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Jugar y usarla en la vida diaria...¿Qué más hacer para enamorarnos de las matemáticas?

Catedráticos y futuros profesores hablan de cómo despertar la pasión por esta materia en medio de tanto rechazo

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12:34 | Lima, nov. 5.

Por Karina Garay Rojas

Aunque en los últimos tiempos vemos algunos triunfos de estudiantes peruanos en concursos internacionales de matemáticas, es mayoritario el rechazo, y a veces odio, hacia esta materia, una ciencia considerada crucial en el avance de la sociedad, pero que significa enormes dolores de cabeza para sus “haters”.

Algunas personas creen que, terminado el colegio, se librarán de los esfuerzos y “quemadas de coco” que ella impone; sin embargo, la realidad es otra. Todos necesitamos de las operaciones matemáticas para planear nuestro día, calcular cuánto tiempo demandará movilizarnos al trabajo y hasta para pagar el almuerzo. Convivimos con las matemáticas, no podemos escapar de ellas.


Está en todas partes 


Siendo tan cruciales en nuestra vida, ¿por qué muchos viven en una lucha constante con ellas? Los expertos consultados por la agencia Andina exponen distintas ideas de cómo podríamos remediar este problema. 

Para Miguel Inga Arias, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, las matemáticas son más que fórmulas y clasificaciones. Gracias a ella, el ser humano organiza lo que percibe, le da un orden y una lógica. 

Miguel Inga Arias, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

“Las matemáticas estructuran la vida, nos permiten abstraernos, reflexionar y volver a plantearnos miradas distintas de la realidad. Eso nos lleva a construir conocimiento y una mirada científica del mundo”, comentó durante el Mate Fest 2023 desarrollado en octubre.


Andrea Marcos de la Torre pertenece justamente a este último grupo. Estudiante del octavo ciclo, considera que es muy común no ser conscientes de que vivimos un mundo atravesado por las matemáticas.   

“El mundo actual está lleno de tecnología, que tiene una base matemática. Las matemáticas están en todas las cosas de la vida diaria; las necesitas para pagar tus cuentas, tus servicios, para todo”.


Sobre esta línea, Pablo Puma Ccalle, quien se prepara para convertirse en docente de educación secundaria, destaca que las Matemáticas ayudan en el aprendizaje de otras materias. 

Pablo Puma Ccalle, estudiante del octavo ciclo de la carrera de educación 

“Diversas investigaciones certifican que (las matemáticas) permite el desarrollo de otras habilidades, como por ejemplo la música. Complementa el razonamiento lógico de los alumnos y son vitales para el crecimiento de la tecnología, la estadística, el desarrollo de programa y hasta de juegos”.


¿Por qué son tan odiadas?


Orlando Cochachi Guevara, presidente de la comisión organizadora del Mate Fest, cree que la aversión generalizada por las matemáticas es una expresión histórica de la mala praxis docente. 

“Muchas veces la enseñanza sigue un modelo de clase magistral, un paradigma educativo que es casi obsoleto".

Andrea Marcos refiere que no hay estudiante malo, sino métodos de enseñanza incorrectos.  



El daño se inicia en la manera cómo se dictan las clases, “sin explicar qué hay detrás de los números, cuando solo se pide memorizarse fórmulas y no hay más”.

“Las odian porque nos las conocen ni las aplican en su vida cotidiana. A los chicos se les plantea situaciones que no parten de la realidad. Eso los desanima tremendamente”, reconoce el decano Miguel Inga Arias. 

¿Cómo solucionar este desamor?


Pablo Puma pide enseñar las matemáticas desde la vivencia y la cotidianidad, buscando generar aprendizajes significativos.
 
Por ejemplo, sugiere que los alumnos rediseñen sus habitaciones con elementos a escala, buscando integrar otras áreas en este proceso, que ayuden a resolver problemas reales de la vida. 

Hay que partir de situaciones reales, pensar en cómo distribuir mejor el espacio de un lugar para atender mejor a las personas, cómo llegar a un lugar en menos tiempo. Justamente acá, en la facultad, estamos desarrollando competencias, estrategias de enseñanza que permitan desarrollar las matemáticas de otra forma”, destaca el decano de la Facultad de Educación de San Marcos.    


Afortunadas las personas que tuvieron un profesor o profesora de matemáticas que le enseñó a quererlas, como Andrea y muchos de los entrevistados en esta nota, quienes los identifican como el punto de partida de su buena relación con esta ciencia. 

Andrea Marcos de la Torre destaca la importancia de generar un vínculo emocional con los alumnos 

“Tuve mucha suerte porque he tenido profesores carismáticos, que supieron ganarse la confianza de los alumnos, supieron comunicase para que los alumnos no tengan miedo a preguntar. Nos trataban de hacer reír, de no estresarnos con tantos números”. 

Para Andrea, es primordial que cada profesor sea un apasionado de su carrera porque, solo así, estará enfocado en que sus alumnos aprendan y hará todo lo posible para que ellos se enamoren del curso, demostrando que las matemáticas no son aburridas, ni complicadas. Ese descubrimiento puede darse incluso ya estando fuera del colegio, como le ocurrió a Orlando Cochachi. 

“El amor por las matemáticas nació en la universidad. Ingresé a la carrera de ciencias políticas, pero hubo un profesor que me enseñó las matemáticas de forma tan divertida y linda que me hizo cuestionarme y cambié de carrera”


A muy poco de terminar la carrera de docencia, con especialidad en matemática y física, el entusiasta joven de 21 años, considera urgente bajar el conocimiento abstracto y ponerlo al alcance de los alumnos de educación básica. 

Orlando Cochachi se enamoró tanto de las matemáticas que hasta se cambió de carrera 

“Tal vez, cuando el estudiante tenga 40 o 50 años no recuerde un binomio al cuadrado, el teorema de Pitágoras, pero recordará que un maestro de matemática le enseñó con juegos didácticos, le contaba historias y le explicó cómo se crean los conceptos básicos”.


Aconseja buscar perfiles de divulgadores científicos por su talento para explicar de forma didáctica temas ásperos y complejos. Pone de ejemplo a Javier de Santolalla, a quien sigue desde hace buen tiempo.

Sueño con encontrar un alumno superdotado, un fututo Albert Einstein, del que yo seré su profesor y le haré amar las matemáticas. Planeo seguir una maestría en matemática pura porque también me gusta la enseñanza universitaria. Yo seré un medio para que los alumnos puedan acercarse a este mundo, para que se vinculen con las carreras de ciencias y cambien nuestro país. Soy un convencido de que un chico entusiasmado con las matemáticas es un agente de cambio, asegura Orlando, quien culmina la carrera el próximo año.

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(FIN) KGR/RRC
JRA

Publicado: 5/11/2023