Con el financiamiento de Concytec para esta nueva etapa, los científicos del proyecto Rutas 3.0 deben "construir un metalenguaje para que un usuario pueda aumentar la base de conocimientos que tiene el robot para que este pueda hacer inferencias".
Por Sofía PichihuaAsí como cada uno personaliza su celular a su gusto, los robots sociales podrán aprender lo que el usuario requiera, sin tener que dominar la programación. Ese es el objetivo del proyecto rutas 3.0, financiado por Prociencia del Concytec, que promueve el diseño de un software para robots sociales, inicialmente para fines turísticos con los modelos Pablobot, Pedrobot y Alice.
Normalmente, los robots necesitan pasar por un proceso de programación y entrenamiento para contribuir en la industria. Cada cambio requiere de intervención de un experto, pero el
proyecto Rutas 3.0 de la Universidad Católica San Pablo de Arequipa promueve el desarrollo de un software que sea compatible con los robots -sea cual sea su origen, como un sistema operativo móvil- para
modelar su comportamiento en función del contexto que percibe.
Raquel Patiño Escarcina, líder del proyecto Rutas 3.0 y docente del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la UCSP, dijo a la
Agencia Andina que se busca desarrollar un método de representación de conocimiento adecuado para robots sociales, que necesitan inferir información en tiempo real basada en datos sensoriales, y un nivel de respuesta más rápido (30 milisegundos).
Podcast:
Ingenieros arequipeños programan, diseñan y fabrican robots sociales
"Se hará un software que será instalado en el robot y le dará opción a dominar conocimiento específico lo que hará que su conocimiento se incremente". Este proyecto científico propone estructuras de datos que representen información semántica y sus relaciones conceptuales, permitiendo que la inferencia realizada por el robot sea precisa. Además, la información se actualiza mediante un metalenguaje que interactúa con esta estructura de manera transparente para el usuario final, modelando el comportamiento del robot de manera que se asemeje lo más cercano posible al comportamiento humano, tanto en su interacción como en su navegación.
Para lograr esto, el robot necesita información del contexto, tanto del ambiente como de las personas, que debe estar disponible en tiempo real y ser de fácil interpretación para poder reaccionar adecuadamente y de manera inmediata.
Con el financiamiento de Concytec para esta nueva etapa, los científicos del
proyecto Rutas 3.0 deben "construir un metalenguaje para que un usuario pueda aumentar la base de conocimientos que tiene el robot para que este pueda hacer inferencias". El software actual que tienen los robots Pedrobot,
Pablotbot y Alice será mejorado para que una persona, por ejemplo, la visitante de un museo, pueda darle información, sin tener que pasar por un nuevo proceso de programación.

Pruebas en la industria del turismo
A la fecha,
Pablobot, Pedrobot y Alice son tres robots que han sido probados con fines de atención al cliente en la industria turística. Sin embargo, el software podrá ser útil para cualquier industria.
Las pruebas se realizarán en el Convento -Museo de San Francisco de Asís de Arequipa, además del Museo del Convento de la Recoleta y el Museo Municipal. "Se espera que este proyecto sea un inicio en una industria de robots sociales que puedan servir a corto plazo a nuestra sociedad", afirmó la científica peruana.
Este año se estima completar el mejoramiento del diseño de Pedrobot, que fue desarrollado íntegramente en Perú, además de tener una versión mínima instalable en los tres robots.
Como se recuerda, el proyecto Rutas 1.0 empezó en el 2019 con la adaptación de robots, mientras que en el 2022 empezó Rutas 2.0, con la construcción -desde cero- de Pedrobot. Los investigadores han logrado que estos robots semiautónomos tengan la capacidad de interactuar entre ellos y reconozcan mejor los espacios y las emociones humanas.
En enero de 2025 se iniciaron los trámites para lograr una patente dadas las innovaciones que han logrado en el campo de la programación robótica. Los robots pueden reconocer mejor los espacios y emociones humanas lo que, a su vez, optimiza su interacción a través de sus pantallas y voz. Además, su navegación ha mejorado, ya que no cruzan en medio de grupos humanos (distancia proxémica) y evitan acercarse cuando perciben que una persona está enojada o triste.
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Publicado: 25/8/2025