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La energía atómica ofrece respuestas al cambio climático y al Fenómeno El Niño

ANDINA/Daniel Bracamonte

ANDINA/Daniel Bracamonte

10:40 | Lima, dic. 14.

Por José Vadillo

¿Puede la energía atómica dar una respuesta al cambio climático y al Fenómeno El Niño? Buscamos respuestas en el Centro Nuclear Óscar Miró Quesada de la Guerra, Racso.

El serpentín de pista une las últimas casas y chacras del distrito de Carabayllo con el Centro Nuclear Óscar Miró Quesada de la Guerra, Racso. Estamos a hora y media del Centro de Lima y, tras pasar estrictas medidas de seguridad, ingresamos a este centro de investigación nuclear en Huarangal. 

“Aquí tenemos la misma ciencia que hacen los países desarrollados. La única diferencia es que ellos cuentan con mucho presupuesto”, resume el ingeniero Gerardo Lázaro, director del Área del Producción del IPEN.

Este centro nuclear de investigación aplicada empezó a operar con tecnología argentina. Con los años, y gracias a los insumos brindados por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), se ha ido actualizando, para mantenerse competitivo en el ámbito internacional y avanzar de acuerdo con la demanda.

El jefe de protección radiológica, Mariano Vela, nos brinda los procedimientos para ingresar a ver de cerca el reactor nuclear. Cada uno lleva un dosímetro, para medir la radiación que podríamos recibir durante el tiempo de visita. A pesar de los niveles bajos de radiación, el dosímetro de lectura directa de radiación gama (fotones) y de neutrones es una medida preventiva.

Cada cierto tiempo, los científicos realizan pruebas físicas para garantizar que las características y el comportamiento del núcleo del reactor están dentro de los niveles de seguridad que se exige para este tipo de plantas.

“Aquí nunca va a pasar un accidente como en Chernóbil”, asegura Lázaro. “Por más de 30 años hemos ‘navegado’ de manera segura. No ha habido ningún incidente. Siempre hemos vigilado estar dentro del rango”.

El supervisor del reactor, Emilio Veramente, abre la última escotilla para conocer el epicentro de Racso. El reactor nuclear de Huarangal es de tipo piscina, de cuatro metros de diámetro por 11 de profundidad. Abajo, sumergido a 10 metros de profundidad, bajo litros de agua desmineralizada, está el núcleo del reactor, un corazón, digamos, que bombea neutrones.

“El agua es un elemento muy importante para la protección del reactor. Cumple funciones de moderador, de blindaje [nos protege frente a la radiación] y de refrigerante”, resume Veramente.

A cinco megavatios de potencia, el núcleo irradia calor (hasta 50 grados centígrados) y produce radioisótopos; es decir, transforma las muestras transportadas en “canes”, en material radioactivo, que requieren hospitales y clínicas del país. El agua libre de impurezas permite que el núcleo funcione y se mantenga adecuadamente refrigerado, a condiciones seguras.

Posteriormente, el material es transportado por un mecanismo hacia la pileta auxiliar, desde donde se traslada a una “celda caliente” en la superficie, con paredes de hormigón y vidrios plomados, donde los expertos acondicionan el material que luego se llevará a la planta de radiofármacos y radioisótopos para continuar la línea de producción (continúa mañana).

El reactor


“Este reactor está diseñado para trabajar los siete días a la semana y, actualmente, la demanda que tenemos en servicios nos hace trabajar solo dos días, lo que significa que podríamos atender mayores demandas y trabajar en forma conjunta con otros países de la región. Para hacer crecer la demanda, necesitamos sensibilizar más sobre lo que puede hacer el reactor para la investigación”, dice el presidente del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), Mario Mallaupoma.

Si bien hay una limitación presupuestal, el funcionario recuerda que esta instalación nuclear “es la mayor inversión que ha hecho el Perú en toda su historia para promover la ciencia y tecnología; y hay una responsabilidad funcional, ética y moral de mantenerla en beneficio de la ciudadanía”.

Capacitación


En cuanto a la capacitación, adelanta que luego de cerca de una década, se está reactivando un convenio con la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) para formar magísteres en energía nuclear y física médica que se necesitan para operar el centro nuclear.

Otro aspecto académico importante se refiere a las prácticas de laboratorio virtual. El IPEN desarrolla un piloto para que, de manera remota, alumnos de las universidades de otras ciudades del país vean en tiempo real cómo es el trabajo en el Racso.

Papel de la energía nuclear


Mallaupoma comenta que el OIEA fomenta dos iniciativas mundiales que también quiere desarrollar en nuestro país con el IPEN. Se trata de ‘Átomos para la alimentación’, relacionada con el impacto que puede causar el cambio climático y el Fenómeno El Niño (FEN). Y ‘Rayos de esperanza’, que tiene que ver con el tratamiento del cáncer.

“Necesitamos medidas de prevención porque el cambio climático va a generar pérdida de cultivos, muerte de animales, el avance de la desertificación y las inundaciones; y la tecnología nuclear puede resolver muchos problemas o mitigar el impacto”, dice.

