Por Susana Mendoza SheenYuliana Dalmira Vidal Villaorduña es servidora pública de carrera y trabaja en la Dirección General de Gestión de Residuos Sólidos del Ministerio del Ambiente (Minam), que ayudó a las familias afectadas por el aniego de aguas servidas de San Juan de Lurigancho a deshacerse de sus objetos contaminados para evitar problemas de salud pública. Además, labora para que la población segregue la basura que produce.
Durante sus estudios universitarios descubrió que
los residuos sólidos, es decir, la basura, tenían un valor, pues una parte de ellos podían reusarse para evitar la contaminación.
Vidal Villaorduña transformó esa constatación en una pasión, al punto que sus amigos la llamaron “basuróloga”, recuerda entre risas. Hoy, promueve la segregación de deshechos como un estilo de vida.
Esta servidora pública trabaja en el Ministerio del Ambiente desde el 2014, al lado de un equipo de profesionales interesados en que la población peruana aprenda a separar la basura desde casa por dos razones fundamentales: para ayudar a personas que
viven del reciclaje e ingresar a otros procesos productivos.
“A las personas no les interesa segregar los residuos sólidos que produce, y los alcaldes tampoco hacen mucho para que aprendan. Gracias a esa práctica, otros se benefician y el Perú deja su economía lineal: consumir y eliminar lo que no sirve para orientarse hacia una economía circular que aprovecha todo”.
Para migrar a ese tipo de economía es fundamental cambiar de paradigmas, sostiene. Por eso, desde la Dirección General de Gestión de Residuos Sólidos se encarga de la coordinación de un área que genera mecanismos para que las empresas, la sociedad civil y la academia cambien su visión y empiecen a valorizar la basura.
Yuliana cuenta que parte de ese esfuerzo fue la firma de un convenio entre el Ministerio de la Producción, Coca-Cola y el Minam para una producción limpia.
“Nuestra función es crear normativa y articular sectores. La sociedad está cambiando, no a la velocidad que se debería, pero las municipalidades tienen en sus manos mejorar su gestión”, anotó.
Decisión tomada
Trabajar en el Estado es una decisión, afirma esta ingeniera ambiental que además de laborar en el Minam asumió funciones en Foncodes, en la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) y en el Ministerio de Agricultura, como directora de Gestión Ambiental, entre otras entidades.
“Existen muchas personas que trabajan en entidades públicas porque no les queda de otra, y tal vez sean ellas las que generan burocracia y no facilitan los cambios, pero quien elige la función pública lo hace porque le gusta hacer cosas que generan cambios en las personas”.
No es sencillo, lo reconoce. En
San Juan de Lurigancho, luego del aniego, muchas familias se resistieron a botar sus cosas, por ejemplo, mientras que otras llamaron a los cachineros para venderles sus objetos contaminados.
El interés de Yuliana por la segregación de la basura para reciclarla es una actitud frente a la vida. La asumió quizá de niña, cuando la casa familiar se instaló en el popular distrito de Comas.
Las imágenes de bolsas de basura amontonadas como cerros en la intersección de las principales avenidas siguen registradas en su memoria. Aun ahora, cuando visita a su abuela, observa algunos lugares críticos, como si el tiempo se hubiera quedado detenido.
“Queremos que los alcaldes, vecinos y recicladores entiendan que la basura no es un problema sino una oportunidad para que todos mejoremos”. Yuliana es tenaz.
Hoja de vida
Se formó como ingeniera ambiental en la U. Nacional Federico Villarreal (2003). Se tituló el 2009.
Estudió la especialidad de Sistemas Integrados de Gestión (2008) y la especialidad de Residuos Sólidos (2010) en la U. Nacional Agraria La Molina (UNALM–2008).
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(FIN) SMS/LIT
Video: Servidores Públicos: Yuliana Vidal, ingeniera ambiental del Minam
Publicado: 30/1/2019