En el presente año, Natalia Málaga asumirá el reto de dirigir a las selecciones de voleibol sub-18 y sub-20 en los mundiales de esas categorías y para ello ha esbozado un plan de trabajo que desarrolla con su comando técnico y 20 deportistas.
Bajo el lema los "sueños se trabajan" Natalia Málaga da forma a sus labores con las selecciones juveniles en busca de lograr una histórica participación en las Copas del Mundo Sub-18 y Sub-20. Para llegar en forma a estos certámenes, afrontará otros torneos que permitan potenciar a sus dirigidas.
“En mayo jugaremos la Copa Panamericana. Hemos armado un calendario con Martín Escudero y Byuntae Seo sobre las fechas principales de las dos copas –tanto sub-18 como sub-20– para tener entre esos espacios partidos de preparación previos a la participación oficial y así ver el reglamento (si son 12 o 14 jugadoras) dependiendo de la categoría”, explicó Málaga.
Agrega que el calendario viene bastante cargado de contiendas. En abril arranca la Copa Panamericana Sub-18 en República Dominicana, del 21 al 27 de ese mes.
Las voleibolistas de la sub-20 intervendrán en la Copa Panamericana de la categoría, que se llevará a cabo en mayo en el flamante polideportivo del Callao, evento que servirá para "calibrar" ese escenario deportivo, que será sede de los Juegos Panamericanos. En julio ese mismo grupo defenderá los colores patrios en el Mundial de México.
Por último, sus dirigidas harán maletas con rumbo a Egipto, sede del Mundial Sub-18, a desarrollarse en setiembre.
Natalia entrena con sus muchachas los lunes, martes y jueves en el Centro de Alto Rendimiento del Voleibol (Cear), ubicado en el interior de la Villa Deportiva Nacional (Videna).
En ese reducto, las chicas no solo fortalecen sus capacidades deportivas, sino también comparten una sana convivencia que al momento de competir les servirá de mucho.
“Trato de compensar el trabajo que llevan en sus clubes y el que efectuamos aquí. En todo caso, intento balancear el ritmo de entrenamiento para no forzar lesiones”, señala la entrenadora nacional.
Busca el sitial
Málaga es una de las deportistas más exitosas del Perú. Ganó una medalla olímpica (plata en Seúl 1988).
Consiguió una presea de plata en los Panamericanos Indianápolis 1987 y en el Mundial de Perú jugado en 1982.
El 2012, como entrenadora Natalia ganó el Campeonato Sudamericano con la selección juvenil nacional. Fue catalogada de “La mujer peruana más influyente” y en el mundial del año siguiente, en Tailandia, llevó a sus jugadoras al cuarto lugar.
“Uno de mis objetivos es que el voleibol vuelva a recuperar el sitial que tenía. Para eso hay que trabajar duro, sabiendo conducir a un grupo humano. Porque uno puede tener mucho conocimiento deportivo, pero el manejo del grupo humano es mucho más importante para que todo esto salga adelante”, culminó la estratega
(FIN) JSO
GRM
Publicado: 30/1/2019