El Museo Arqueológico Nacional Brüning, el primero construido en Lambayeque, celebrará el 10 de julio su nonagésimo octavo aniversario. Este recinto cultural lleva el nombre del ciudadano alemán Hans Heinrich Brüning, en agradecimiento a su indesmayable labor en defensa de la herencia cultural del Perú.
A continuación, repasemos la biografía y legado de este importante personaje que marcó un hito en la historia de la conservación del legado cultural que dejó la civilización Lambayeque, que se desarrolló en ese departamento del norte peruano entre los siglos VIII y XIV d.C.
Hans Heinrich Brüning o Enrique Brüning fue un etnógrafo y coleccionista de antigüedades que nació el 20 de agosto de 1848, en la ciudad de Hoffeld, Alemania.
Sus padres fueron Jochim Brüning y Anna Magdalena Brookstedt. En sus inicios el joven Hans Heinrich se graduó de ingeniero mecánico y, a la edad de 27 años, decidió viajar a Perú. Tras varias semanas de viaje en barco llegó al puerto del Callao el 12 de setiembre de 1875. Cinco días después desembarca en puerto Eten de Chiclayo y se puso de inmediato al servicio como mecánico de la hacienda azucarera de Pátapo.
Una vez radicado en el norte peruano, comenzó a visitar las haciendas aledañas. A partir de 1894 se le conoce con el nombre de Enrique, según el diario guardado en los archivos del Hamburgisches Museum Für Völkerkunde de Berlín. Sus apuntes revelan algo curioso, están escritos en alemán hasta 1890 y luego en castellano, entre 1906 y 1909.
Finalmente, vuelve a redactar en su lengua materna hasta el final de sus días.
El interés y admiración de Brüning por la arqueología empieza en 1883 cuando conoce a Adolph Bandelier, un experto en los estudios arquitectónicos de los edificios prehispánicos. Desde entonces, Brüning tomó su pesada cámara fotográfica y empezó a fotografiar las construcciones más antiguas y también a los habitantes de la época.
Como fotógrafo aficionado, Brüning registró más de 2,000 fotografías en placas de vidrio, películas en negativo e imágenes impresas en papel fotográfico. También fue buen dibujante y elaboró planos que hasta hoy llaman la atención de los entendidos por su gran precisión y detalles.
Por aquellos años empieza a comprar y coleccionar piezas arqueológicas como ceramios, metales, piedras preciosas y tallados en madera. La vida de Brüning empieza a inclinarse por la etnografía y la arqueología.
En 1897, cuando contaba con 49 años de edad y veinte años en el Perú, Enrique Brüning decide regresar a su país. En Alemania completa su biblioteca y se vincula con instituciones de primer nivel científico e intelectual. Regresa al Perú en 1898 a bordo del vapor “Amasis”.
Brüning inicia en 1902 una expedición que buscaba el camino más corto entre la cuenca del Marañón y el litoral del Pacífico. Esta travesía es compartida con el ingeniero polaco Eduardo de Hábich y el hacendado Manuel Antonio Mesones Muro, con quienes llega hasta el pongo de Manseriche. Allí, Brüning aprovechó la ocasión para escribir una descripción etnográfica de los pueblos aguarunas.
Los habitantes muchik del norte peruano rehuían a los extraños, pero
Brüning hizo un trabajo paciente y se ganó su confianza. Esta acogida le valió para quedarse a vivir en Villa de Eten con la intención de estudiar el
idioma muchik y más adelante escribir un
diccionario de esta lengua originaria que fue publicado en 1917.
Brüning es autor de otras publicaciones como “Estudios Monográficos del Departamento de Lambayeque”, y una serie de artículos que publicó en las revistas alemanas Anthropophyteia y Globus.
Brüning destacó como violinista y amante de la música. Ello lo motivó a grabar música en lengua muchik, cuyos originales se conservan en el Museo Antropológico de Hamburgo, en Alemania, y forman parte de las primeras grabaciones de música popular hechas en Perú.
Durante los 50 años que estuvo en Perú, Brüning coleccionó una importante y diversa cantidad de piezas de cerámica. En 1916, durante el gobierno de Augusto B. Leguía, decide vender parte de su colección al Estado peruano.
Desde entonces, esa colección formó parte del Primer Museo Regional del Perú, ubicado en la propia casa de Brüning. En 1921 dicho inmueble se convirtió en el Museo Brüning, siendo el propio Enrique Brüning su primer director.
A los 77 años de edad y debido a problemas de salud, Enrique Brüning renunció a su cargo y tras más de cinco décadas en Perú se embarcó en Puerto Eten rumbo a Alemania, el 17 de junio de 1925. A pocos días de cumplir 80 años de edad, el 2 de julio de 1928, Enrique Brüning falleció en la ciudad de Bordesholm, al parecer víctima de un paro cardiaco.
La valiosa colección de objetos arqueológicos de Brüning se exhibió, en una primera etapa, desde 1921 hasta 1965, en su primer local que fue la vivienda del investigador alemán, ubicada en la calle Dos de Mayo 271, en la ciudad de Chiclayo.
En 1966 se trasladó a su actual edificio de cuatro pisos diseñado por el arquitecto Celso Prado Pastor. En sus jardines destaca la figura de Naylamp, fundador de la dinastía de los soberanos lambayecanos. La fachada muestra un colorido mural con motivos que identifican a la cultura Lambayeque.
El interior del edificio principal es una secuencia de cuatro niveles, entre sus corredores y salones se exponen más de 1,400 piezas arqueológicas, manifestaciones que fueron legados de las culturas Lambayeque, Moche, Chavín, Vicús, Inca y otras. Las piezas más importantes datan de hace más de 10,000 años.
El
museo se divide en varios ambientes de exhibición principales. La
Sala Introductoria brinda un panorama general del contenido e historia del museo con ayuda de paneles informativos. También destaca la
Sala Multimedia, que corresponde al preámbulo del recorrido por el museo. Mediante una proyección de video se muestra a los visitantes el contenido del recinto cultural, así como aspectos vinculados a la cultura, arte, folclor y tradiciones de la región Lambayeque.
La Sala de Exposición Hans Heinrich Brüning destaca el importante legado arqueológico e histórico de este peruanista a lo largo de su labor de 50 años de vida en nuestro país. Otro ambiente importante es la Sala de los Orfebres o Sala de Oro, donde se conserva una de las más importantes colecciones de orfebrería de América, con alrededor de 500 piezas de oro, plata y piedras preciosas. Algunas de ellas fueron encontradas en la tumba del Señor de Sipán y destacan por su depurada elaboración que las convierte en obras de arte.
Por último, resalta la Sala de Evolución Cultural de la Región Norte. Evidencia la continuidad cultural de las técnicas en música y danza, religión, curanderismo, tradición oral e idioma Muchik. Se recrea una escena de curanderismo y se muestran recreaciones de técnicas en elaboración de "chicha" (bebida ancestral mochica), textilería, arquitectura, agricultura, alfarería y pesca. Se muestra también un caballito de totora en tamaño natural y maniquíes en una escena de pesca.
El horario de atención del museo es de lunes a domingo, de 09:00 a 18:00 horas. El ingreso es libre el primer domingo de cada mes, así como el 10 de julio, cuando se conmemora su aniversario de creación.
(FIN) LZD/MAO