“Eran las 2 de la mañana cuando le dio la unción de los enfermos a mi madre. Nosotros somos siete hermanos y estábamos llorando. Cuando él nos vio nos dijo unas palabras que en ese momento no entendíamos: ‘no se van a quedar solos’. Para nosotros era una locura porque ella estaba muriendo. Él siempre iba a visitarnos, nos enseñó a amar a Dios y vivir unidos como hermanos.”
Tras este momento, Alvarado Sandoval OSA decidió en 1991 ingresar al centro de formación y en 1992 fue a Trujillo a iniciar su vida religiosa. En ese mismo año conocería a
.
Los ayudó a buscarles trabajo, a viajar a EE.UU. e hicieron una universidad en Miami para atenderlos.
Sin embargo, cuando viajó a Estados Unidos y quiso volver luego a Cuba, ya no pudo ingresar. Este momento lo llenó de profundo dolor y lo llevó a viajar a Chulucanas.
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Juan McKniff falleció el 24 de marzo de 1994, en Miami, justo antes de volver a Perú. “Él había salido bien de aquí. Tuvo que viajar a un retiro en Canadá y cuando fue a Miami para tomar el avión que lo llevaría a Perú, enfermó de una gripe que luego empeoró en una neumonía y murió”, comenta a la Agencia Andina.
Cuando fallece, los mismos cubanos dijeron “
el padre Juan ha querido quedarse con nosotros”.
Proceso de canonización
Respecto al proceso de canonización de Juan McKniff, el fray Fidel Alvarado explica que los restos serán traídos el 22 de junio de este año para ser sepultados en la Parroquia San José Obrero de
Chulucanas, mismo día en que vendrán autoridades de Roma y otros países para poder declararlo venerable.
Llegar a ser canonizado es un largo camino que consta de varias fases: ser siervo de Dios; luego ser venerable, es decir, que la gente preste veneración a él; tercero es la beatificación, donde se requiere un milagro probado por la ciencia; y por último la canonización, donde se requiere un segundo milagro por intercesión también del candidato.
Actualmente, Juan McKniff ya es siervo de Dios y se espera que se pueda continuar el proceso hasta llegar a ser canonizado por el papa León XIV.
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Fray Fidel Alvarado, quien también es presidente de este proceso de canonización, comenta que en un principio tenía pensando preparar un lugar sencillo para recibir los restos de McKniff, puesto que no contaban con el dinero.
“Las autoridades de Roma nos enviaron una serie de instrucciones de cómo debe construirse la gruta que tendrán los restos: la posición de las luces, de qué material debe estar hecho, las medidas de la cripta, entre otros. El 15 de este mes tendremos una reunión con el obispo de Miami y Chulucanas, y los de Roma para cuidar todos los protocolos”.
Alvarado Sandoval OSA cree firmemente en que el papa León XIV canonizará a Juan McKniff y que sería hermoso ver que un agustino llegué a ser el primer santo de esta tierra. “Cuando uno se dispone a servir a los pobres, cuando uno deja su comodidad y descubre a Dios, es posible alcanzar la santidad”, enfatiza a la Agencia Andina.
Nombramiento de León XIV
Una anécdota que resalta este camino a la canonización de Juan McKniff tuvo lugar cuando fray Fidel Alvarado escribió una nota a
Robert Prevost unos cuatro días antes del cónclave diciéndole que sería emocionante que Dios les dé un papa agustino.
El ese entonces cardenal respondió que esas cosas quedan en el espíritu y en la voluntad de Dios. “Yo le dije ‘entonces voy a rezar y le diré a Juan McKniff para que nos haga el milagro y justo -días después- lo nombran”.
Aunque tenía sus dudas porque Prevost solo tenía un año de cardenal, Alvarado Sandoval OSA confío en sus valores y su preparación para ocupar el puesto de líder de la Iglesia. “Sentir que es un agustino que ha vivido con nosotros y del que hemos aprendido a servir al pueblo de Dios es fantástico”.
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(FIN) MFR/MAO