En los últimos años la investigación arqueológica en el mundo, y también en el Perú, ha recibido el aporte de la arqueometría, una disciplina que cada vez tiene un mayor protagonismo en esta profesión, así como en la conservación y protección del patrimonio arqueológico.
La
Agencia Andina conversó con el
científico Julio Fabián Salvador, uno de los pocos especialistas peruanos y pionero de la arqueometría en el Perú para que nos revele qué es esta disciplina y y cómo contribuye a la
investigación arqueológica.

La arqueometría, una disciplina que integra métodos de la física, química, biología e ingeniería para el estudio científico del patrimonio cultural, ha adquirido una relevancia creciente en el mundo y, particularmente, en el Perú. Aunque su empleo se remonta a varias décadas, su consolidación como campo especializado ha avanzado de manera notable durante los últimos años gracias al desarrollo tecnológico, la formación de expertos y la aplicación de técnicas analíticas avanzadas a piezas arqueológicas y obras de arte, afirma Fabián Salvador, físico formado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
El investigador peruano resalta que la arqueometría permite datar materiales, identificar su composición química y mineralógica, y reconstruir sus procesos de producción. Esto se realiza mediante técnicas como la datación radiocarbónica —que forma parte de esta disciplina—, la fluorescencia de rayos X, la espectroscopía Raman o la difracción de rayos X, entre otras.

Por ejemplo, remarcó, cuando se recupera una pieza cerámica en una excavación, la arqueometría contribuye a determinar su antigüedad, analizar sus componentes y conocer cómo fue elaborada. Esta aproximación científica complementa los métodos tradicionales de la arqueología, permitiendo reconstrucciones más precisas sobre tecnologías antiguas, rutas de intercambio y prácticas culturales.
El impulso tecnológico: de equipos gigantes a instrumentos portátiles
El investigador relata que la disciplina dio un salto significativo hace aproximadamente 30 años, cuando los equipos analíticos comenzaron a desarrollarse en versiones portátiles. Tecnologías originalmente creadas por la NASA para misiones a la Luna y Marte —como los primeros dispositivos portátiles de fluorescencia de rayos X— fueron adaptadas para el estudio del patrimonio cultural en museos y sitios arqueológicos, evitando el traslado de piezas delicadas a laboratorios.

"Hace dos décadas, instrumentos como la fluorescencia de rayos X o la espectrometría Raman ocupaban el espacio de un escritorio entero; hoy, muchos de ellos tienen el tamaño de una laptop o incluso presentan formato de pistola. Esta miniaturización facilitó la investigación in situ y amplió las posibilidades de colaboración multidisciplinaria", manifiesta en diálogo con la Agencia Andina.
Los primeros estudios formales en el Perú
Si bien en el Perú existían iniciativas aisladas desde hace décadas, la primera investigación sistemática y de alcance internacional se desarrolló entre 2006 y 2007, liderada por el físico italiano Roberto Cesáreo, de la Universidad La Sapienza (Italia). "A partir de ese proyecto, un equipo peruano integrado por investigadores como Ángel Bustamante y especialistas formados en el extranjero comenzó a caracterizar científicamente piezas de oro, plata y cobre del tesoro de las tumbas reales de Sipán y del Señor de Sicán", acotó.

Los análisis realizados permitieron determinar tipos de aleaciones, técnicas de manufactura y patrones tecnológicos de las antiguas sociedades peruanas. Posteriormente, este grupo amplió sus estudios a colecciones del Museo Vicús, la Dama de Cao y diversos museos de todo el país, publicando artículos en revistas indexadas que hoy constituyen referencias fundamentales para la arqueometría andina.
Aplicaciones en campo: pigmentos y murales prehispánicos
La arqueometría en el Perú también se ha aplicado en estudios in situ. Fabián Salvador indicó que un ejemplo destacado es la investigación realizada en la Huaca de la Luna, en Trujillo, donde se llevaron equipos portátiles para analizar los pigmentos de los murales mochicas.
Los resultados confirmaron que los colores verde y celeste contenían minerales de cobre; el rojo correspondía a hematita; mientras que el blanco provenía de calcita. Sin embargo, para obtener información más detallada, fue necesario complementar el trabajo con análisis de laboratorio utilizando técnicas más complejas como la difracción de rayos X.

Sostuvo que los especialistas señalan que, aunque los arqueólogos pueden adquirir equipos portátiles, es indispensable la presencia de profesionales capacitados en física, química y análisis instrumental para interpretar adecuadamente los espectros y resultados.
Hito académico
Fabián Salvador destacó que uno de los avances más importantes en esta disciplina se produjo en 2024 con la creación de la primera maestría en arqueometría del Perú y de Sudamérica, implementada por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Coordinada por Julio Fabián Salvador, físico peruano formado en Italia y Colombia, esta maestría busca formar especialistas capaces de aplicar técnicas analíticas al patrimonio cultural.
Actualmente, ya existen dos promociones en formación, y en diciembre de este año se convocará a un nuevo examen de admisión para la tercera cohorte.
Primer Coloquio Peruano de Arqueometría
Como parte del impulso institucional, anunció que la Universidad de San Marcos organiza el Primer Coloquio Peruano de Arqueometría, que se realizará el miércoles 10 y jueves 11 de diciembre en el Pabellón de Investigación de la Facultad de Ciencias Físicas. El evento reunirá a especialistas nacionales e internacionales que presentarán conferencias sobre técnicas analíticas aplicadas a materiales arqueológicos y obras de arte.
Entre los temas se incluirá el estudio de metalurgia antigua, pigmentos prehispánicos, cerámicas, azulejos históricos del Centro de Lima y otros materiales patrimoniales.
Un campo en expansión
Fabián Salvador destaca que la arqueometría en el Perú se encuentra en una etapa de consolidación. Con equipos avanzados, investigaciones en curso y una formación académica especializada, el país se posiciona para convertirse en un referente regional en ciencia aplicada al patrimonio cultural.
Por último, refiere que la demanda de expertos continúa en aumento, pues los estudios arqueológicos requieren cada vez más interpretaciones basadas en evidencia instrumental. Sostuvo que la formación de las nuevas generaciones de arqueómetras será clave para garantizar que el vasto patrimonio peruano pueda ser analizado con rigor científico y preservado para el futuro.
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