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Producción de vermicompost y lixiviados: nuevas fuentes de ingreso para pequeños ganaderos

Para los ganaderos, la diversificación de productos comercializables es una gran oportunidad de generar ganancias.

Los investigadores de la UNALM trabajan en el tratamiento de los estiércoles de ganado, a través de la vermicultura, para la obtención de productos de valor como el humus de lombriz o vermicompost (un bioabono de alta calidad), el lixiviado (abono foliar) y las lombrices.

Los investigadores de la UNALM trabajan en el tratamiento de los estiércoles de ganado, a través de la vermicultura, para la obtención de productos de valor como el humus de lombriz o vermicompost (un bioabono de alta calidad), el lixiviado (abono foliar) y las lombrices.

07:00 | Huaura, feb. 02

Por Gladis Juan de Dios

La falta de conocimiento de los pequeños ganaderos en el manejo de recursos básicos disponibles (suelo, pasto y ganado) y su transformación en productos de valor limita la posibilidad de crecimiento como empresarios y, en consecuencia, un progreso en su economía familiar. Es por ello que un equipo de investigadores de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) trabaja en un proyecto sostenible con productores agropecuarios de Huaura.

Diversificación en la producción

Para los ganaderos, la diversificación de productos comercializables es una gran oportunidad de generar ganancias adicionales a lo obtenido por la producción de leche, que regularmente representa su principal fuente de ingresos; especialmente cuando lo recaudado por el producto lácteo, en circunstancias actuales, no compensa el alto costo que demanda su producción.

Un equipo de investigación de la UNALM había observado esta problemática en la Asociación de Ganaderos de Villa Agraria, a quienes ya venían capacitando en la calidad de leche, alimentación, administración y elaboración de sus derivados, como el queso, yogurt y helados, como parte del proyecto ganador del Programa Nacional de Innovación Agraria (PNIA) en el 2019.

En el afán de continuar brindando apoyo a los pequeños ganaderos, el equipo diseñó un nuevo proyecto que fue presentado a la iniciativa Innovar para Reactivar, lanzada el año 2020 por ProInnóvate en el contexto de pandemia, de la cual resultó ganador.

Este proyecto consistía en el tratamiento en tiempo récord de los estiércoles de ganado y restrojos, a través de la vermicultura, para la obtención de productos de valor como el humus de lombriz o vermicompost (un bioabono de alta calidad), el lixiviado (abono foliar) y las lombrices. 

Mario Viera, coordinador técnico del proyecto, sostuvo que conoce muy de cerca la situación socioeconómica de los ganaderos que conforman la asociación debido al tiempo que lleva trabajando con ellos, lo que le ha permitido ganarse su confianza para que apuesten por esta iniciativa que será beneficiosa para el sector.


La necesidad de compartir el conocimiento

La doctora Gladys Carrión, ingeniera zootecnista con estudios en el extranjero en nutrición e ingeniería ambiental, especializada en el sector agropecuario, es quien lidera el proyecto valiéndose de su vasta experiencia profesional y de la visión muy particular que tiene del Perú, a quien reconoce como un país con una gran biodiversidad que no deja de impresionarla, y con dos grandes problemáticas que siempre la conmueven: la pobreza y el desconocimiento.

Cuando estuvo en Cusco, recuerda, visitó un poblado que cultiva el maíz Cusco, y que quemaba todos los residuos orgánicos (restos vegetales) que se generaban de dicha producción. Muchos incendios forestales habían sido iniciados a causa de ello, y cuando preguntó a los pobladores por qué no hacían compost con esos restos en vez de quemarlos, la respuesta en común fue que no sabían lo que era eso.

Equipo de investigadores y productores ganaderos posando para la foto

Recuerda también su visita a Apurímac, cuando asistió a una capacitación en un poblado pequeño y se encontró con productores que habían llegado de varios pueblos caminando 2 o 3 horas, y al término, uno de ellos le agradeció enormemente porque era la primera vez que una universidad les llevaba un poco de conocimiento.

El trabajo de los pequeños ganaderos es duro. Sin días de descanso, sin vacaciones y sin beneficios sociales, muchos están calificados como pobres o pobres extremos, y esto sumado al escaso conocimiento técnico les ha llevado en muchos casos a abandonar la actividad ganadera.

A raíz de estas y otras experiencias en el interior del país, la doctora Carrión resalta la importancia y necesidad de que los profesionales se acerquen a los productores para compartirles sus conocimientos, y que así contribuyan con el desarrollo sostenible de nuestro sector agropecuario; mensaje que difunde incansablemente entre sus pares desde su posición como también docente e investigadora.


Vermicultura y la transformación de residuos en productos de valor

Cuando el equipo visitó el área donde se llevaría a cabo el proyecto, es decir, las tierras de los ganaderos, la doctora Carrión observó que los principales insumos que se necesitaban para la elaboración del bioabono, ellos ya lo tenían.

De un lado, el estiércol vacuno que, desde un punto de vista técnico, es un gran acelerador para el compostaje, era desechado; y del otro lado, los rastrojos o restos de cosecha y también los residuos del alimento del ganado eran quemados. Dos sustratos muy buenos estaban siendo desperdiciados.


Alonso Manchego, zootecnista profesional de campo, explica a la agencia Andina el proceso de transformación de estos residuos para la obtención de productos de valor. "La técnica que empleamos es la vermicultura, que consiste en la utilización de lombrices para el tratamiento de desechos orgánicos y su transformación en bioabonos. Para este proyecto en específico hemos hecho una modificación de lo que convencionalmente se hace a nivel industrial o comercial en el Perú", relata Manchego.