Explica que para ello se necesita trabajar con un enfoque multisectorial, a fin de que la aplicación nuclear sea efectiva a los diferentes sectores, al conocer sus necesidades y priorizando los temas.

Para los productos agrícolas hay un proyecto para desarrollar dos plantas de irradiación: una en Lima y la otra en Paita (región Piura), lo que permitirá que los agricultores puedan exportar sus productos irradiados, pues la tecnología nuclear es aceptada a escala internacional.

En el frente interno, continúa Mallaupoma, la irradiación de energía nuclear permitiría que los alimentos, dependiendo de su tipo y sensibilidad, duren más tiempo al eliminar con esta tecnología microorganismos y reducir la velocidad de deterioro del producto.

El IPEN ha hecho experimentos con nuestro tubérculo estrella, la papa, que irradiado puede durar hasta un año. Mallaupoma asevera que esta tecnología podría ayudar a los productos estacionales: si hay sobreproducción, los campesinos almacenarían por más tiempo sus productos, recuperarían su inversión en fertilizantes y se eliminaría la sobreoferta, que también genera problemas sociales.

En ese norte, Mallaupoma anuncia que en los próximos meses llegará al Perú un grupo de especialistas de la OIEA con el objetivo de identificar cuáles son las necesidades de los distintos sectores para el uso de la energía nuclear. El segundo punto de su agenda será ver las principales variedades de cultivos en los cuales nos enfocaríamos como país, tanto para la importación como para la exportación, y los productos más nutritivos.

Adelanta que este mes se están terminando de elaborar los expedientes técnicos para buscar el presupuesto correspondiente y en el 2024 empezar a ejecutar las dos plantas en Paita y Huarangal.

Estas serían las primeras, pues –de acuerdo con el IPEN– el país necesita por lo menos 10 plantas de este tipo de radiación, sobre todo para las zonas más deprimidas económicamente en la sierra y selva.

En Lima ya existe una planta de irradiación en el Mercado Mayorista de Santa Anita, implementada por el IPEN, gracias a una donación del OIEA y el apoyo de Rusia. Sin embargo, esta fue dada en concesión a una empresa. Hay un litigio en el Poder Judicial, ya que se venció el convenio de 20 años y corresponde al IPEN recuperar dicha planta, dice el presidente de la entidad.

Explica que ello no solo permitiría evitar el deterioro de los productos que se dejan de vender y que muchas veces se descartan ; sino que, al retardar su maduración, se ayudaría a conservarlos y utilizarlos, por ejemplo, en los comedores populares de Lima.

Pacientes oncológicos


El segundo proyecto que quiere implementar la OIEA con el IPEN es ‘Rayos de esperanza’, que beneficiará a las personas que sufren de enfermedades cancerígenas.

Al respecto, este año representantes del IPEN y del OIEA visitaron las regiones de Lambayeque y Loreto para dialogar con las autoridades de los gobiernos regionales sobre la realidad del tratamiento del cáncer. Y por primera vez, el IPEN ha firmado un convenio con un gobierno regional, se trata del de Loreto, para la prevención y el tratamiento del cáncer. La OIEA ofrecerá su soporte e instalará determinados servicios de prevención y de tratamiento del cáncer en determinadas zonas loretanas.

Mallaupoma comenta que el IPEN trabaja con la Dirección de Prevención y Atención contra el Cáncer del Ministerio de Salud a fin de determinar las zonas priorizadas, a donde llegaría este paquete de equipamiento y la capacitación respectiva para el personal tanto en el país como en el extranjero. Todo cubierto por el OIEA.

“El OIEA inició ‘Rayos de esperanza’ con buenos resultados en los países africanos. Ahora está considerando a América del Sur, y el Perú en específico, debido al cambio climático”, puntualiza.

Encuentro


El Racso celebrará el lunes 18 su aniversario número 35. La entidad está integrada con otros institutos de investigación de diversos sectores del país y tiene convenios internacionales. Los días 17 y 18 de diciembre el IPEN organizará un encuentro internacional relacionado con el tema de la tecnología nuclear y el cambio climático, donde participarán países de América Latina y el Caribe, entre ellos aquellos que cuentan con reactores nucleares de investigación y otros, como Cuba y Bolivia, que buscan tener su propio centro nuclear.

Datos:

-El uso de la energía nuclear en agricultura y alimentación es aceptado por la FAO a escala mundial.

-Países de América Latina y el Caribe con reactores nucleares de investigación: Argentina, Brasil, Chile, Jamaica, México, Colombia y el Perú.

-Mediante el programa ‘Rayos de esperanza’, para la lucha contra el cáncer, el OIEA busca la mejora de los resultados en relación con el cáncer, gracias a la medicina radiológica; trabajar alianzas y la movilización de recursos.

Por su parte, el programa ‘Átomos para la alimentación’ plantea proporcionar siete servicios específicos: el mejoramiento de la variedad de cultivos; la gestión del suelo y agua y servicios de nutrición de cultivos; la producción animal y servicio sanitario, entre otros.

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(FIN) DOP/JVV/RES
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Publicado: 14/12/2023