En la región Tumbes existe la más grande extensión de manglares del Perú, en las desembocaduras de los ríos Tumbes y Zarumilla. Allí está el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, creado en 1988, un ecosistema de gran biodiversidad y protagónico para mitigar el impacto del cambio climático.
A simple vista, los bosques de mangles lucen como hileras anchas de árboles con raíces y ramas retorcidas y delgadas, que se entrelazan semisumergidas en playas, desembocaduras de ríos y lagunas de zonas costeras tropicales y subtropicales.
¿Por qué son vitales los manglares? ¿Qué pasaría si no existieran? ¿Por qué son clave para el desarrollo sostenible?
Los mangles son árboles que toleran tanto el agua dulce como el agua salada, y constituyen una de las pocas especies vegetales que se han adaptado para vivir en condiciones de inundación.
Los manglares se desarrollan en lugares donde se combina una serie de condiciones: zonas tropicales, aportes de agua dulce y sedimentos transportados por los ríos, amplitud de mareas e intrusión de las mismas hacia la tierra facilitada por el relieve plano.
En los manglares hay gran cantidad de materia prima como madera de calidad para la construcción de casas (su madera es resistente a las termitas). También es muy preciada para la construcción de barcos y muelles debido a su densidad y resistencia a la putrefacción.
De sus ramas y hojas se obtienen hierbas medicinales, tinturas, entre otros. La miel del mangle es muy preciada por su dulzura y a la vez por su matiz salado. De sus árboles también se extrae sal. Del mismo modo, son lugares claves para el desarrollo de la pesca familiar y de la pesca a gran escala.
Los manglares son los únicos bosques del mundo que representan una suerte de muro natural que hace frente a las tormentas. Si los manglares desaparecieran, las comunidades también se quedarían sin una de las barreras de protección para mitigar la erosión del suelo.
Los bosques de mangle se han convertido en parte del atractivo ecoturístico de las costas y en lugares codiciados para los deportes acuáticos.
Asimismo, constituyen el principal medio para la obtención de alimentos e ingresos y, de una u otra forma, los servicios de aprovisionamiento derivados de estos ecosistemas benefician a todos.
Albergue de biodiversidad
Los manglares sirven como refugio para una gran variedad de especies, entre las que destacan aves, peces, moluscos y crustáceos. Entre estos últimos destaca el
cangrejo del manglar o cangrejo rojo (Ucides occidentalis), una especie emblemática que, hasta hace algunos años, corría el peligro de desaparecer del
Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes por la captura indiscriminada debido a la creciente demanda, sobre todo en el mercado gastronómico.
Sin embargo, desde el 2015 se está revertiendo esta amenaza gracias al trabajo conjunto entre las autoridades y los pescadores artesanales de la zona. Gracias al contrato de administración suscrito entre el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) y el Consorcio Manglares del Noroeste, se estableció un hito en la conservación del cangrejo rojo y de otras especies.
La veda y su importancia
Como parte de este esfuerzo por garantizar un aprovechamiento sostenible de los recursos hidrobiológicos en el
Santuario Nacional Manglares de Tumbes, se establecieron vedas o temporadas en las que está prohibido extraer cangrejos y otras especies para evitar su extinción.
En el caso del cangrejo del manglar o cangrejo rojo, la veda acontece en agosto, cuando el cangrejo abandona su caparazón para crecer en tamaño y edad; y entre los meses de enero y febrero, cuando esta especie se reproduce. En ambos ciclos no solo está prohibida su extracción, sino también su comercialización y consumo.
Las vedas permiten a las especies desarrollarse adecuadamente y alcanzar poblaciones que garanticen su supervivencia. Así lo comprendieron las asociaciones de pescadores artesanales que integran el Consorcio Manglares del Noroeste, cuyos integrantes respetan responsablemente esta medida y contribuyen con ello a su propia subsistencia en armonía con la naturaleza.
Proyecto PNUD
Para sumar a este esfuerzo, desde hace dos años está en marcha la Iniciativa Pesquerías Costeras, liderada por el Ministerio del Ambiente (Minam) del Perú y Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, de Ecuador, con el soporte técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Este proyecto trabaja directamente con las comunidades que proteger los manglares y realiza campañas de sensibilización para el respeto de las vedas y las tallas mínimas establecidas por ambos países limítrofes para las especies que habitan los manglares.
Todos estos esfuerzos buscan un impacto positivo a futuro en la conservación del ecosistema del manglar, una auténtica joya de la naturaleza que tenemos la responsabilidad de preservar.
(FIN) LZD/MAO
JRA
Publicado: 19/8/2020