Es primordial la construcción del hábitat de la lombriz, es decir, el compostaje del estiércol y rastrojo, que por lo general demora de dos a tres meses hasta lograr la estabilización de ciertos parámetros que influyen en el comportamiento de la lombriz, como son la temperatura, la humedad, el ph y la conductividad eléctrica.

Con la técnica empleada por el equipo se logró acortar el tiempo de estabilización de tres meses a tres semanas, para lo cual fue determinante la medición y control de los parámetros y en base a los resultados, la toma de decisiones acertadas en cuanto al manejo del material (volteos y riegos).


La aceleración del proceso de compostaje significa una mayor producción de bioabono al año, y por lo tanto, mayores ingresos económicos para los ganaderos. Por otro lado, la aplicación de buenas prácticas de manejo procurará la obtención de bioabonos de alta calidad y, en consecuencia, cultivos también de alta calidad.

Luego de la estabilización de esta materia, convertida ya en alimento de la lombriz, se la traslada a un módulo, cama o lecho, construido especialmente para la producción del bioabono y paralelamente la obtención del lixiviado que es el compost líquido resultante del riego que se le suministra a esta cama. Por lo general, el lixiviado se pierde porque se desconoce naturalmente las bondades que tiene como abono foliar. 


El proyecto no solo fue pensado para la mejora de la economía familiar de pequeños ganaderos de Huaura por los ingresos que obtendrían de su comercialización, sino también para contrarrestar el perjuicio ambiental que ocasionan los residuos de la industria agropecuaria que no reciben un adecuado tratamiento.

Por ejemplo, el estiércol del ganado que queda expuesto en el suelo libera gases contaminantes hacia la atmósfera, como es el óxido nitroso, un gas de efecto invernadero que es 300 veces más potente que el dióxido de carbono en el calentamiento global. Así también, la quema de los restrojos contamina el aire y deteriora la fertilidad del suelo.


Bioabonos de alta calidad

Los productos obtenidos de este primer ensayo han sido analizados y calificados con una calidad sobresaliente, afirma la doctora Gladys, y añade que si se toma como referencia normatividades como de Canadá o Estados Unidos, estos se situarían en la clasificación de un compost de tipo A, ideal para plantas exigentes. 
 
Han sido tres los productos resultantes y estas son las características y beneficios de cada uno de ellos:

1. Vermicompost sólido. Es el humus de lombriz cuya acción directa es la mejora de las propiedades físicas del suelo, permitiendo mayor absorción de agua y mayor retención de nutrientes. Otra acción importante es que pone en forma no disponible los metales pesados que se encuentran dentro del suelo para que no sean transmitidos a los alimentos.


2. Vermicompost líquido. Este lixiviado, también conocido como abono foliar, brinda cierta inmunidad a patógenos y agentes externos que ataquen al cultivo, por lo que se utiliza como un complemento en el abonamiento de estos. Su aplicación es vía foliar ya que la absorción es mediante los estomas de las hojas. 


3. Lombrices. Son los núcleos genéticos. Gracias a que las lombrices se multiplican muy rápido, será fácil conseguir núcleos reproductores con lo que se podrán habilitar más módulos para la vermicultura, lo que permitirá que la actividad se expanda y sea sostenible como negocio.


Hasta el momento, según indica Mario Viera, el proyecto de vermicultura ha sido ejecutado en 7 de los 66 ganaderos que conforman la asociación, solo el 10% del potencial, y espera que pueda replicarse en los demás socios, pero también fuera de ellos. Necesitamos que los ganaderos de todo el Perú conozcan la vermicultura, entiendan sus beneficios y quieran imitar la actividad en sus propias tierras, resalta Viera a la agencia Andina.


El desarrollo de la lombricultura en el Perú

La lombricultura o vermicultura, es un proceso muy antiguo. La historia nos cuenta que los egipcios le daban un valor muy importante a la lombriz porque fertilizaba la tierra, a tal punto que se imponían castigos a quien las dañara. Así también, Aristóteles en su obra "Historia animalium" decía que las lombrices son los intestinos de la tierra y contribuyen a su productividad. 

La técnica de la lombricultura cada vez está adquiriendo mayor valor en el ámbito de la agricultura, y aunque con el transcurrir del tiempo se han realizado investigaciones para optimizar este proceso, todavía hay mucho por explorar, afirma la doctora Carrión.

Hace unos días, añade, hemos escuchado en las noticias que el Perú ha sido elegido el mejor destino culinario, líder en el mundo, y esto es, en gran parte, gracias a que producimos muchos vegetales. Entonces, siendo un país netamente agrícola incluso desde la época inca, considera que necesitamos hacer transformaciones y avanzar más en el tema de los bioabonos, más aún cuando contamos con los sustratos residuos cuyo valor se desconoce.


"En la actualidad, en el Perú no existe una legislación sobre los criterios de calidad para los bioabonos, los cuales se basan en la presencia o no presencia de metales pesados, los  que pueden transmitirse a las plantas y éstas, al ser consumidas, provocar cáncer. Al no tener estos criterios de límites máximos permisibles de ciertos componentes, es difícil darle una clasificación, por eso solo nos queda guiarnos de referencias internacionales”, concluye la doctora Carrión.

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Publicado: 2/2/2022