Si las piedras hablaran… En esta ocasión no es descabellado afirmar que estas hablan y mucho. Cuentan fascinantes historias del pasado sísmico de la región Cusco vinculado a fallas geológicas activas, lo que contribuirá a diseñar políticas de gestión del riesgo y estrategias efectivas para la conservación del patrimonio cultural en una zona de alta actividad tectónica.
Investigaciones de arqueosismología —técnica que une la geología con la arqueología para estudiar los terremotos del pasado a través del patrimonio cultural— del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) de Francia y la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) Cusco han puesto en evidencia más de 3,000 fisuras en construcciones incas y coloniales de la región surandina.
“Hemos detectado más de 3,000 fisuras en Machu Picchu, Sacsayhuamán, el Qoricancha, el centro histórico del Cusco [Piedra de los Doce Ángulos], Písac, Ollantaytambo; y en construcciones coloniales como los conventos de Santa Catalina y Santa Clara, iglesias y algunas casonas, que han sido registradas y analizadas”, reveló a la
Agencia Andina Carlos Benavente, investigador del Ingemmet.
“Al estudiar esas fisuras o, para decirlo en sencillo, que los muros estén dañados, podemos determinar si están asociados a eventos sísmicos, a reactivaciones de fallas y reconstruir el pasado histórico de la región”, para comprender los peligros sísmicos modernos, manifestó.
Cusco PATA, la semilla
El estudio de las fallas activas y de la paleosismicidad en la región surandina se inició con el proyecto Cusco PATA (paleosismología, arqueosismología, tectónica activa), que permitió ampliar el registro de los terremotos en la zona.
“El Perú tiene datos históricos desde 1550 aproximadamente, que es muy poco para estimar peligros sísmicos. Cusco PATA fue la semilla y sirvió de base para este estudio de arqueosismología”, afirmó.
“Seismoscopios”
Construcciones como Machu Picchu —ícono turístico del Perú declarado por la Unesco como Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad, además de maravilla del mundo moderno—, Sacsayhuamán, entre otras, han servido como "seismoscopios" para estudiar terremotos históricos y comprender la vulnerabilidad sísmica de estas icónicas edificaciones.
Los monumentos, al momento de moverse durante un movimiento telúrico, generan indicadores, es decir, se comportan como “seismoscopios” que ayudan a caracterizar el peligro sísmico en la región asociado a las fallas geológicas activas.
“Determinamos que hay fallas geológicas que han generado grandes sismos en los últimos 10,000 años. Sin embargo, había un vacío sobre qué sucedió en la época de los incas y en la preínca, por lo que decidimos aplicar la arqueosismología para definir y caracterizar los efectos en las construcciones incas y coloniales”, explicó.
Catálogo sísmico
A partir de la evidencia de que el Cusco fue uno de los epicentros de terremotos más destructivos en la historia del Perú, gracias a las investigaciones geológicas, se ha podido incrementar el catálogo sísmico del país.
“Hemos ampliado con el sismo registrado en la época de Pachacútec (1430), otro en 1100 que genera el colapso de los piquillacta. La idea del proyecto es conocer si hay vínculo con el desarrollo de antiguas civilizaciones, si fueron resilientes; contar la historia del Cusco, pero desde el punto de vista de procesos geológicos”, sostuvo.
Se busca, así, demostrar como país que hubo civilizaciones que supieron convivir con la sismicidad y la manejaron de una manera "excepcional", como es el caso de los incas; pero hay otras civilizaciones que no, manifestó el geólogo del Ingemmet.
Normas técnicas de construcción
Uno de los grandes objetivos del proyecto de investigación “es demostrar el porqué de la urgencia de actualizar la norma técnica de construcción sismorresistente, en la que se debe considerar las fallas geológicas”, subrayó.
“El tema no está considerado y eso es un grave problema [se incluyen los sismos de subducción y se subestiman los sismos relacionados a fallas geológicas, que revisten mayor riesgo]. Uno de nuestros objetivos es demostrar a todo el mundo que es una necesidad considerar las fallas en este tipo de normativa. De lo contrario, nos hacemos más vulnerables”, advirtió.
Con estos estudios, dijo, “hacemos el papel de detectives para encontrar muchas más evidencias y los tomadores de decisiones se puedan convencer de que es algo importante” y que el adecuado manejo y la aplicación de la información científica pueden marcar la diferencia en materia de gestión del riesgo.
Los avances de las investigaciones han sido plasmados en reconocidas plataformas y publicaciones científicas, como la revista
Earth & Space Science News (EOS).
Proyecto Archives
En paralelo, se desarrolla en el Cusco el proyecto posdoctoral Archives, liderado por Andy Combey, investigador de la Université Côte d’Azur, CNRS (Francia); es financiado por el IRD en colaboración estrecha con el Ingemmet.
Este proyecto aborda la vulnerabilidad de los edificios coloniales e incas en Cusco frente a procesos geológicos y climáticos que afectan la región, caracterizada por su exposición a movimientos en masa (deslizamientos, huaicos, avalanchas) y actividad sísmica.
Entre los avances más destacados se encuentra la instrumentación del templo de Wiracocha, en el
parque arqueológico de Raqchi, donde en agosto del 2024
se instalaron tres sensores de manera permanente, con el fin de evaluar las respuestas dinámicas de estructuras patrimoniales y estudiar cómo factores climáticos y sismos impactan su conservación.
“Se ha adquirido sensores para poner en algunos sectores del Cusco para entender cómo vibra el suelo cuando hay un sismo o cuando no lo hay. El tráfico o las personas generan vibraciones en la superficie. Queremos entender estos procesos para contribuir a la conservación del patrimonio”, explicó a la Agencia Andina.
De forma temporal (por unos días), se han colocado sensores en otras zonas del centro histórico del Cusco, como San Cristóbal y la Casa Garcilaso de la Vega.
“Estamos trabajando para que esta información recolectada por los sensores pueda llegar en tiempo real a la Dirección Desconcentrada de Cultura Cusco. En tanto, cada mes se procesa y reprocesa”, indicó.
Benavente señaló que una norma internacional para los monumentos arqueológicos reconocidos por la Unesco exige que cada país cuente con estrategias eficaces y eficientes para protegerlos.
“Con la información que vamos a entregar, la Unesco verá que, como Perú, estamos poniendo énfasis en la protección y conservación del patrimonio cultural”, puntualizó.
Los proyectos cuentan con financiamiento del IRD y el Centro de Estudios y Expertos sobre Riesgos, Medio Ambiente, Movilidad y Ordenación (Cerema), ambos de Francia, así como del Ingemmet.
Estos resultados contados en exclusiva por la Agencia Andina serán presentados hoy en el café científico denominado Arqueosismicidad, que reunirá a destacados expertos.
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(FIN) JOT