Entre los millones de visitantes que ha tenido
Machu Picchu en el siglo XX y lo que va del siglo XXI destacan personajes importantes como jefes de Estado, ministros, autoridades civiles, militares, religiosas, estrellas del cine, teatro y todas las artes, investigadores, entre otros.
Enigmática construcción
El misterio sobre la utilidad de la edificación pétrea, construida en el siglo XV por orden del inca Pachacútec, sigue palpitando en el siglo XXI. ¿Sitio ceremonial, fortaleza militar o refugio para las élites incas gobernantes? O todo ello. Lo cierto es que su sorprendente y estratégica ubicación en lo alto de una empinada montaña en ceja de selva, rodeada por el turbulento río Urubamba, se presta a la especulación universal.
Los estudios sobre el complejo arqueológico resaltan las habilidades de
ingeniería del paisaje en Machu Picchu. Los edificios, muros, terrazas y rampas del sitio recuperan el terreno montañoso empinado y hacen que la ciudad se mezcle naturalmente con los acantilados rocosos en los que se encuentra.
Las más de 700 terrazas preservaron el suelo, promovieron la agricultura y sirvieron como parte de un extenso sistema de distribución de agua que conservaba el agua y limitaba la erosión en las laderas empinadas.
Los logros y las habilidades de los incas son aún más impresionantes teniendo en cuenta que cuando se construyó Machu Picchu, hace unos 500 años, la civilización inca desconocía el hierro, el acero y la rueda. “Aparentemente, su enorme esfuerzo benefició a relativamente pocas personas, dado que algunos expertos sostienen que en Machu Picchu vivían menos de 1,000 personas.
Maravilla mundial
La creciente fama global de la ciudadela edificada sobre la cima de una montaña, a 2,453 metros sobre el nivel del mar, atrae a millones de personas de todo el planeta que desean conocer y quedar admirados por su cautivante belleza.
Esta bien merecida admiración, y gracias al voto de millones de peruanos y de ciudadanos de diversas parte del orbe, Machu Picchu fue declarada en el concurso organizado por la Fundación New 7 Wonders, como una de las nuevas siete maravillas del mundo, el 7 de julio de 2007.
Asimismo, el 24 de julio último, se conmemoró el 109 aniversario de la llegada del explorador estadounidense Hiram Bingham a este impresionante complejo urbano, que permaneció oculto por siglos a los ojos del mundo en la ceja selva de la región Cusco.
Si bien las primeras referencias directas a Machu Picchu datan de 1902, cuando un grupo cusqueños visitó los vestigios de la edificación inca, fue Bingham, comisionado de la Universidad de Yale y de la Sociedad Geográfica Nacional de los Estados Unidos de Norte América, quien inició tras su llegada, en 1911, las investigaciones sobre la que consideró como la “última capital del imperio de los incas” y fue el principal divulgador de la existencia de Machu Picchu a nivel mundial.
Con el paso del tiempo y el mayor conocimiento de su importancia como centro religioso, ceremonial, astronómico y agrícola inca, Machu Picchu logró, el 9 de diciembre de 1983, su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco por sus valores culturales y naturales.
Dos años antes, el 8 de enero de 1981, Machu Picchu fue declarado como Santuario Nacional y Parque Arqueológico por las autoridades peruanas.
Además de recorrer la cautivante construcción inca que sobrevive al tiempo, se recomienda visitar la ciudad de Cusco, capital del imperio prehispánico más importante de Sudamérica y que fue inscrita junto con Machu Picchu en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, el 9 de diciembre de 1983.
(FIN) LZD/MAO