Como parte de su programa de Cárceles Productivas, el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) viene trabajando por acabar con el analfabetismo entre la población de los penales del país. Ese es el caso del penal Virgen de Fátima, en Chorrilos, donde cinco internas han aprendido a leer y a escribir gracias al esfuerzo del personal de educación penitenciaria.
La directora del
recinto penal, Ana Urraca Anicame, indicó que con su equipo de trabajo ha tenido que buscar pabellón por pabellón a las internas en esta condición pues entiende que la vergüenza es un factor social que inhibe, incluso a las más adultas.
“Ellas prefieren ocultar su condición, además prefieren actividades laborales, pues en su practicidad creen que mejor que estudiar es ganar dinero”, manifestó la funcionaria.
En enero, la dirección de tratamiento detectó a 9 reclusas que no sabían leer y escribir. Hoy, permanecen 5 estudiantes, pues las otras 4 salieron en libertad.
Sin embargo, el grupo se mantiene fiel y constante, confiando que la educación recibida las empoderará para cuando se reinserten a la sociedad.
Los progresos de las mujeres van desde saber sumar y restar, con los cursos de matemáticas hasta escribir sus propios nombres con buen trazo y pulso.
La autoestima esta al máximo y las sonrisas abundan en la pequeña aula entre alumnas y docentes. La directora las visita a diario para supervisar sus avances.
“No aceptaré que una mujer deje de estudiar, menos en mi penal”, manifestó Urraca.
Papelógrafos pegados con letras de colores, kit con dibujos que representan animales y objetos son algunos de los recursos con los que cuentan para facilitar el aprendizaje.
(FIN) NDP/LIT
Publicado: 23/5/2017