El Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), que se realiza en Estados Unidos, galardonó al emprendimiento peruano “Alinti” con el premio Bio-Circular Verde, en la categoría MIPYME, por su contribución a la sostenibilidad mediante la producción de electricidad a partir de la fotosíntesis de las plantas, informó Torre Tagle.
A través de sus redes sociales, la Cancillería peruana destaca que esta es la primera edición de este premio, el cual reconoce el aporte de empresas y organizaciones del Asia-Pacífico en la implementación de acciones para el crecimiento sostenible e inclusivo en tres categorías: Mujer, Jóvenes y MYPIME.
Creado por
el ingeniero civil ayacuchano Hernán Asto, Alinti es un dispositivo que genera energía eléctrica mediante la fotosíntesis de las plantas. Debido a la fotosíntesis, las plantas expulsan electrones por las raíces.
“Gracias a una microcelda se capturan esos electrones y se almacenan en una batería que forma parte de todo el equipo (maceta, microceldas, plantas y batería). Todo pesa en total 4 kilos”, explicó Asto a la agencia Andina.
Alinti permite también que los habitantes del hogar donde se instalen estos maceteros se beneficien con la limpieza del aire, ya que las plantas no solo producen electrones sino eliminan sustancias tóxicas, como el benceno y el amoniaco, nocivas para la salud.
“Tener Alinti en casa significa salud y calidad de vida, ya que trabaja con todas las plantas que producen energía gracias a la fotosíntesis”, anotó Asto.
Aclaró, sin embargo, que hay tres plantas que producen más energía y con las cuales trabaja Alinti. Estas son conocidas popularmente como "helecho de vela", "malamadre" y "violeta de los alpes".
El joven profesional dijo que las plantas de Alinti solo requieren del mantenimiento mínimo que necesitan estos organismos, o sea un poco de agua cada 5 días, para que se pueda cumplir su tiempo de vida que está proyectada en 10 años.
Gracias a su perseverancia Asto ha logrado crear un producto que produce energía a base de plantas. Su iniciativa ha permitido que muchas familias del ámbito rural accedan a electricidad. Actualmente experimenta una versión para usarla en el alumbrado público.
Desde pequeño sintió el llamado de la invención. Las carencias materiales presentes en la vida familiar, desde el fallecimiento de su padre, marcaron su relación con la vida. Él tenía que hacer algo por su madre, doña Benedicta, para acabar con tanta pobreza, recuerda.
No fue raro, entonces, que, para este ingeniero huantino de 31 años, cuya lengua materna es el quechua, la universidad haya sido la puerta grande para su crecimiento. “Recordé las investigaciones que realicé en el colegio para descubrir la energía en las plantas, y las continué”.
Durante cinco años siguió desarrollando pruebas. Fue un joven mil oficios, para poder financiar su proyecto. Loco le decían, cómo gastas tu plata “en eso”. Hasta que logró crear Alinti, plantas que dan luz.
Ese nombre es la suma de una palabra aymara y la otra quechua, y a su vez define una tecnología a base de fuentes inagotables de microorganismos, plantas y suelo, que funciona gracias a nanotecnología, mediante la captura de electricidad que producen esos elementos.
Es una corriente biológica, explica Hernán, que se almacena en una batería de 10 amperios que permite cargar dos celulares o tener una iluminación, que dure de 6 a 8 horas.
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