El Presidente de la República, Pedro Castillo, señaló hoy que sí es posible realizar cambios económicos en el país con responsabilidad y respetando la propiedad privada.
“Hoy la población pide cambios y no está dispuesta a renunciar a ellos. Ahora bien, ¿es cierto que estos cambios implican poner en riesgo los logros conseguidos con el esfuerzo de todos los peruanos durante las últimas décadas? No, no lo es”, dijo.
“Sí es posible realizar estos cambios con responsabilidad, respetando la propiedad privada, pero también poniendo por delante los intereses de la Nación”, agregó.
El Jefe del Estado sostuvo que hacia ese objetivo apuntará su gobierno, porque se buscará construir un país más próspero, justo y que la mayor generación de riqueza y bienestar se distribuya de manera equitativa entre todos los peruanos.
“Este es el compromiso que hoy, 28 de julio, en el Bicentenario, asume nuestro gobierno. Hoy nos urge la recuperación de los empleos e ingresos de las familias, lo que exige una reactivación de la economía a fondo”, afirmó.
“Lamentablemente, durante la campaña electoral se ha tratado de asustar a la población, con el cuento de que queríamos expropiar los ahorros, las casas, los automóviles, las fábricas y otros bienes de propiedad de los ciudadanos, lo que es totalmente falso”, añadió.
“No haremos nada de eso, porque queremos que la economía mantenga orden y predictibilidad, que es la base de las decisiones de inversión”, manifestó.
El presidente Castillo enfatizó que la propiedad de las personas obtenidas con esfuerzo, y en el marco de la legalidad, está garantizada por el Estado.
“Lo que nosotros propugnamos es que se acaben los abusos de los monopolios, de los consorcios que corrompen y cobran sumas artificialmente elevadas por los bienes y servicios básicos, como ha sucedido con el gas doméstico y las medicinas, y cuando las entidades financieras cobran hasta el 200 % por crédito de consumo”, afirmó.
El Jefe del Estado señaló que en los últimos 30 años se ha discutido mucho sobre las falencias del modelo económico implementado en los 90, pero a pesar de ello ningún gobierno escuchó el malestar y se rehusaron a los cambios anhelados por la población.
“Pero la pandemia terminó por visibilizar que las críticas que se le hacían al modelo económico eran legítimas, y eran también válidas”, manifestó.