¡Celebra el Perú! El Sarawja, el género musicial y danza de origen aimara de Moquegua, fue declarada hoy Patrimonio Cultural de la Humanidad por el Comité del Patrimonio Inmaterial de la Unesco durante la 20.ª sesión del Comité Intergubernamental de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial que se realiza en Nueva Delhi, en India.
Así lo informó hoy el Ministerio de Cultura mediante sus cuentas oficiales en redes sociales y resaltó que una nueva tradición de música y danza peruana es reconocida a nivel internacional.
El Comité del Patrimonio Inmaterial de la Unesco destacó que la práctica musical y de danza aimara Sarawja es un elemento que "fortalece el diálogo entre comunidades, grupos e individuos".
Sarawja celebra la vida, la tierra y la abundancia
"El Sarawja es mucho más que música y danza; es una práctica colectiva que celebra la vida, la tierra y la abundancia y que expresa, a través del canto, la música y el encuentro comunitario, valores de reciprocidad, solidaridad y un profundo vínculo con la naturaleza", declaró el delegado permanente de Perú ante la Unesco, Ramiro Silva, informó la agencia EFE.
Sostuvo que esta inscripción "reconoce también la resiliencia de las comunidades portadoras que han preservado y transmitido esta expresión a lo largo del tiempo", agregó el diplomático.
Vehículo de identidad social y cultural
La decisión fue adoptada durante la vigésima sesión del organismo en Nueva Delhi, que reconoció al Sarawja —también conocido como Sarawjatana— como "el vehículo más importante de identidad social y cultural en su región, ya que fortalece cada año un sentido de pertenencia vinculado a las costumbres, la lengua nativa, el territorio y la historia" en los distritos de Cuchumbaya, Carumas y San Cristóbal.
La danza Sarawja es practicada cada año por los habitantes de estos tres distritos andinos, ubicados en el departamento de Moquegua, en el sur de Perú.

La población de estas zonas, unas 5,000 personas según el Censo Nacional de 2017, se identifica como parte del pueblo aimara y se dedica mayoritariamente a la agricultura.
La práctica es ejecutada por grupos de danza circular conocidos como "ruedas", debido a que su coreografía incluye movimientos en filas paralelas o círculos concéntricos. Estos grupos están compuestos por parejas casadas y personas vinculadas a ellas mediante relaciones de amistad y padrinazgo.
Durante las festividades anuales, las "ruedas" se visitan unas a otras de pueblo en pueblo interpretando el Sarawja. Los anfitriones reciben a los visitantes con productos agrícolas y platos locales, en una celebración que honra tanto el ciclo de la vida como el ciclo agrícola.

La música se caracteriza por combinar el canto en aimara y en español, así como por el uso del charango —un instrumento de hasta 24 cuerdas— y el vestuario femenino anaco, una prenda prehispánica elaborada en lana.
Es una tradición ancestral
El Sarawja, declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 2010, destaca, además, por su originalidad dentro de la tradición musical aimara y por su antigüedad, al considerar que contribuye a la afirmación de la identidad colectiva regional y nacional.
El nombre Sarawja se traduciría del aimara como “me voy”, y a veces se usa como sinónimo la palabra sarawjatana o “vamos”. Este género musical y danza es interpretado la semana siguiente a la Semana Santa, de martes a domingo.
Se cree que la danza constituye una referencia a los kiwlas, aves de las alturas que en su cortejo hacen unos movimientos circulares que asemejan a los de un baile. Su interpretación es acompañada por la tonada del charango.
La vestimenta de los danzantes requiere varios meses de preparación: consta de prendas y adornos que le dan un aspecto barroco, y varía según el día. Las mujeres usan una blusa llamada qawa o ccahua, polleras, faja, chaleco y una lliclla. Los varones visten cotona o camisa blanca, pantalón y chalecos negros, y un sombrero blanco.
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