Sanos y salvos llegaron a su casa en Chorrillos Sonia Burga Guevara (30) y Jimmi Artica Rodríguez (37), la pareja de deportistas que había desaparecido desde el último martes en el nevado Rajuntay, en la región Junín. Desde la comodidad de su hogar, cuentan cómo lograron sobrevivir durante dos noches en medio del clima hostil de las alturas.
Este viaje de supervivencia inició en la mañana del martes 13 de febrero, en la víspera del Día de San Valentín. Sonia y Jimmi viajaron emocionados a la provincia de Yauli, en Junín, para realizar trekking en unos de los nevados más altos de la Cordillera Central, ubicado a 5,400 metros sobre el nivel del mar.
La pareja de enamorados estaba llena de confianza y en ningún momento pensaron que algo malo podría pasar. Ambos son aficionados al atletismo y a los deportes de aventura. Incluso Jimmi resaltó que ha escalado el nevado Rajuntay más de 15 veces y ha participado desde joven en ultramaratones.
“Hace más de ocho año que voy a ese nevado. Soy ultra runner, corredor extremo de montaña, he hecho carreras muy largas, incluso fui el octavo peruano en hacer 160 kilómetros al hilo (longitud del tramo). Tengo mucha experiencia en montaña, pero como dicen, por más experiencia que tengas, la naturaleza es impredecible y en esta ocasión me tocó vivirla y casi lo pagamos caro”, comentó a TV Perú Noticias.
El clima les jugó en contra
Cerca de la 1 de la tarde, después de un par de horas de caminata, llegaron a la parte alta del nevado, se tomaron fotos y apreciaron la increíble vista de la nieve y los valles de rocas gigantes. A las 5 p.m., decidieron descender la montaña y retomar su ruta en dirección hacia las minas de Marcapomacocha, uno de los diez distritos que conforman la provincia de Yauli.
“Teníamos la seguridad de que no nos íbamos a perder, pero el clima nos jugó una mala pasada. Había mucha neblina, llovió y tratamos de avanzar lo más que pudimos, pero se oscureció demasiado y ya no podíamos ver el camino”, señaló Sonia.
“Intentábamos avanzar según la ruta que yo creí que estaba bien. Sin embargo, en el tiempo en que no fui, más o menos un año, la montaña había cambiado, hubo derrumbes, estaba totalmente pantanoso y de un momento a otro todo se oscureció, empezó a llover y la neblina nos tapó la visión total”, agregó Jimmi.
Las horas pasaron y aquella tranquilidad que los acompañó durante el día iba desapareciendo mientras más se acercaba la fría noche. A las 9 p.m., a pesar de la poca batería que le quedaba a su teléfono, Sonia logró enviar un mensaje de texto a su hermana Sara.
“Gracias a Dios en la parte alta del nevado había señal en mi celular y pude mandar un mensaje a mi hermana diciéndole que estábamos perdidos y que, si no le respondía a las 9 de la mañana, que pasen a buscarnos. Ese fue el primer mensaje que le envié a mi hermana junto con mi ubicación”, contó la joven deportista.
“Dormimos en cuevas”
Según Jimmi, en la ruta podía encontrarse algunas zonas de refugio con pequeñas cabañas donde vivían ganaderos locales. Sin embargo, en esta ocasión, debido al clima, no pudieron hallar nada que les brinde cobijo para enfrentar las bajas temperaturas nocturnas.
“Hemos pasado dos noches en cuevas, ingeniándonos para hacer muros con piedras y pajas para así poder sobrevivir en el frío”, relató Sonia.
“Nosotros siempre llevamos manta térmica y cuchillo de supervivencia, que es lo esencial, pero como solo era un full day teníamos que ir ligeros de peso. Teníamos dos cortavientos cada uno, un polo de repuesto, un buzo y una licra que tenía ella. También teníamos bandanas para cubrirnos la boca y la cabeza, un par de guantes y medias de repuesto”, añadió su pareja.
Sobrevivieron con galletas y gaseosa
Para comer tenían dos paquetes de galleta y una gaseosa. Pensaron que era suficiente para las pocas horas que se quedarían en el nevado. “Solo era un paseo por la montaña, solo era una subida y bajada”, agregó Jimmi.
Al día siguiente la situación no había mejorado, seguían perdidos y la comida, el agua y la batería se agotaban. Gracias a las antenas de Internet instaladas recientemente cerca de la zona, Sonia pudo dejar más mensajes a su hermana con la esperanza de que los estuvieran buscando.
"Estamos caminando. La verdad no sabemos a dónde, estamos acampando, pero hace mucho frío y la linterna está al 3%". "Nos hemos perdido más que ya no sabemos dónde estamos". "No hay nada de batería, estoy al 1%". "Está lloviendo granizo. ¿Va a venir alguien al rescate?". “Estamos todo mojados, ¿a qué hora vendrán? Auxilio”. "Estaremos en la parte de arriba. Vamos a tratar de pasar la noche porque hay mucho granizo", fueron algunos de los mensajes y audios enviados.
Labores de búsqueda y rescate
Miembros de la Policía Nacional del Perú (PNP), bomberos y comuneros apoyaron en las labores de búsqueda, luego de que Sonia Burga se comunicó con sus familiares a través de WhatsApp para dar cuenta de su estado y que estaban perdidos desde el último martes.
Agotados de tanto caminar, cerca de las 10 de la mañana del jueves 15 de febrero, Sonia y Jimmy fueron encontrados por un poblador de la zona, llamado Leoncio Catcha, quien se unió a las labores de rescate.
“Él nos encontró con sus dos caballos y fue ahí que nos dimos cuenta que estábamos a 4 kilómetros del punto de partida. Es más, a unos 1, 200 o 1,500 metros ya estaba la policía, el serenazgo y la hermana de Sonia subiendo el nevado a pie a buscarnos”, acotó Jimmi.
La pareja fue evacuada de la zona a bordo de caballos y llevados a un centro médico del distrito de Marcapomacocha para ver en qué condiciones estaban. Afortunadamente, ambos están bien de salud, fueron atendidos por personal especializado y lograron regresar a su casa en el distrito de Chorrillos.
Esta irreal travesía les dejó un gran mensaje: “nunca hay que confiarse con la naturaleza, por más que uno se crea el mejor en algo, en algún momento va a cometer un error. Todo corredor tiene un tropezón, cae al piso, simplemente para la próxima tener más precaución y seguir juntos adelante”, manifestó el deportista de 37 años.
“Recomiendo siempre ir con un guía, averiguar cómo está el clima. Ahora estamos tranquilos, pero igual recuperándonos. Físicamente estamos bien, pero emocionalmente aún es un poco complicado. Pero vamos a salir de esto”, finalizó Sonia.