrinja los movimientos que él tenia ”, agrega Moll.
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Aprende a hacer prótesis, protectores faciales y otros artículos en casaLa psicóloga de la PUCP además señala que la rehabilitación pre-protésica es fundamental pues da un mejor uso a la prótesis. Silverio no lo hizo por eso fue más complejo adaptar la prótesis a su mano y hacerlo funcional.
El impacto a nivel funcional y psicológico también es muy importante, señala Moll, pues el paciente debe estar comprometido en el proceso y el uso de la prótesis.
“A veces prefieren utilizar una prótesis estética, que se vea bien, que una funcional que le permita realizar sus actividades”, añade Moll.
Democratizar el acceso a la prótesis
Para el equipo de investigadoras, con el proyecto “Dando una mano” se busca democratizar el acceso a las prótesis.
“Que esta iniciativa sirva para impulsar a las empresas a promover la prótesis de bajo costo, pues no es fácil para muchas personas en el Perú alcanzar a este tipo de servicios. El seguro social no lo cubre y las clínicas privadas lo brinda a costos elevados”, refiere la abogada Andrea Pittaluga desde Noruega.
Con el proyecto Dando una mano se busca impulsar a las empresas a promover la prótesis de bajo costo
Otra de las preocupaciones del equipo son las trabas para certificar estos dispositivos médicos. La ingeniera Midori Sánchez explica que en el Perú certificar los dispositivos médicos es muy complicado.
"Hay muchas trabas por parte del Estado, del Ministerio de Salud, ese proceso se debe acelerar. Hay gente innovadora que quiere seguir desarrollando tecnología que genere un impacto positivo en la sociedad, pero para lograrlo necesitamos del Estado y también de la empresa privada”, concluye la ingeniera Midori Sánchez.
Este proyecto fue la base para futuros productos biomédicos, una tesis y publicaciones en revistas especializadas; incluso recibió financiamiento de CONCYTEC para escalar y convertirse en el emprendimiento social que ahora lo lidera el ingeniero mecatrónico de la PUCP,
Enzo Romero.
El equipo espera que más jóvenes se motiven con este proyecto y estudien carreras relacionadas a las ciencia, innovación y tecnología, como bien dice Jennifer Wong, hay mucho potencial de las mujeres en estas especialidades.
Sobre el concurso KIWIE 2020
La Exposición Internacional de Invenciones de
Mujeres de Corea del Sur (KIWIE 2020) es una actividad organizada anualmente por la Asociación de Mujeres Inventoras de Corea del Sur (KWIA), y provee un espacio donde se busca generar oportunidades para mujeres inventoras nacionales y extranjeras, compartiendo experiencias y expandiendo redes de información. Aquí puedes ver
la lista de ganadores
Las participantes extranjeras (entre ellas, las peruanas) mostraron sus productos a través de fotografías o videos de manera virtual. Este año, el Perú participó con una delegación de 18 inventos desarrollados por inventoras locales, siendo el único país de América Latina.
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