El colapso de un socavón de minería ilegal, como consecuencia de la detonación de dinamita, dejó como saldo una persona muerta en el caserío de Coigobamba, en el distrito de Huamachuco, provincia de Sánchez Carrión, en la región La Libertad.
Las víctimas son los hermanos Santos y Sidulfo Martínez Llauri, quienes colocaban maderos para reforzar precisamente el socavón, que está escondido en una zona de bosque, en Huamachuco. La explosión, incluso, remeció las casas del referido caserío.
Según testimonios de comuneros en la zona, los hermanos fueron reclutados por un tal Eusebio. Sin tener experiencia alguna y sin equipos de protección, ingresaron al socavón de la
minería ilegal para “maderar”. Este proceso consiste en colocar maderos talados en el mismo bosque para sostener la débil estructura del agujero.
Según las primeras investigaciones, los maderos apuntalados al interior del socavón ilegal no soportaron el peso de las piedras que se precipitó por la detonación de dinamita que despertó a los pobladores del caserío.
Según medios locales, los accidentados fueron trasladados a una clínica de Huamachuco donde matones extranjeros no permitieron la entrada de familiares y amigos.
Ante la gravedad y la falta de equipos médicos, los hermanos fueron derivados a la ciudad de Trujillo. Allí los médicos no pudieron salvar la vida de Sidulfo. “Les advertimos que no trabajaran en el bosque. Allí los socavones son pequeños e inseguros. No te dan equipos de seguridad y si reclamas los venezolanos te amenazan con armas. Que respondan Eusebio y Pedro Polo. Ellos son quienes se ocultan”, manifestaron los compañeros de los hermanos Martínez Llauri en la clínica de Huamachuco.