02:15 | Trujillo, dic. 28.
Si se escribe el nombre de Régulo Franco Jordán en el buscador de Google, los motores de búsqueda arrojan 87,400 resultados relacionados con la identidad del arqueólogo nacido en 1959 en el seno de una familia pobre del mítico barrio de San Blas, en la región Cusco.
La mayoría de estos enlaces tienen que ver con el hallazgo de la
Señora de Cao, la poderosa gobernante mochica que Franco Jordán halló en el 2006, en la huaca (templo) Cao Viejo, ubicada en el distrito de Magdalena de Cao, provincia de Ascope, en la región La Libertad.
Régulo Franco prefiere decir que la Señora de Cao lo eligió a él para que la hallara, pues su descubrimiento obligó a
reescribir la historia sobre el papel de las mujeres en el antiguo Perú. No obstante, para llegar hasta el fardo funerario de la Señora de Cao, el arqueólogo tuvo que sortear una serie de dificultades, desde lo familiar hasta zigzaguear la muerte, pero ello no evitó que su trabajo como investigador trascendiera en el tiempo.
Sus más de 40 años de investigación mochica, y su capacidad de reponerse a las dificultades, han permitido que el nombre de Régulo Franco figure en el libro Tengo el orgullo, escrito por la peruana Ingrid Yrivarren, y que cuenta cien historias extraordinarias de peruanos que hacen patria.
“A raíz de esto, nuevamente siento el orgullo de ser peruano y de haber aportado a enriquecer un poco más la historia del país, y nada menos que con un descubrimiento extraordinario como es la tumba de la Señora de Cao, hoy considerada la primera gobernante del mundo andino”, sostiene.
Hallazgo sin precedentes
Afirma que nunca antes se había encontrado una tumba moche de casi 1,700 años de antigüedad en buen estado de conservación, porque los restos mochicas usualmente salen en mal estado de conservación por el problema de las lluvias, el agua se cuela y desaparece todo material orgánico.
Aunque Régulo Franco prefiere asegurar que fue la Señora de Cao quien lo eligió a él para que la descubriera, en una época donde los movimientos feministas se hacían más visibles, y las mujeres empezaban a tomar mayor protagonismo en los diferentes niveles de gobierno.
“Al margen que soy académico, pero hay temas incomprensibles que se dan, porque nunca antes las habían mirado bien a las mujeres, igual en arqueología hemos pensado que los hombres gobernaron con el antiguo Perú, y las mujeres estaban relegadas en la iconografía”, refiere.
Sostiene que no estamos acostumbrados a ver mujeres que tengan alto estatus social, una alta jerarquía, o una alta dignataria, pero cuando aparece la Señora de Cao estos conceptos cambian, pese a que, según dice, muchos colegas no están de acuerdo con lo que él piensa.
“Yo soy el que más la ha investigado, y ella (la Señora de Cao) fue enterrada con sus emblemas de poder, coronas, diademas, cetros, que usualmente solo usaban los hombres”, acotó.
Este homenaje del cual soy parte fortalece mi orgullo de ser peruano, y agradezco a la mamá Cao (como le llama), porque siente que le ha dado todo, lo ha llevado a recorrer por todo el mundo dando conferencias.
Pero sobre todo Régulo está agradecido con la Fundación Wiese, pues considera que fue un milagro cómo se encontró a don Guillermo Wiese, quien lo trajo hasta Magdalena de Cao para que excavara en El Brujo.
“Él puso todo lo que pudo para conservar, proteger el patrimonio. A nivel nacional, la Fundación Wiese es la única que administra un sitio arqueológico”, apuntó.
Nuevos horizontes
Tras un breve paso como funcionario público, donde considera que fue maltratado, ahora la visión de Régulo Franco está puesta en Mocollope, un sitio arqueológico de la época Moche, ubicado en el valle Chicama, que intervino en el 2013.
Para ello, está buscando el apoyo del Museo Max Díaz, cuyo presidente Franjo Kurtovic Díaz, en el 2013, le prestó asistencia para intervenir el mencionado sitio arqueológico.
“Siento que ya cumplí mi compromiso con El Brujo, y estoy muy feliz, porque con la Fundación Wiese hemos hecho muchísimas cosas. Logramos excavar, conservar y vincular la arqueología con el turismo, que yo le llamo arqueoturismo.”, afirma.
Franco Jordán destaca que el reflejo de ese trabajo que planifica hacer en Mocollope se ve en Magdalena de Cao, un pueblo olvidado hace 30 años, pero que ahora es un lugar turístico, que se ha logrado también en alianzas estratégicas con las autoridades.
“Yo quiero hacer una gestión en Mocollope integral, ya con la experiencia que tengo en El Brujo, ahora yo no sé si voy a vivir para verlo, pero si me sentiría feliz que arqueólogos jóvenes se involucren en este proyecto”, manifestó.
De lo que sí está seguro el arqueólogo es de la importancia y majestuosidad de Mocollope, y que debe ser investigado.
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(FIN) LPZ/MAO
JRA
Publicado: 28/12/2023