Andina

“Me emociona ser un astrónomo peruano”

Su mayor sueño es consolidar la astronomía en Perú y encontrar al Albert Einstein peruano

ANDINA/Eddy Ramos

10:12 | Lima, mar. 1.

Nobar Baella Pajuelo, es astrónomo del Instituto Geofísico del Perú (IGP) e integra la Dirección de Astronomía en calidad de científico investigador. Actualmente analiza las estrellas simbióticas, aquellas que tienen las mayores posibilidades de morir en una supernova. El hallazgo del nuevo sistema estelar es una oportunidad para que el Perú apoye investigaciones de la NASA.

De haber nacido en el siglo XVII, en el año en que Johannes Kepler, astrónomo y científico alemán, elaboró las tres leyes de los planetas, se habría dedicado a elaborar cartas astrales. Pero para  Nobar, el universo le tenía otra misión: suceder a aquel maestro visionario para impulsar la astronomía en el Perú.

En estos momentos, es investigador del área de astronomía del IGP y realiza importantes estudios, entre ellos, uno poco conocido para nosotros y el mundo: las estrellas simbióticas.

Son astros, cuenta él, que como cualquier objeto viviente, nacen y mueren, pero al morir lo hacen en una supernova, una enorme explosión que libera energía y fragmentos de su masa que pueden recorrer años luz.

“Un planeta cercano a ellas corre el peligro de perder su atmósfera. Si bien la estrella más cercana a la Tierra se encuentra a cuatro años luz, es importante tener esta información y no estar desprevenidos”.

Nobar, nombre que eligió su padre, un aficionado a construir palabras jugando con las letras, y que no imaginó que se convertiría en el mantra de su pequeño, también está concentrado en desarrollar investigaciones en colaboración con astrónomos de otros países, “pues es mejor juntar esfuerzos para estar al día en astronomía”, dice.

De lo insólito al doctorado

Baella Pajuelo siempre fue curioso. Le encantaban las historias de fantasmas, ir a los quioscos y buscar la revista de moda sobre hechos extraordinarios: Lo Insólito.

“Recuerdo la carátula de una, especialmente, que decía: se encuentra rostro humano en una cara de Marte. Cómo me llamó la atención esa noticia. O aquella otra en Correo que afirmaba que los planetas de nuestro sistema solar se iban a alinear. Y no pasó nada”.

Años después, postularía a la Universidad de Ingeniería (UNI) para ser ingeniero electrónico, pues volcó su pasión hacia otro universo: el binario. El del 1 y 0 para programar las computadoras. Pero no alcanzó el puntaje, por lo que eligió la física. 

Pero su destino ya estaba escrito, porque el día que la casa de estudios recibía a sus cachimbos, el grupo de astronomía entregaba sus premios a los jóvenes ingresantes y a él le tocaría el librito La trayectoria del cometa Halley. Años después, viajó a Brasil para estudiar una maestría y un doctorado en esa ciencia.

Amor por la astronomía

Aunque tiene tres años trabajando en el IGP, y su experiencia de labor en el Estado incluye la docencia en su alma máter, su certeza de que se puede hacer astronomía en el Perú, promovida por el Estado, aumenta cada día.


Dicen los que lo conocen que su mayor pasión es enseñarle a los niños y niñas que llegan al IGP todo lo que sabe sobre los astros, planetas y el universo, porque su más caro anhelo es encontrar al Albert Einstein peruano.  “La ciencia es una diosa sublime”, afirma. Y debe ser verdad.

Hoja de vida

Es físico formado en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).

Obtuvo una beca para estudiar la Maestría de Astronomía en el Observatorio Nacional de Río de Janeiro.

Luego, estudió el Doctorado en la misma institución, con la investigación sobre estrellas simbióticas.

 

Publicado: 1/3/2017