Los primeros tres días del año, en la comunidad de Huancaya, ubicado en la provincia de Yauyos, se lleva a cabo la danza Negrería o Negreiros, que simboliza la adoración al Niño Jesús, así como el agradecimiento por la llegada de un nuevo ciclo. En esta nota te contaremos los detalles de esta emblemática celebración cultural.
Es uno de los actos culturales más significativos para inaugurar el Año Nuevo, al conjugar fe, identidad y tradición ancestral. Cada inicio de año, los pobladores y turistas que se encuentra en la localidad se congregan en la principal plaza y calles del distrito para presenciar y participar de esta tradición.

Esta expresión folclórica andina está ligada a fiestas patronales, especialmente a la Virgen, donde danzantes vestidos de negro, a veces con máscaras y tocados, representan la devoción y costumbres locales, con música de violín y arpa, evocando el sincretismo cultural, con personajes como el "caporal" y el "mayorala".
También recoge expresiones culturales heredadas desde la época colonial y fue reestructurada por los pobladores huancayanos a finales del siglo XIX, instaurándose como uno de los pilares que caracteriza a la comunidad, declaró a la Agencia Andia, el presidente de la Asociación Ecoturismo Huancaya, Soli Sandoval Cairo.
La inclusión de las mujeres en la danza
Sandoval Cairo relató que en un inicio la participación estaba reservada a los hombres, acompañados por el personaje de la marica, considerado figura maternal dentro de la cuadrilla. Con el paso del tiempo, la danza evolucionó hacia una mayor inclusión, incorporando también a mujeres. Sin embargo, al día de hoy todavía se realiza solamente con hombres.

En el caso de la cuadrilla de danzantes, está liderada por el Mayu General y los Mayús de línea, quienes guían a los participantes al compás de una banda musical tradicionalmente del pueblo de Huancaya. Según Cairo, la coreografía destaca por sus movimientos alegres y acompasados, mientras que los trajes coloridos y los elementos rítmicos, como la campanilla, aportan al ambiente festivo.

Este tradicional baile no solo preserva una valiosa herencia cultural, sino que también fortalece los lazos comunitarios de Huancaya, al tiempo que atrae la atención de turistas que buscan experiencias auténticas en las zonas altoandinas de la región Lima.