Por José VadilloUn año cumplieron en el aire la edición del mediodía de los noticieros en lenguas originarias de TV Perú. Se trata de una apuesta noticiosa intercultural que nació hace un quinquenio.
A la una de la madrugada, el primer equipo de Ñuqanchik y Jiwasanaka, los noticieros en quechua y aimara de TV Perú, respectivamente, llega a las instalaciones de la televisora estatal en la urbanización Santa Beatriz, en Lima.
Su diálogo intercultural televisivo se inicia con las informaciones del día anterior. Con este menú noticioso sale a las cinco de la mañana la primera emisión del noticiero Ñuqanchik y Jiwasanaka. Ambos significan “nosotros” en lengua originaria, como una forma de de afirmación e identidad.
El 17 de enero, la segunda emisión, la del mediodía, cumplió un año en el aire. El segundo equipo de producción (90% integrado por mujeres) llega a las siete de la mañana y empalma el trabajo del primer grupo de comunicadores.
Horario de retos
La segunda edición suma a su agenda noticiosa lo que traen las redes sociales, las actividades oficiales y otras fuentes para salir al mediodía con información más actualizada. Las conductoras deben estar listas para dar pase a esa información que llega de primera mano.
“Con la gerencia propusimos la hora del almuerzo, que es a la 12:00 en provincias, para llegar a más personas. Lima, según el censo del 2017, es la ciudad con mayor población quechuahablante. Entonces nuestro mayor público objetivo está acá: en los mercados, en los centros de trabajo. A esa hora ven nuestro noticiero”, dice Nuria Giraldez Clemente, la productora de los noticieros en lenguas originarias Ñuqanchik y Jiwasanaka de TV Perú.
Subraya que los noticieros se dirigen tanto “a personas que hablan la lengua, a las que no hablan pero entienden y a quienes quieren aprender”. Por eso, los banners se van cambiando en aimara y castellano; quechua y castellano.
Sistema de trabajo
Junto con las dos coordinadoras de producción ven las noticias de acuerdo con las regiones para las que se dirigen: para el noticiero en aimara prevalecen las noticias del sur del país; y para el quechua, hay noticias del centro y sur del país. Ni en el peor momento de la pandemia, cuenta, se dejaron de emitir los noticieros en lenguas originarias. Inclusive, por el covid-19, el equipo tuvo momentos en los que solo dos personas sacaron adelante el espacio.
“Trabajamos con los corresponsales de TV Perú de todo el país, de acuerdo con las necesidades de la información que se dan en ese momento”, dice Giraldez, quien desde el 2019 es productora de estos espacios.
Papel de las conductoras
La coyuntura que vive el país ha sido para ambos noticieros “un gran reto informativo”. “Sabemos que para el interior del país la situación no es nada fácil. Nosotros tenemos que informar, tomando en cuenta toda la información oficial, llevando calma, reeducando. Entonces, el papel que tienen las conductoras es muy importante”, explica. Ellas leen las noticias en el telepronter en castellano y deben interpretarlo en quechua y aimara. Ahí está el reto.
En Bolivia, los aimaras llaman al celular ‘chililiri’ o ‘parlaña’, adoptando así el neologismo; a este lado de la frontera, en el Perú, los aimaras lo llaman ‘celularata’. “Nuestra lengua es diversa, pero es compartida, siempre tenemos lo que nos une”, explica Brisayda Aruhuanca, de la comunidad de Camacani, del distrito de Platería, en la provincia de Puno. Ha cumplido más de dos años y medio al frente de la conducción del noticiero en aimara, Jiwasanaka.
La joven de 25 años fue becaria de Beca 18 y estudió la carrera de Educación Inicial Intercultural Bilingüe en la Universidad Cayetano Heredia. “Ahí profundicé y me reafirmé como aimara, como puneña. Eso me permitió conocer la diversidad plurilingüe del país y más, en la conducción [del noticiero] tenemos el deber de educar a la población y fomentar que los jóvenes hablen nuestras lenguas originarias”.
El aimara es una lengua con muchos sufijos y prefijos. Si bien llevar noticias de temas agrícolas es más fácil de comunicar, el reto es llevar a los aimarahablantes temas de actualidad, de política, educación, que le imponen las pautas del día a día. Para estos tópicos con terminologías muy académicas, a veces deben recurrir al castellano o refonolizarlos para que la población entienda. También dialogan con el Ministerio de Educación sobre el uso de los términos más adecuados. “Ese es nuestro deber”.
Para la presentadora, el reto para los aimarahablantes es hoy escribir e investigar el legado de las comunidades y también comunicar el aimara con otras lenguas extranjeras, como el inglés.
Desde lo profundo
“Vengo de una población de lo profundo de nuestro Perú y mi lengua materna es el quechua”. Analyy Gaspar es del centro poblado de Umaca, distrito de Andarapa, provincia de Andahuaylas, región Apurímac.
Con la pandemia, volvió a su tierra para hacer sus prácticas preprofesionales en Psicología, que estudió en la universidad Norbert Wiener. Lo que le sorprendió cuando comenzó a trabajar en un colegio fue que los chicos, a pesar de que en la escuela se enseñaba el idioma precolombino, ya no querían hablar más el quechua. No me gusta, quiero irme para la ciudad, le decían los chicos.
“Ahí me nació aprender más y hacer mi carrera en quechua”, recuerda la joven. Empezó a buscar bibliografía, a impregnarse más de la cultura quechua, su cultura, de la escritura, etcétera. Fue cuando le pasan la voz del casting para ingresar a TV Perú. Este marzo, cumplirá un año como conductora del espacio.
Gaspar quiere desarrollar su carrera de psicóloga dirigida a la población quechuahablante, que no tiene un acceso adecuado a la oferta de la salud mental, pues una barrera lingüística separa a los serumistas, que llegan a los pueblos más alejados, de sus pacientes. “No hay una comunicación fluida y menos una buena atención. Y eso es preocupante”, dice.
Pero hay esperanza. Hoy hay más necesidad de expresarse en quechua. Con las protestas, desde la Presidenta de la República, los congresistas y otros líderes políticos han hablado en los medios masivos en quechua y eso ha cambiado la visión que tienen los jóvenes, que ahora se autoidentifican como quechuas. “Una lengua no es solo un idioma, en ella viene todo lo que nos han enseñado de generación en generación”, recuerda.
¿Los distintos tipos de quechua que se hablan en nuestro país dificulta la comunicación? Gaspar no lo ve así. Hay pequeñas diferencias en la pronunciación, pero el resto se entiende. El mensaje trasciende.
Reforzar los espacios
“Vamos a darle más visibilidad a los pueblos originarios”, adelanta el presidente ejecutivo del IRTP, Jesús Solari Díaz. Este 2023, cuenta, se reforzarán los noticieros en lenguas originarias, Ñuqanchik y Jiwasanaka, y también el magacín en asháninka Ashi Añane, lanzado en el 2018. “Tenemos que darle acceso a la información a los pueblos originarios, preservando nuestras propias lenguas”, dice el directivo. Recuerda que estos espacios son “un sello que viene de varias gestiones” y hay un compromiso del IRTP con el Ministerio de Cultura para difundir y preservar las lenguas originarias.
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(FIN) DOP/JVV/CFS
Publicado: 24/1/2023