Las puertas del histórico Colegio Real de San Marcos, en el Cercado de Lima, se abrieron ayer para exhibir seis de los ocho fardos de niños hallados en mejor estado de conservación. Los restos humanos estaban cubiertos por textiles de la época y amarrados con soguillas, como parte de un ritual de muerte y conservación.
Junto a ellos, se observó también objetos de cerámica, vasijas, mates, una zampoña y un tallado de madera, cuyo significado en ceremonias de entierro aún se investiga.
El arqueólogo y docente de San Marcos Pieter van Dalen Luna explicó que este descubrimiento, en los alrededores de la
tumba de la momia de Cajamarquilla,
es muy importante porque permite reescribir la historia del país y conocer la cosmovisión y rituales de nuestros antepasados.
“Las diversas sociedades andinas tenían una forma de ver al mundo totalmente diferente a la concepción que tenemos hoy en día. La muerte era muy importante para ellos porque pensaban que no era el final sino un tránsito hacia un mundo paralelo donde vivían los muertos”, señaló.
Estas prácticas funerarias, rituales, velorios o exequias, dijo, buscaban que los muertos se conviertan en protectores de los vivos o de la comunidad, dependiendo de la importancia que el fallecido tenía en la sociedad en la que se desenvolvió.
Posibles causas de muerte
En el caso de estos fardos funerarios de niños y restos humanos de adultos, se especula que fueron sacrificados para que acompañen en el tránsito de la muerte a la momia de Cajamarquilla o, en su defecto, habrían sido presa de algún tipo de enfermedad que los llevó indefectiblemente a la muerte, argumentó el experto.
“Nosotros planteamos que estas personas encontradas serían sus hijos, esposas y servidores más cercanos, quienes habrían sido sacrificados para que acompañen a la momia de Cajamarquilla en el tránsito hacia el mundo de los muertos y como parte de los rituales funerarios”.
De acuerdo con algunos estudios preliminares, algunos de los restos hallados en este complejo arqueológico -que datan entre 800 y 1,200 años después de Cristo- tienen signos de violencia, como fracturas, contusiones o golpes, que evidencian un tipo de muerte cruel.
Asimismo, el experto sospecha que los cuerpos enterrados en Cajamarquilla serían más bien de pobladores de la zona que "habrían venido de la sierra de Lima y logrado cierto estatus en base a la actividad comercial" que se desarrollaba en el sitio.
Buen grado de conservación
Por su parte, la arqueóloga Yomira Silvia Huamán, miembro del equipo de investigación, reconoció estar sorprendida por la cantidad de fardos de niños que se hallaron durante las excavaciones en la zona arqueológica de Cajamarquilla, sobre todo por el grado de conservación que presentaban.
“Al principio nos quedamos un poco sorprendidos por ver la cantidad de infantes. No era muy común encontrar fuera de estas cámaras funerarias y sobre todo lo bien conservadas que están. Es posible que esto sea producto de una obra de sacrificio para acompañar a este personaje (momia de Cajamarquilla) o también existe la posibilidad de que en algún periodo haya existido una enfermedad que arrasó con la mayoría de personas de ese sector”, refirió.
Las investigaciones también señalan que la gran mayoría de los restos pertenecen a hombres y las pocas mujeres halladas se encuentran envueltas en fardos pero que, lamentablemente, están en muy mal estado de conservación, por lo que se requiere mayores investigaciones para determinar las causas de muerte, dietas y edad.
Los arqueólogos especificaron que algunas muestras serán enviadas a laboratorios especializados del extranjero para obtener los resultados de radiocarbono (14C), de ADN, estroncio y de otros análisis que permitan conocer la historia de las personas encontradas.
Lidiar con los saqueos
Ambos investigadores advirtieron que uno de los mayores problemas que enfrentan de manera permanente es el "huaqueo" en los sitios arqueológicos. "Son los mismos pobladores quienes están saqueando y robando toda esta información arqueológica, por lo que esperamos que el Ministerio de Cultura pueda intervenir para dar solución a este inconveniente”.
Investigación en San Marcos
En la presentación de parte de los restos humanos estuvo presente la rectora Jerí Ramón Ruffner, quien felicitó el trabajo de todo el equipo de arqueólogos sanmarquinos que hace su tarea, a pesar de las dificultades y escasos recursos económicos con los que cuentan.
“Nos sentimos orgullosos de lo que están logrando los profesores, investigadores y estudiantes. Es necesario reconocer que, a pesar de todas las crisis, San Marcos es más grande que sus problemas y que sigue avanzando en la investigación. Por eso hacemos un llamado a los Poderes Ejecutivo y Legislativo, y también a la comunidad internacional, para seguir incrementado una educación de calidad”.