Adelia Félix Galindo y Medalith Ravichagua Cuellar son dos mujeres que comparten una misma realidad: delinquieron, perdieron su libertad y dejaron de ver a sus hijos durante años. Pero hoy se han convertido en exitosas empresarias que luchan contra la adversidad para posicionar sus marcas de carteras y zapatos.
Con 47 años de edad, una hija de 28 y un joven de 18, Adelia -
natural de Huancavelica- cumple un régimen de
semilbertad en una casa alquilada en el distrito de
La Victoria, donde vive junto al menor de ellos.
Ella fue condenada en el 2012 por
tráfico ilícito de drogas (TID) y fue recluida en el
penal de mujeres Virgen de Fátima, en Chorrillos, donde cumplió su pena durante
6 años, luego de los cuales se le concedió el régimen de libertad restringida en merito a su buena conducta.
Su pareja, de quien se había separado hace años, le quitó la custodia de su hijo porque ella no tenía un familiar con quien dejarlo.
“En un penal uno pierde a la familia, a los seres queridos, y ahí es donde uno sabe quién es quién. Era yo y mi dolor”, recuerda.
En este escenario
Adelia pensó en hacer algo para ganarse la vida y pagar los estudios de
ingeniería de sistemas del menor de sus hijos en una universidad privada. Por ello, ingresó a trabajar a uno de los talleres del programa
Cárceles Productivas que impulsa el
Instituto Nacional Penitenciario (Inpe).
“De ahí nace la marca de carteras God Jhire (Jehova Proveerá). Un día en el taller textil se me ocurrió confeccionar carteras de cuero. Como la máquina no corría por la dureza del cuero, me vino la idea de echarle un poco de aceite mientras iban avanzando”, relata.
Adelia recuerda que cada día de trabajo dentro de la prisión era duro y hasta a veces dormía pocas horas.
“Entre esas cuatro paredes de la prisión uno se hunde o sale adelante. Yo decidí que no podía quedarme ahí, ese lugar no me pertenecía, yo soñaba con volver a ver a mis hijos y aprendí a desarrollar mi fe”, aseveró.
Con esta misma máquina con la que trabajó en la cárcel, y que ya es de su propiedad, ella confecciona sus carteras en su casa. Atiende pedidos por teléfono y las vende a precios que oscilan entre los 25 y 48 soles dependiendo de la calidad y tamaño del producto.
Y hasta cumplió su sueño de conocer a la dueña y fundadora de Renzo Costa, Marina Bustamante, a quien le solicitará apoyo para ampliar su negocio de carteras.
De cosmetóloga a fabricante de zapatos
Un panorama similar vive actualmente Medalith Ravichagua, de 46 años de edad y con dos hijos de 14 y 27 años, a quienes solo puede ver durante las cortas horas de visita al penal de mujeres de Chorrillos o hablarles por teléfono.
Al igual que Adelia, Medalith también cometió el delito de tráfico ilícito de drogas. Sin embargo, ella fue condenada a 15 años de prisión, de los cuales ya cumplió 12. Le restan 3 años para lograr la ansiada libertad y reunirse con su familia.
Pese a que había estudiado cosmetología y no saber nada de zapatería, a Medalith se le ocurrió confeccionar zapatos aprovechando la infraestructura del taller implementado en dicho penal.
“Lo primero que se me presentó en el penal fue zapatería. Después dije que no solo quería fabricarlos, sino que mi marca sea conocida para que los internos se convenzan que dentro del penal si podemos hacer una fábrica propia y no esperar salir para hacer empresa”, recalcó.
Es así que nace la marca de zapatos The Queens Medalith. Ella comenzó con una sola máquina y hoy ya tiene 6 máquinas produciendo zapatos de vestir y deportivos, junto a otras 10 compañeras internas.
“Una vez que salga de prisión, mi sueño es que mi marca trascienda y que se exporte. Capacitarme mejor en los diseños y sacar productos al exterior”, manifestó Medalith en declaraciones a la Agencia Andina.
Informó que los zapatos son vendidos por pedidos o a través de una tienda que funciona en el parque industrial de Villa El Salvador, a precios que van desde los 18 soles al por mayor, hasta los 60 soles, cuando son fabricados con cuero y piel de badana.
Explicó que el 10% de las ganancias de ella y sus compañeras, por la venta de los zapatos, están destinadas al pago por el uso de la maquinaria, mientras que el restante 90% para el pago de reparaciones civiles o la manutención de las internas.
Ellas representan el 6% de las personas privadas de libertad y que poseen capacidades laborales idóneas para incursionar en mercados competitivos, para mejorar su calidad de vida y ser un sustento para sus hogares.
Con motivo de celebrarse el
Día de la Madre este domingo, un grupo de internas ofrecerán en venta sus productos durante una Expoferia que se desarrollará
del 10 al 12 de mayo en la plaza de la Democracia, sito en el cruce Lampa y Nicolás de Piérola, en el centro de Lima.
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(FIN) LIT
Publicado: 10/5/2018