Desde que amanece, lo primero que hace Yuqui es dirigir la mirada y mover la cola a su guía (su papá) en señal de que está alegre y presto a obedecer sus órdenes. Así es como inician la jornada los 102 “efectivos” de la Unidad de Policía Canina, en su tarea diaria de servicio a la ciudadanía, a través del binomio guía-can.
Este binomio es fruto de un proceso de adaptación que se inicia desde que el perro conoce a su guía, cuando surja entre ambos una relación que seguirá hasta que el can se jubile o fallezca en acción, explica el capitán PNP Juan Carlos Cacique, vocero de la unidad policial.
Un ejemplo de ese “enlace hasta la muerte” fue el protagonizado hace años por un efectivo policial y su perro pastor alemán llamado Arno.
Ambos llevaban a cabo su patrullaje de rutina cuando divisaron a dos delincuentes armados que asaltaban a un taxista en la zona de Cárcamo, en el Cercado de Lima. Sin dudarlo acudieron en auxilio de la víctima.
El agente policial fue asesinado por uno de los delincuentes. Al ver a su guía tirado en el suelo, Arno acometió con furia contra el criminal y logró capturarlo no sin antes haber recibido cinco balazos, que acabaron con su vida horas más tarde.
Por su heroica acción, hoy se erige una estatua de Arno en el patio de honor de la Unidad de la Policía Canina, ubicada en el distrito del Rímac. En la placa se lee: “Ejemplar valeroso y digno al servicio de la sociedad. Al amanecer de un día pusiste en peligro tu vida en defensa de tu guía”.
En declaraciones a la Agencia Andina, Cacique refiere que la relación entre ambos es tan fuerte que el guía conoce al milímetro las señales y alertas del animal; mientras que el can termina acostumbrándose a trabajar basado en el humor de su guía.
“El can va a depender de su guía porque este es el encargado de su cuidado, su alimentación, su agua, su medicina, sus visitas al médico veterinario, limpiar su 'canil', su plato, peinarlo, bañarlo, acicalarlo... Se crea una dependencia uno del otro y a eso lo denominamos el binomio guía-can”, explica.
Todos los canes que prestan servicio en la Unidad de Policía Canina han sido donados y son seleccionados para desempeñar ciertas tareas de acuerdo con su temperamento.
“Por ejemplo, los canes ideales para el control del orden público son los doberman y rottweiler, por su tamaño e imponente estampa. Mientras que para búsqueda de drogas, explosivos o rescate son excelentes el pastor alemán, el pastor belga, el golden retriever y el labrador”, precisa.
Los canes que llegan a esta unidad, sostiene, deben tener mínimo 10 meses de edad y máximo dos años, a fin de que su adaptación al entrenamiento sea la adecuada.
Labor destacable
Cacique recuerda a Golag, un hermoso ejemplar de golden retriever, que descubrió el cuerpo de Maryorie Keiko Bonet Vega, una adolescente de 15 años que fue enterrada en una vivienda de Villa María del Triunfo tras ser asesinada por el ginecólogo Ángel Valdivia Calderón, en el 2013.
“Pese a estar bajo tierra y encima con losetas que había colocado el asesino, Golag detectó el olor del cuerpo de la víctima, dio la señal de alerta y se encontró el cadáver de la niña. Esto permitió condenar a su asesino”, afirmó.
Golag ya pasó al retiro y vive actualmente en la casa de su guía, quien le brinda todos los cuidados que merece este “oficial” de la Policía Canina.
Cacique recuerda igualmente un caso de vandalismo que protagonizaron miles de hinchas que ingresaron a la cancha del estadio Monumental antes de un clásico entre Alianza Lima y Universitario de Deportes.
“El policía guía y su can rottweiler, que llevaba bozal, fueron atacados por la turba. En ese momento, sin soltar la correa, el efectivo le quitó el bozal al animal. Este se abalanzó contra la turba y los obligó a dar marcha atrás. Un solo perro de 50 kilos hizo retroceder a más de 1,200 personas”, rememora orgulloso.
Pase a retiro
Tras un largo tiempo de servicio, estos animales pasan al retiro cuando cumplen los 8 años de edad y son enviados a un destacamento policial en Puente Piedra, para iniciar un periodo de descanso antes de que alguien pida llevárselos.
Normalmente, los guías que han trabajado con los canes son los primeros que solicitan adoptarlos. Luego tiene la prioridad cualquier efectivo de la Policía y, posteriormente, cualquier civil que reúna las condiciones psicológicas y que cuente con el espacio necesario para albergarlo.
“Por lo general, sus guías los llevan a sus casas para que pasen con ellos sus últimos días”, anotó.
Otro perro destacable fue el famoso Lay Fun, adoptado por la Policía Canina tras matar a un delincuente que había ingresado a robar a la casa de sus dueños. El can murió a los 13 años de un paro cardiaco, en febrero del 2014.
Tras varios años de servicio, este hermoso y fiero rottweiler fue cremado y enterrado en los jardines de la División de la Policía Canina, luego de recibir los honores como todo agente policial.
Para el capitán Cacique, estos nobles animales, desde que ingresan a la Policía hasta que mueren, siempre "recordarán" las largas horas que patrullaron al lado de sus guías y compañeros, a la espera de una sola orden para actuar al servicio de la comunidad.
Más en Andina:
(FIN) LIT/RRC
GRM
Video: Policía Canina al servicio del ciudadano con el binomio guía-can
Publicado: 22/1/2019